Nueve

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Cuando Bell abrió los ojos en la mañana. Se descubrió durmiendo al lado de Whis quien tenía una posición muy incómoda. Seguramente le dolerian las piernas al despertar. La muchacha lo llamó un par de veces y todo lo que logró fue que él balbuceara cosas incoherentes, luego se giró hacia ella haciendo un movimiento con la mandíbula como si estuviera masticando algo. Un poco fastidiada,Bell le apreto la nariz. Siempre usaba ese truco cuando quería que alguien de sueño pesado despertara. Whis no tardó en abrir los ojos y se sorprendió bastante de haberse quedado dormido allí. Fue peor cuando se sentó,no sentía las piernas.

-Eso te pasa por dejarlas colgando-le dijo la muchacha mientras se ponía de pie frotándose el cuero cabelludo- Whis, tengo hambre.

-¿Tiene el número de algún restaurante?-le preguntó mientras frotaba sus rodillas y recibía una mirada de cuestionamiento de parte de Bell- Yo invito.

-Hay varios números de deliberi en los imanes en el refrigerador-le contestó la muchacha-Tomaré un baño...

-No se tarde demasiado por favor.

-Es mi casa y tardaré lo que yo quiera-replico Bell desde la puerta.

-Yo también necesitó bañarme y arreglar mi cabello.

-Mi casa, Whis. Mía no tuya -le reitero la muchacha,esta vez desde el pasillo.

Y no se tardó nada en darse un baño. A Bell no le gustaba desperdiciar el tiempo. Además estaba de buen humor. Decirle a Whis de su amor no correspondido la alivio un poco. Es que no tenía con quién conversar. La mayoría del tiempo era ella quien oía a los demás. Era ella quien tenía que entender a todos. Claro que no le dió detalles de la situación, pero decirlo,solo decirlo la alivio un poco. Sin embargo, poco cambiaba en realidad. La vida de Bell seguía su curso como siempre. Al dejar el baño Whis entró y desde el interior le dijo que llamó a un restaurante para que llevará el desayuno y que dejó su tarjeta sobre la mesa. Le dictó la clave antes de meterse a la ducha.

Bell arqueó una ceja. Le resultó muy extraño recibir ese voto de confianza de parte de él, aunque tampoco le dió mucha relevancia. Casi una hora después, llegó la comida y Bell canceló con la tarjeta de Whis. Una tarjeta de platino brillante como un espejo pulido. No habia duda de que ese sujeto no era cualquiera. Un rato después Whis bajó a desayunar. Era casi medio día para entonces.

-Esto luce realmente delicioso-exclamó Whis juntando las manos sobre una de sus mejillas-Buen provecho.

Bell tomó su taza de té y se sonrió. Whis tenía buenos modales,pero sus expresiones al comer eran todo un espectáculo. Se sacudía, hacia muecas, medio jugaba con los bocadillos. Era como ver a un niño.

-¿Puedo hacerle una pregunta?

-No-le respondió Bell logrando que Whis torciera la boca y arqueara una ceja-¿ Qué quieres saber?

-¿Por qué nunca le habló a ese hombre del que estaba enamorada?

-Porque ama a otra y ella lo ama a él y son felices-le contestó la muchacha con cierta tristeza.

-Entiendo. No cree que pueda ofrecerle a ese hombre algo mejor de lo que ya tiene y por eso no se atreve a hacer algo al respecto. Me parece algo sensato, pero también muy cobarde...

-Bueno y por qué terminaron contigo.

Whis guardo silencio y se metió un panqueque en la boca.

-Tú me pareces la clase de tipo que pese a que puede resultar distante,en realidad, entrega demasiado-le comentó la muchacha.

-Quizás-exclamó Whis viendo hacia la ventana, como si estuviera soñando-Es un día precisos ¿Quiere salir a pasear?

-Tienes que limpiar la casa y yo trabajar.

-Es un lindo día ¿Quiere salir a pasear?-repitió Whis,pero en esa ocasión lo hizo con una sonrisa fingida y una vena asomándose en el costado de su frente.

-Bien...-contesto Bell, pero como bajo protesta.

Unas horas después ambos caminaban por el parque en medio de la avenida principal. Tal como Whis dijo era un día muy agradable. Estar al exterior se sentía muy bien. Habían unos puestos de alimentos por aquí y por allá. También muchas personas disfrutando de la temporada estival. A la muchacha se le antojó un algodón de azúcar y a Whis también.

-Yo pago. Tú invitaste el desayuno...

-Gracias. Que amable-le respondió Whis antes de dar una mordida a la golosina. Fue en ese momento que miró a un grupo de personas que estaba haciendo deporte y su mirada cambio.

La muchacha sólo sintió el tirón a su brazo cuando Whis le tomó la mano. Con varias preguntas en su mirada, Bell levantó el rostro para ver el de él, que le regaló una sonrisa algo nervioso.

-Vamos-le dijo y la hizo andar tomada de su mano, para después abrazarla y pegarla un poco a él- Si sonríe le preparare su comida favorita...

-Encargate de las impresiones de hoy y te llamaré amor.

-Trato hecho-exclamo Whis y ella empezó a actuar como si fuera su novia.

Yo mando aquí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora