El coro de tres

35 5 6
                                    

21 de noviembre 202x

En la escuela tratamos de reunirnos para saber como enfrentaríamos al monstruo dentro de nuestros sueños. El receso se nos hizo bastante corto debido a meditar en la mejor alternativa. Kris tenía muchas ideas, muchísimas, pero también nos confesó que casi había agotado todas, probando por su cuenta.

- ¿Y si solo "deseamos" que se vaya a la mi*rda?- dijo Susie apretando los dientes con frustración, escuchando como su amigo humano hasta se partió los huesos tratando de ser amable, como había aprendido de nuestra anterior cruzada.

-Oh, mi querida Susan, no sabía que te gustaban los juegos de Rol: eres la chica gamer perfecta...- dijo Berdly al prestar oído a nuestra conversación. -Para enfrentar un dragón que refleja ataques, solo hay que dormirlo y escapar, todos los listos del mundo lo saben...-.

Esperamos la noche con mucha ansiedad. Algo nos decía que volveríamos a ese lugar extraño,  y así fue.

Apenas cerré los ojos entré de nuevo al Mundo Onírico junto a Susie y Kris, que esperaban mi llegada en el mismo lugar donde la vez pasada lo encontramos herido. Se avecinaba la hora de enfrentar a la bestia, pero esta vez lo haríamos todos juntos.

Cuando bajamos por el Valle, aquel ente me estremeció por completo. El dragón que atacó a Kris no era ni más ni menos que un coloso de más de treinta metros, de escamas brillantes y blanquecinas como caracolas de mar pulidas. Su cabeza resoplaba humo gris y no parecía tener conciencia más allá de la furia de invadir su hogar. Un gran miedo se apoderó de mis amigos y de mí a medida que avanzábamos, hasta encontrarnos de frente.

-Ralsei, por favor canta. Seguro que tu voz le calma de su furia.- dijo Kris, que no dejaba de protegerme con su cuerpo por si las dudas. Susie estaba en la retaguardia empuñando un hacha enorme y primorosamente decorada y asintió tratando de ocultar el temblor en su cuerpo que aquel gigante monstruo le generaba.

Canté una hermosa nana, pero solo sirvió para que el dragón se acercara más y más interesado en lo que hacía. Una garra iba directamente hacia mí cuando mi caballero, por reacción, usó su espada para repeler el ataque. Con mucha angustia ví como la herida se replicaba en él haciendo soltar su arma con algo de dolor.

Seguí cantando, esta vez más pausado y tranquilo, cerrando mis ojos. Al hacer eso, deseé que el sueño se apoderara del dragón por completo. Berdly suele ser muy pesado, pero su consejo tenía sentido, aunque no era suficiente. El dragón parecía perder el tamaño pero seguía siendo inmenso, y seguía enojado.

-Susie, Kris: tendrán que cantar conmigo- dije entre pausas, al notar que estaba funcionando, pero faltaba fuerza.

-¡Estás jodiéndome!, seguro que hay otra forma de apoyarte, ¿cierto Kris?

-No, es una buena idea. Cantemos hasta que se calme. Deseemos lo mejor y funcionará.

No sé si fue producto del mundo en donde lo que deseas se hace realidad, pero admito que los tres juntos lo hicimos de maravilla, y hasta la banda sonora brotó sola, seguro por el deseo de Kris de acompañar la voz de todos. Hasta me dio gusto sentir el rasposo canto de mi amiga, respirando suavemente, algo que sin duda no se repetirá.

La bestia ante esto perdió su forma hasta disolverse en el espacio, dejando solo a la vista un pequeño niño humano que se me hizo inmediatamente familiar. Completó la canción hasta el final con lágrimas en sus ojos, mientras decía: "Soy libre" antes de desaparecer por completo.

El zumbido de la otra vez volvió a mis oídos antes de tener tiempo de siquiera decir algo más, y mi despertador me devolvió a mi habitación un poco más tranquilo. Tal vez eso era lo suficiente, aunque me confundió un poco su final. Pero bueno: son sueños.

Pueden significar todo.

Pueden significar nada, también.

Eso último realmente sería un verdadero alivio.

🌌Bitácora de un Nuevo Mundo🌌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora