Antes que nada quiero desearles a todos un Feliz año nuevo y eso, muaks <333
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Pasaron varias semanas, las cosas no cambiaron mucho, aunque la verdad Horacio empezaba a ser más abierto, poco a poco se hacía algún cambio estético o se vestía de forma llamativa, volvió a salir y yo estaba totalmente de acuerdo de que lo hiciera. Aquella era su forma de olvidarse de todo lo que había pasado y no iba a ser yo quien le impidiera hacerlo. Horacio empezaba a ser más él y eso me llamaba más la atención, terminó por raparse y hacerse esa cresta tan característica de él, sus maquillajes eran más profesionales cada vez y su ropa era muy llamativa. Ante mis ojos se veía deslumbrante. En cuanto a mí varias veces me desperté en medio de la calle maquillado de payaso y con algunos rastros de sangre que quedaban en las uñas, pero con un traje de colores totalmente limpio. Sin embargo a Horacio le decía que salía de fiesta y aunque el me insistía en venir yo me negaba, lógicamente. Nuestras vidas siguieron así hasta que un día Horacio llegó con una sonrisa boba a casa, una sonrisa que antes me dedicaba solo a mí.— Que cara traes.
— ¿A que te refieres?
— Vas embobado, ¿ha pasado algo?
El se sentó a mi lado en el sofá, emocionado y yo lo miré con una tranquilidad que solo mis ojos podían falsificar.
— He.. conocido a alguien.
— ¿Enserio?
— Si, Gus, es increíble y súper guapo.
— Me alegro mucho, Horacio. —Mentía—.
— Y como tú eres la persona más importante para mí y también mi familia... pues te lo quiero presentar.
— Mmm, está bien.
— ¡Genial! Le avisaré para vernos mañana.
Después lo vi levantarse animado y alejarse hacia la habitación, estaba feliz y su sonrisa me transmitía tranquilidad, una que ya no podía conseguir por cuenta propia. Sin embargo algo en mí ardía en desesperación, una desesperación que quería tirar de mí hasta la habitación y decirle a Horacio que no quería conocer a nadie, que el estaba bien así, pero aquello era egoísta, en un pasado podía llamarlo mío, pero yo mismo perdí ese derecho. Horacio habló con el tío ese y quedamos en juntarnos en un paseo de la ciudad, una zona peatonal en la que habían varias cafeterías y desde donde se veían los barcos salir del puerto. Llegamos allí pronto, Horacio me dijo que saldría a buscar a aquel chico y que esperara allí y así hice. Me apoyé sobre un barandal de piedra que daba directamente al mar, mirando fijamente como la espuma de las olas hacían dibujos que no era capaz de identificar pero que me hacían pensar. Me mantuve así por un rato, hasta que vi pasar un barco con el nombre de "Los Santos" en la cubierta. Yo no creo en el destino pero después de ver eso estaba apunto de salir corriendo para comprar el billete hacia aquella ciudad, pero justo entonces sentí que me tocaban el hombro. Me gire y lo primero que vi fue a Horacio con un brillo en los ojos. Llevé mi mirada a su acompañante, un tío mas alto que yo, el pelo oscuro y unas gafas de sol que no me dejaban ver sus ojos. Vestido con una camiseta negra sin mangas, una chaqueta de cuero y unos pantalones pegados. Un moterito que en aquel momento se me hacía insultante hasta en su intento de intimidar.
— ¡Gustabo! Este de aquí es Dex.
Analicé por última vez a el chico y luego vi que extendía la mano para que se la estrechara. Miré de reojo a Horacio que parecía suplicarme con la mirada un voto de confianza y me límite a darle la mano, el la agarro y la movió con energía, energía que parecía quitarme a mí ya que cada vez me agotaba más la situación.
— ¿Vamos a un café? Así nos sentamos y charlamos.
— Buena idea. —Respondió Dex—.
