Una nueva vida en la Preparatoria de Estudiantes de Corea del Sur no era algo para lo que Rose estaba lista, pero al conocer al grupo de las PLASTIC PINK todo cambiará, de una forma tanto positiva como negativa.
Esta es mi segunda historia que es u...
Nunca había estado en una escuela, se sentía raro, antes solo eran canguros y ahora eran muchachos y chicas con amplios escotes.
Sabía que los profesores no eran de este lugar, pues no tenían los ojos rasgados como yo y todos mis compañeros. Por algo nos enseñaban inglés.
Llegué al que era mi salón había demasiados alumnos.
Estaba apunto de sentarme atrás de un obeso chico cuando una chica de rubia cabellera pero ropa obscura me detuvo.
CHAEYOUNG: Oye no querrás sentarte ahí, se lanza pedos constantemente.
Me aleje inmediatamente al oír esto, lo hize tan precipitadamente que choque con la más tarde, sabía que era mi maestra.
ROSE: Discúlpeme
MAESTRA BRITNEY: No te preocupes, fue mi culpa y mi mala suerte.
Por dios, el primer día y ya había empapado a una maestra de café caliente, como estaba su blusa tan mojada se la quitó, quedándose en una camiseta tan pegada.
El director, un hombre con un porte serio entro y malinterpreto los hechos.
DIRECTOR YANG: Todo bien Miss Britney???
MAESTRA BRITNEY: Oh si, caray no se preocupe.
DIRECTOR YANG: Bueno Jóvenes, ya tomen asiento, el día de hoy tenemos una nueva estudiante que viene, desde la hermosa Australia, bienvenida, puedes presentarte.
ROSE: Hola, Soy Rose.
CHAEYOUNG: Rose, cómo la del Titanic.
Se volteo a ver a su amigo que estaba detrás.
CHAEYOUNG: Oh Jack estoy volando!!!
JAEMIN: Soy el Rey del Mundo.
Las risas en clase comenzaron.
La verdad me sentí incómoda con la referencia que esa chica había hecho.
Y para ser honesta, el resto del día fue de mal en peor, era como una mancha que se expandia sin control, empapando todo.
No sabía que tenía que pedir permiso para ir al baño, y tampoco que vivía en un lugar donde los adultos no confiaban en mi y solo me regañaban.
La hora del almuerzo era un infierno, no había ningún lugar para sentarme, todos estaban llenos de adolescentes calenturientos y egoístas.
Pero no iba a dejar que eso me arruinara la hora de comer, que era mi hora favorita del día, así que me fui alejando, hasta llegar al punto de tener que comer en el baño, sola.
Había dejado muchos amigos en Australia, pero hasta ahora ninguno en Corea del Sur. Y ahora no me sentía especial en absoluto.
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