Tatiana

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Esa explosión fue escuchada por todos. Por Río, que estaba justo debajo de Tokio, por Denver, que estaba en el tubo saliendo de la habitación, incluso por el Profesor, que sintió un escalofrio.

Nadie dijo nada. Roma, Denver, Manila y Estocolmo se miraron y no dijeron nada. De lejos se escuchaba a Río llorar. Tokio había muerto y todos lo sabían. Se lo hicieron saber al Profesor, que ya había vuelto al Estanque de Tormentas con Alicia, y él también lloró.

Pasaron unas horas en las que todos lloraron y lamentaron la muerte de su amiga. La recordaron y se abrazaron. No podían lamentarse mucho, porque tenían que seguir con el plan.

Río se tomó un tiempo de descanso mientras los otros lo preparaban todo para salir de allí. Sacaron todo el oro y el Profesor, fuera del banco, inició la fase final del plan.

Esa fase consitía en convertir todo el oro en lingotes, y falsificarlos para dárselos al coronel. Pero se econtraron con un problema: el oro había sido robado.

El Profesor empezó a agobiarse, y a no saber qué hacer. Estaba entrando en pánico porque su oro había desaparecido. Tenia que pensar quien había robado su oro. Tenía que ser alguien que conociera el plan... Tatiana. La ex-esposa de Berlín.

El Profesor, Alicia Sierra y los demás empezaron a buscar el oro. Lo necesitaban para sacar a todos del banco.

Dentro del banco se respiraba un aire triste. Justo en la entrada había un ataúd con el cuerpo de Tokio adentro. Esa pérdida sería insuperable para la banda.

No pudieron lamentarse mucho ya que Sagasta, que había sobrevivido al impacto de la bomba de Tokio, iba a yudar a entrar al Coronel Tamayo. Sin que la banda lo supiera y aprovechando que el Profesor estaba distraído con el oro, Tamayo montó un operativo que la banda no pudo parar.

El operativo consistió en lo siguiente: Sagasta estaba atado en una sala llena de rehenes. Dentro de esa sala también habían dos "médicos" que habían entrado para ayudar a los heridos. Helsinki y Palermo estaban de guardia en esa sala, y lo estaban vigilando todo. Lo que no sabían era que una militar, Arteche, estaba escondidas en los conductos de ventilación encima suyo. Tampoco sabían que los tres militares que quedaban vivos tenían un plan.

Cuando los militares y los "médicos" estuvieron listos, inicaron el plan. Uno de ellos fingió que le estaba dando un ataque de epilepsia. Palermo se alejó de Helsinki para ir a ayudarlo, pero no pudo ayudarlo.

¡Desátanos! - Gritó uno de los "médicos". Tenian las manos atadas por si acaso.

Déjanos ayudarlo. - Pidió la otra médico.

¡No! - Gritó Palermo. - ¡No os liberaré!

Vovió a intentar salvar al militar "que se estaba ahogando" pero no lo consiguió.

¡Desate a los médicos por dios! - Le gritó Sagasta a Palermo.

Palermo se lo pensó, pero al final liberó a los médicos.

Justo en ese momento, Arteche, salió del tubo de ventilación y saltó encima de Palermo. Le quitó la pistola y lo apuntó con un arma. Los médicos también sacaron sus armas y apuntaron a Helsinki. Él sacó la metralleta y los apuntó a todos.

Suelta el arma. - Le ordenó Arteche.

Helsinki no la soltó, sabía que si lo hacía los militares iban a ganar.

Suelta el arma o le vuelo la cabeza a tu novio. - Repitió Arteche apuntando a Palermo.

¡No lo hagás gordo! - Le pidió Palermo.

No quería morir, pero tampoco quería dejar que los militares se salieran con su plan.

¡Tú calla! - Le ordenó Arteche a Palermo. Miró a Helsinki. - ¡Y tú suelta el arma!

Helsinki soltó el arma y los médicos lo ataron de manos.

También ataron a Palermo y le quitaron los walkie-talkies a los dos. No podrían avisar al resto de la banda.

Sin que el resto de la banda lo supiera, Sagasta fue liberado por Arteche y empezaron con la operación de entrar al banco. Todo el ejército estaba dispuesto a entrar a ese banco y a detener a la banda. Todos incluso el Coronel, que tenía muchas ganas de ganarles.

Y así fue. Sin que la banda pudiera evitarlo los policías hicieron un agujero en la puerta del banco, y empezaron a entrar a por los atracadores.

Los policías entraron y se encontraron la entrada vacía. Solo pudieron ver un ataúd. Más adelante se encontraron con Denver y Estocolmo. Ellos intentaron defenderse, pero fueron detenidos.

Al siguiente que encontraron fue a Río, que seguía triste por la muerte de Tokio. Él no hizo nada para defenderse.

Al subir al piso de arriba detuvieron a Lisboa, que no supo reaccionar. Y más tarde a Roma, que intentó defenderse disparando a los policías pero no logró escaparse. En el piso de arriba también encontraron a Manila, que también fue llevada detenida abajo con sus compañeros.

Los policías se sorprendieron al encontrar a Helsinki y a Palermo ya atados, y también se los llevaron abajo.

Por último bajaron a la fundición, donde detuvieron a Bogotá y a Matías, Pamplona.

Allí estaba toda la banda: detenida y rendida, sin saber qué hacer. Ellos sabían que sin el Profesor no podían salir de allí vivos. Incluso pensaron que ese era el final.

El Coronel Tamayo entró al banco y se encontró a toda la banda esposada en la sala principal. Sonrió al verlos a todos allí, pensó que había ganado.

Roma ~ La Casa de Papel [Parte 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora