Roma ~ La Casa de Papel [Parte 3]

Victoriosos o muertos

Capítulo dedicado a: @iddie_del_rey, que apoyó la historia anterior <3.

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El Profesor les había explicado lo que pasaría si metían a Lisboa dentro del banco: Que la policía iba a entrar con militares.

Así fue.

Vamos a preparar una intervención inmediata. - Ordenó Tamayo, en la carpa.

De eso quería hablarle, coronel. - Dijo Suárez, el jefe de policía.

El brainstorming luego, Suárez. - Dijo, con burla, Tamayo.

Necesito refuerzos, necesito a los mejores hombres de intervención de Cataluña y el País Basco. - Contestó Suárez, ignorando el comentario de Tamayo.

Muy buena idea, - contestó Tamayo, con ironía, - ¡pues los coges y te los llevas a la Puerta del Sol, que me han dicho que Pikachu está robando carteras!

Suárez se ofendió.

Esto solo lo arregla el ejército. - Concluyó Tamayo. - De los que solo salen victoriosos o muertos.

Tamayo lo tenía claro: Iba a por todas.

Dentro del banco, Lisboa empezó a mandar. Ella se conocía el plan igual que el Profesor, y ella los iba a dirigir.

Ordenó que empezara la extracción de oro. Los demás no estaban de acuerdo, ya que el plan original era fundir todo el oro. Ella les contó que su entrada al banco cambiaba el plan: tenían que sacar el oro lo antes posible.

Cuando le contaron el nuevo plan a Bogotá, se puso en contra.

¡No podemos hacer eso! - Dijo. - El plan es fundir 90 toneladas de oro, ¿y nos vamos a conformar con 60?

Lisboa ha entrado, eso cambia las cosas. - Le contestó Palermo, que era quien había ido a darle la notícia.

Hermano, estamos empezando a improvisar - dijo Bogotá - y así es como matan a la gente en los atracos.

Lo que él no sabía, era que esa frase tenía mucha razón.

En el estanque, el Profesor abrió los ojos, recuperando el conocimiento.

Alicia lo estaba mirando fijamente: lo había atado en una silla.

¿Cómo vas a sacar el oro? - Le preguntó Alicia.

El Profesor se mantuvo en silencio.

Ella sacó una pistola y le apuntó.

O me lo dices, o disparo. - Dijo Alicia.

Inspectora, me han amenazado muchas veces con pegarme un tiro. - Contestó él, negando con la cabeza.

Pues mira, - dijo Alicia, sonriendo. Parecía que lo estaba disfrutando - sin amenazas.

Le disparó en un pie.

El Profesor se lamentó en silencio, sin gritar ni hacer ruido.

Joder, que autocontrol. - Dijo Alicia, sorprendida.