Mucho tiempo ha pasado, eh regresado después de toda esta basura y, sin embargo, mis pensamientos nunca cambiaron, no desde el primer día en que llegué hasta este mundo de fantasía, y no lo hará ahora.
Un corte rápido, fue demasiado certero y, veía el mundo al revés al momento siguiente...
Mi cabeza está en el suelo, continúo mirando hacia las chicas gato que tomaron distancia después de ese primer ataque.
-Hay una diferencia entre su poder y el mío, y esa es la motivación para obtenerlo, mientras ustedes están en su montón de basura sobre colaboración, amigos, familia y sentimientos... yo refuerzo mi poder sin tapujos, obteniendo todo lo necesario para lograr lo que soñé.
El lugar pareció silenciarse, mientras mi cabeza volaba hasta su posición, vi como las gatas sonreían por debajo.
-¿Aquel que no está listo para entregar su vida y todo lo que tiene por su sueño no merece que sus sueños se cumplan?
Karyl dijo, haciendo una pausa.
-Eso es realmente estúpido, se ha logrado un gran avance gracias al trabajo en equipo.
Completó Arce, sin embargo, yo ya estaba detrás de ellas, una mano apretando el cuello de Arce.
Gracias a que absorbí al satán más poderoso, logre un poder simplemente escalofriante, un nivel que no se ha visto antes en este mundo, claro, exceptuando a los dragones del infinito.
-¿Esta es la fuerza de la que tanto hablas? ¿La fuerza del equipo? ¿La fuerza del trabajo como hermanos?
Las chicas gatos no podían reaccionar, mi poder se elevó por los cielos, transmitiendo un olor a muerte incomparable.
-Este poder que viene por confiar en los demás es... frágil.
Mi mano salió volando antes de que pueda terminar de aplastar el cuello de Arce. No fue un poder que tenga un nekomata, eso estaba seguro, fue más bien un poder que venía de mucho mas allá, el poder del dragón Ophis.
La niña bajó de los cielos, poniéndose al lado de las nekomatas.
-¿Así que te aliaste con la basura?, estas hijas mías, siempre decepcionando a papá.
Arce y Hanekawa gruñeron.
Ambas querían precipitarse hacia mí, pero previendo esto, Ophis abrió la boca.
-Es un gran potencial, derrotemos al gran rojo y te dejaré este mundo. ¿Qué te parece?
Las nekomatas rápidamente voltearon a ver hacia Ophis, ellas tenían un rostro que mostraba su confusión. Era claro, a Ophis nunca le importaría nada más que no sea su infinito, y estas nekomatas pensaron que ella las ayudaría por que desea que el mundo no termine, patético.
-¿Este poder de la alianza es tan resistente como lo demuestras?
Me burlé un poco y volví mi mirada hacia Ophis.
-Eh jurado vengarme.
Habían dos espectadores, estos eran los lideres de los ángeles así como la carta principal del ángel, Gabriel, Michael y el as del ángel más poderoso.
Ellos nos observaban desde la distancia, parece que pensaron poder escapar de nuestra percepción, pero estoy seguro de que tanto Ophis como yo sabemos que están ahí.
No obstante, ya estaba delante del dragón del infinito, mi velocidad fue tal que, varios montones de rocas volaron desde el lugar de donde salté.
-¿Cuándo fue que ganó tanto poder?
Escuche decir a Vanilla. Ophis recibió mi ataque de la destrucción poderosa, sin embargo, yo tenía mi pecho atravesado por su mano.