Madre mía ¿que clase de acento era ese? Tenía un dejillo que me parecía desagradable y una forma de decir las palabras que me irritaba. Horacio me miró y yo asentí como respuesta. En cuanto ambos se dieron la vuelta lo remendé en un murmuro "Biini idii". No tardamos mucho en llegar a una de las cafeterías de la zona, nos sentamos en una mesa del exterior, Dex frente a mí y Horacio entre los dos.
— Voy a ir al baño y de paso pido, ¿Tú que quieres tomar, Dex?
— Con un café con leche estoy bien.
— Está bien, vuelvo enseguida.
Horacio se fue hacia dentro del local con una sonrisa y yo lo seguí con la mirada hasta que escuché esa voz de los cojones otra vez.
— ¿Y tu no vas a querer nada, Gustabo?
— Horacio sabe exactamente lo que me gusta y como, no le hace falta preguntarme.
Él se quedó en silencio, como si estuviera esperando algo, y yo solo le eché mi mirada más despreciable.
— Escúchame, si te caigo mal bien por tí, pero yo estoy con Horacio.
— ¿Que estás con Horacio? Claro que no.
— Pensaba pedirte permiso ya que eres su hermano pero tal y como estás actuando me parece a mi que no te voy a pedir nada.
— Vale.
Me límite a decir, suprimiendo las ganas de levantarme y pegarle un puñetazo en toda la boca. Llegó Horacio a la mesa a penas un par de minutos después, con el café con leche de Dex, mi café oscuro y su chocolate.
— Horacio, me han avisado del trabajo, uno de mis compañeros está en el hospital y necesitan a alguien más en la cafetería. ¿Te veo luego en casa?
— Que pena... Claro, nos vemos allí.
Me levanté y tomé mi café, Horacio se levantó para darme un abrazo y yo correspondí. Un impulso me hizo darle un beso en la mejilla que hasta a Horacio le sorprendió.
— Adiós Gustabo.
Escuché decir a Dex a mi espalda, yo hice un gesto con la mano y ni me di la vuelta, seguí caminando hasta que desaparecí de su vista, en cuanto giré en la esguina me detuve, apreté el puño con fuerza destruyendo sin darme cuenta el vasito de corcho en el que estaba el café. Horacio llegó a casa de noche yo me hice el dormido en el sofá para no hablar con él, pero cuando sentí su peso encima supe que no había funcionado.
— Conmigo eso no cuela, Gus.
Me quedé en silencio unos segundos hasta que lo escuché hablar de nuevo.
— Me pasé por tu trabajo y no estabas allí.
— Perdona Horacio.
— Dex me ha pedido salir. —Ante mi silencio continuó hablando— Le he dicho que le responderé mañana.
— ¿Mañana por qué?
— Quería hablarlo contigo primero.
— Horaci-
— Dime que no lo haga y no lo haré, dime que quieres que esté contigo y con nadie más y lo haré.
El silencio se alargó durante unos minutos y Horacio empezó a apartarse de encima. Yo le agarré de la mano.
— Quiero que seas feliz aunque no sea conmigo.
— Yo quiero estar contigo, Gus.
— Yo estoy contigo siempre, Horacio, estoy aquí.
— Dex me llama la atención.
— Dex es un imbécil.
— Gus...
— Pero inténtalo, de verdad, si todo sale bien y resulta que es un buen tío pues va a ser la hostia.
— Voy a intentarlo, pero..
— Deja de preocuparte, inténtalo.
— Gracias, Gus.
Recuerdo que esa noche dormimos los dos en el sofá, yo acariciando la cabeza de Horacio y maldiciendo sin parar a Dex y a su aparición en nuestra vida.
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×𝑈𝑛𝑜 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑣𝑒 𝑎 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑝𝑒𝑟𝑡𝑒𝑛𝑒𝑐𝑒× 《Gustacio》
Fanfiction🔞🔞 •Fanfic Gustacio, si no te gusta el ship sigue buscando <3 •Contenido +18, si no te agrada no lo leas. •Actualización frecuente, salvo en época de exámenes ✋🏼 •Ninguna de las cosas que pasan en el fanfic son canon, todo inventado por el autor.