Hunter (Completa)

C02

El olor a sangre era algo difícil de detectar para su humana nariz, Lisa había salido del poblado buscando alguna pista de el híbrido asesino, era difícil, si era un felino sería más sigiloso que un lobo.

Incluso sus huellas serían difíciles de detectar.

Si era un felino caminará con un pie frente a otro, justo donde piso anteriormente dejando un sola línea de pisadas reducidas y ligeras que se desvanecen rápidamente.

Incluso si ya no podía ver el pueblo a la lejanía, si podía ver una cueva más cerca, una curiosa mancha en la entrada llamó su atención y corrió preparando su arma en caso de encontrar algo, había llegado algunas horas después del suceso y los híbridos eran rápidos.

Sobre todo los que tenían el estatus de depredador.

Una vez llegó a la cueva sólo encontró un cadáver en la entrada, se veía vacío, la leña mojada en el centro y una olla tirada en el suelo, pasó por encima del primer sujeto al ver que no tenía ninguna novedad sobre su muerte, tenía roto el cuello como la mujer y las garras marcadas en las mejillas.

Sin embargo el putrefacto olor venía del fondo de la cueva.

Ahí el cuerpo del segundo hombre estaba despedazado.

La cabeza yacía tirada sin ojos y con la lengua de fuera, las marcas de rasguños en todo el rostro eran un seña de cuanto tiempo había tardado en arrancar la cabeza del cuerpo, no mucho por lo que veía.

El cuerpo del hombre sólo tenía las piernas y los geniales ahí tirados, todo el tronco y los brazos no estaban aunque la mancha de sangre persistía sobre las ropas desgarradas.

— Se lo comió —Murmuró levantando con asco la ropa y luego tirándola— y se fue, aunque si tomó en cuenta que el anterior hombre estaba solo mordido probablemente tenía hambre y buscaba donde esconderse lejos de las civilización —

Quiso rascarse la cabeza con desesperación, en ese lugar ¿donde más podía haber ido? Un híbrido carnívoro y probablemente felino, seguramente estaría escondido a kilómetros a la redonda, pero manteniéndose cerca de una fuente de alimento segura y un escondite.

El gruñido de algo la sacó de su ensoñación y miró los ojos azules que la observaban desde la entrada, el felino blanco estaba sentado sobre sus patas traseras sólo mirándola, demasiado bien portado para ser un simple animal.

— ¿Tienes hambre cambia formas? —preguntó Lisa lanzado la pierna del hombre en su dirección— anda vete y llevate ese otro cuerpo si quieres, aquí nadie los vendrá a reclamar —animo dándole la espalda—

El maullido en respuesta y el sonido de algo arrastrándose le confirmó que se estaba llendo, justo lo que haría ella mientras buscaba.

Sin embargo en la esquina más oscura de la cueva se entraba la híbrido descansando, consiente de la cazadora ahí, pero a la vez con la certeza de que no la vería.

Eran simples humanos. Y esa cazadora aparentemente era muy tonta sin darse cuenta de cómo cada que le daba la espalda la observaba atentamente.

La bonita arma en sus manos siendo el único impedimento a su muerte.