Siete

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Esa mañana Bell despertó sintiendo varios malestares,
razón por la cual su ánimo no era el mejor. Descubrir que Whis no hacía bien la limpieza desató su colera.

-¡Tú sólo limpias por donde se ve, eso no es hacerlo bien! ¡El cuarto de mi hermano,tu jefe,esta lleno de polvo!

-No grite-le pidió Whis cubriéndose la oreja con la mano, mientras con la otra sostenía la aspiradora.

-¡Eres un perezoso!

-Óigame no,eso...-decía Whis,pero se interrumpió al ver que ella hacia una pequeña mueca de dolor-¿Se siente bien?

-Sí...-le contestó Bell apenas y se llevó la mano al bajo vientre.

-Creo que debería ir a descansar. Esta algo lánguida-le dijo Whis y su voz se suavizó.

-Tengo que terminar con el pedido de...-la frase fue cortada por una punzada fuerte,que le cortó la respiración.

-No se preocupe,yo me encargaré de eso -le dijo y poniendo sus manos en los hombros de la muchacha la hizo subir la escalera-Nada de peros,yo puedo atender la imprenta y terminar el pedido.

-Pero sino sabes...

-Nada de peros,señorita-reitero al dejarla en su cuarto,lugar donde le explicó como ella le daría instrucciones.

Whis se fue a la imprenta y Bell se acostó. Tenía mucho dolor en el bajo vientre,en la cabeza y hasta sentía escalofríos,pero ignoró eso para darle las instrucciones a Whis por medio de su teléfono celular. No dudaba de la capacidad de él. El problema era el modo en que Whis hacia las cosas. Por eso pese a su malestar en varias ocasiones se levantó para ir a ver como estaba saliendo todo. Al principio a Whis no le molestó,pero a la tercera vez le pidió de forma severa que lo dejara trabajar en paz.

-Si pretende que yo haga las cosas a su manera déjeme decirle que pierde su tiempo. Yo,todos, tenemos nuestra particular forma de hacer las cosas y de llegar al mismo resultado e incluso a uno mejor-le dijo para terminar su breve discurso.

Bell parpadeó lento una vez y respiró profundo antes de decir:

-Tienes razón,sin embargo...

-Sin embargo,esta acostumbrada a hacer todo a su manera. A cumplir sus propios estándares, que son bastante altos,y creer que si no es usted quien hace las cosas,nada saldrá bien-la interrumpió Whis-Debe empezar a confiar en el talento de los demás.

Bell frunció el ceño mientras el sonreía gentil,pero triunfante.

-No se enfade,sólo quiero ayudarla a ver las cosas desde un punto de vista diferente...

-Lo que tú quieres es hacer las cosas a tu modo siempre-le contestó Bell mirando las invitaciones sobre el mesón.

Whis se levantó cuan alto era y arqueó una ceja.

-A veces tienes que admitir que otros tienen razón en hacer las cosas de una determinada manera-le dijo en un tono más dócil y tomando una de las invitaciones para verla de cerca-En especial cuando se trata de trabajo...

-Usted es muy obstinada.

-Y tú bastante caprichoso,pero en el fondo pecamos de lo mismo-le dijo Bell-A ambos nos gusta tener la razón...

Whis movió la cabeza con cierto desdén y no negó ni afirmó la declaración. Es que no había algo que pudiera decir realmente. Los ojos del albino bajaron a la muchacha,que se veía que estaba sufriendo por un fuerte dolor.

-Suba a su habitación. Le llevaré una almohadilla térmica. Creo que ví una en la habitación de su...

-¿Y para que quiero una almohadilla térmica?-le preguntó Bell.

-Ese dolor que tiene son cólicos menstruales-le dijo tomándola por sorpresa-Tengo varias hermanas como para no saber de que se trata. Ahora suba. Le llevaré la almohadilla.

La muchacha lo vio salir a la sala y ella fue hacia la escalera. Subir fue una tortura. Bell rara vez tenía cólicos,pero cuando le daban eran verdaderamente dolorosos. Tanto que podían tumbarla en la cama,pero como ella era terca como una mula, prefería seguir con su día a día a tenderse a descansar. Claro que en ocasiones no era capaz de vencer el dolor y mucho se temía que esa fuera una de esas ocasiones. A medio camino intentó volver,pero para entonces Whis iba a su cuarto y la tomó del brazo para llevarla a acostarse.

-Ponga la almohadilla en su bajo vientre y tómese esta infusión de manzanilla y canela. La hará sentir mejor-le dijo al poner la pequeña bandeja en el regazo de la chica.

-Gracias-le respondió Bell esperando que él se fuera-¿Qué no tienes cosas que hacer?

-Sí,pero las terminaré después-le contestó con una agradable sonrisa.

La muchacha bebio la infusión y le agradó el sabor.

-Supongo que le es extraño que alguien la cuide-comento Whis después de un rato.

-Tú sólo haces tu trabajo-le contesto la muchacha.

-Mi trabajo es cuidar de la casa. En ninguna parte del contrato la incluyeron a usted-le señaló.

Bell lo miró un poco confundida.

-Si vas por la calle y vez a una persona caer,lo que se debe hacer es ofrecer ayuda a esa persona. Es la acción que esperamos todos debemos hacer. Ni siquiera deberíamos considerarlo una buena acción...

-Pero se convierte en una buena acción cuando solo un individuo se detiene a levantar a quien cayó-le dijo Whis cruzando las piernas después de sentarse en la cama, descansando la parte superior de su cuerpo en uno de sus brazos.

-Yo no necesito tu caridad.

-Es buena voluntad nada más-le dijo Whis-Vi que sentía mucho dolor y quise hacer algo por aliviarla. Creo que usted haría lo mismo. Quizá porque cree es lo  que debe hacer o porque le simpatizo.

-¿Qué te hace creer que me simpatizas?

-¿No lo hago? Yo pensaba que sí-dijo con un tono medio burlón-A mí usted me agrada,aunque parece esforzarse por no agradarle a nadie.

Bell ignoró el comentario y siguió bebiendo su té. En el fondo si le simpatizaba. Le era gracioso,fresco y expresivo.En su vida sería y responsable,era grato encontrar personas así. Pero no se lo iba a decir.



 

Yo mando aquí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora