Buscando Respuestas

50 5 4
                                    

20 de noviembre de 202x

Pasé muchos días sin soñar nada. En la escuela tuvimos muchos exámenes y estábamos todos en pos de completar nuestros deberes antes de que lleguen las fiestas dicembrinas.

Pero creo que eso es lo que más me preocupa: no soñar lo más mínimo y no recordar lo bello del día como podía hacerlo antes: Extraño mis lugares anhelados y sus regocijantes escenas... Solo hay un abismo blanco, infinito y vacío, difícil de eludir.

Susie me contó que había soñado lo mismo que yo y que recordaba al peculiar pero encantador príncipe Soare y la horrible visión de alguien transformándose en una estatua, junto a su inusual última frase diciendo que lo último que perdería era la fe. Tratamos de preguntarle a Kris si sabía algo, pero solo nos dio una mirada extraña y cambió el tema, con sus dulces cumplidos y palabras cariñosas de porte principesco para hacerme sentir amado.

Pero esta noche, al fin lo hallé junto a Susie, que nuevamente estaba a mi lado, en este Nuevo Mundo. Estaba a los pies del camino hacia el Valle Crepuscular, que conduce al Reino de la Noche, completamente herido, recostado sobre una roca, tratando de cerrar los ojos con fuerza como si estuviera deseando algo con todas sus energías.

-Kris ¿Qué pasó? N-no te ves bien, déjame ayudarte... No sé si puedo curarte aquí. No te muevas, yo...- con un confortante abrazo detuvo mi actuar y con cuidado, me miró a los ojos hasta atravesar mi alma.

- Ralsei, Lo último que se pierde aquí es la fe.

Al principio no entendí a lo que se refería: sonaba descabellado y ridículo, hasta que comprobé que si deseaba mucho curarlo, mis hechizos de sanación volvían, e incluso eran más fuertes que antes, cuando enfrentamos el sellar las Fuentes Oscuras.

Ya más repuesto, Susie lo tomó de la ropa y lo levantó furiosa.

- ¡¿Pero que carajo te pasó, Kris?! ¿Acaso no aprendiste que somos un equipo después de todo? ¡No debes exponerte así!- gritó, haciendo notorios sus grandes colmillos.

Él se disculpó pensando que era un simple sueño y que no sabía que era algo que compartiera con nosotros. Aunque reconoció también que nuestras preguntas lo estaban asustando un poco, desde que empezamos a consultarle por cosas tan específicas de su dormir.

Nos dijo que el Príncipe del Dia le dio como única recomendación jamás perder la fe y desear lo mejor siempre, y así siguió su camino para conocer al otro regente de estas tierras, que es el encargado de hacer las ilusiones más reales para los soñadores nocturnos y enviarlas a cada uno, pero tuvo un obstáculo en el camino.

-Adelante hay un gran dragón tapando el paso y actuar no sirve. Lo intenté por todos los medios posibles... Hasta que desee tener mi espada de nuevo y lo ataqué. Cada herida hecha se replicó en mí, hasta despertar de aquello en completo terror. En nuestro mundo las heridas no se notan, pero esta noche que volví a este lugar, todo lo que hice para defenderme de esa cosa volvió a mi. No me quedó otra que desear no morir... hasta que llegaste como el bendito angel que eres a salvarme, una vez más...- dijo, mientras me abrazó nuevamente lleno de esperanza, al ver que estábamos de nuevo reunidos para enfrentar esta aventura.

Seguro que aquella bestia tiene que ver con el problema que se enfrenta en este sitio, pero no podemos hacer nada hasta que descubramos respuestas.

Un extraño zumbido llegó a mis oídos de pronto, y no era otra cosa que mi alarma dándome la bienvenida a un nuevo día. Solo quiero saber que está pasando con este extraño Mundo de los Sueños. Al menos sabemos que las armas y las posibilidades están al alcance de un deseo. Solo debemos aprender a usarlas.

🌌Bitácora de un Nuevo Mundo🌌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora