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El departamento de Kyojuro, como lo imaginaba , estaba en un lujoso edificio de al menos unos 10 pisos. Se encontraba cerca del centro, parecía totalmente de cristal y la recepción era decorada por unas luces cálidas que daban un tono dorado a esta. Hasta las recepcionistas dentro parecían pulcramente vestidas.

—Buenos días joven Rengoku— habló una de ellas mientras escribía algo en el computador —, en su ausencia llegaron dos paquetes y su madre mandó flores para usted. 

—Buenos días, muchas gracias. Si vienen más paquetes podrías avisarme. De todas maneras, lo dudo pues supongo que ya he recibido todos.

Rengoku parecía todo un empresario, su alto porte y en la manera en la que solía hablar, ni siquiera con sus amigos se portaba diferente a como lo hacía conmigo, solía ser tan respetuoso que era cómodo hablar con él. Su cálida presencia me hacía no solo sentirme bien, sino querida.

Apenas el elevador se abrió, recobrando la conciencia de mi trance, me indicó donde quedaba su departamento. Una puerta de madera y frente a esta el numero que correspondía al departamento 14.

—¿Cuántos departamentos hay en cada piso?— pregunté curiosa al notar la poca cantidad de puertas.

—Cinco, estamos ahora mismo en el tercer piso del edificio. Nunca fui muy fanático de este departamento, pero mientas consigo uno que me haga sentir cómodo, me quedaré aquí. 

—¿No te sientes cómodo aquí?

le miré negar, estaba dejando las maletas al lado del sillón buscando desesperadamente algo, cuando lo hubo encontrado se dejó caer sobre el sillón, levantando su mano e indicándome acostarme junto a él. 

—Es demasiado grande para mi gusto— soltó al sentir el peso de mi cuerpo sobre el suyo, rodeándome con tranquilidad y cerrando los ojos —, a veces suelo no estar mucho aquí, pues siento que le hace falta algo que me haga sentirlo mi hogar. Cuando voy a tu departamento, por ejemplo, siento que mi cuerpo se relaja por completo. He dormido mejor en tu cama que en la mía y aún no logro comprender por qué. 

sin soltar mi cuerpo, inhaló fuertemente, resoplando con cansancio, lo que decía era verdad. 

>>Pero no estamos aquí para hablar de mis problemas, preciosa Kari-chan. ¿No puedes quedarte a dormir hoy?

—Oh claro que puedo si quieres que falte al trabajo mañana. Mi departamento queda algo lejos y tendría que irme de aquí a las cinco de la mañana para poder cambiarme en mi casa e ir al trabajo. Aunque tomase tu auto, tendría que regresar aquí y todo eso...

su pecho subió y bajó dejándome escuchar una risa por su parte, sonreí involuntariamente y su mano subió a dar caricias mi cabello. 

—En ese caso tendré que ir a dejarte a casa, así que deberíamos apurarnos a comer algo y usted, Kato-san, me ayudará a limpiar mi closet porque tengo más de diez trajes que no uso desde mi graduación y siento que solo se llenan de polvo. 



Tal como lo dijo, nos encontramos limpiando bajo la playlist de Kyojuro su enorme closet. Había tantas prendas que no podía si quiera mirar alguna porque se perdía entre el resto. Según él, era ropa que utilizaba desde la escuela media y había preferido guardar porque "algún día la utilizaría". Nos tomó al rededor de una hora solo limpiar la zona de sus camisetas, camisas y suéteres. Dos horas  limpiar los trajes, pantalones y sacos y media hora fue suficiente para deshacernos de todos esos calcetines rotos que guardaba por alguna razón. 

Por mi parte, me tomó al menos 10 minutos escoger de entre todas esas prendas algunas que sabía que utilizaría.

Cuando hubimos terminado de organizar, limpiar, pararnos a cantar nuestra canción favorita y doblar toda la ropa en sus respectivas cajas, por fin pudimos comer un poco. El cuerpo de Kyojuro en la cocina, indeciso por el sushi que pediríamos, iluminado delicadamente por las luces de los otros edificios adyacentes provocó acercarme delicadamente, sentándome en el sillón, y colocando mis brazos en el respaldo, mirando detalladamente su cuerpo. El comedor, la sala de estar y su cocina no eran divididos más que por algunos muebles con plantas.  Aún atento, con el sol ya casi oculto en su totalidad y el brillo de la pantalla pegándole en el rostro delicadamente, por fin reacciono.

—¡Kari-chan, preciosa! Pedí Makis y masago, pero también uramaki porque sé que no te gusta el... ¿Desde cuando estas ahí mirando, linda?

atravesó el comedor y acercó su cuerpo al mío, sujetó mi rostro y acarició con delicadeza mis labios sin parar de mirarlos. Mi mano buscó uno de sus hombros por inercia, mientras mi otra mano soportaba parte del peso de mi cuerpo, debido a que a este punto, estaba hincada sobre el sillón, buscando llegar a la altura necesaria para poder besarle.

Mi rostro ya de color carmín por el contacto, más la tenue iluminación me hacían sentir cada vez más perdida en el chico de ojos amarillos y rojos, busqué que nuestros ojos se miraran, lográndolo y recibiendo por su parte besos en las comisuras de mis labios. 

—Kyojuro— rompiendo el silencio dije su nombre —, tengo que irme en un rato...

—Cuanto daría porque te quedaras a dormir.

—Podría, pero necesito que una vez recojamos el sushi, vayamos por mi ropa a mi departamento.

Besó mis labios con rapidez y se condujo a su puerta principal, buscando las llaves de su coche y jalando mi maleta detrás de él.

—Quédate aquí, dame las llaves de tu departamento, te mandaré fotos de tu closet y empacaré algunas prendas en esta maleta ¿Puedes prestarme tus llaves?

—Tantas ganas tienes de que me quede a dormir?

Mi casa jamás se había sentido tan calidad hasta que estuviste aquí. 

Sin saber como reaccionar a aquello, le brinde una sonrisa y busqué entre mi mochila, sacando las llaves que correspondían a mi departamento. 

—Sabes como entrar ¿cierto?

asintió y cerró la puerta contento por mi respuesta. Aún por el silencio escuché el elevador llegar, todo lo anterior fue interrumpido por el vibrar de su teléfono.

Madre [6:48]

¿Vendrás el sábado? Estaba esperando que pudieras acompañarme a

hacer unas compras.


preferí mantener el celular de este apagado mientras no estuviera a menos que la recepcionista hablara para recoger el sushi que habíamos pedido, pero llamarían al numero de la casa, no a su celular. Dejé caer mi cuerpo al sillón una vez más, entendiendo lo que había dicho antes "mientas consigo uno que me haga sentir cómodo".




Hola ¿me extrañaron? Tuve una pequeña crisis de escritor, pero ya ando con todo.

Pienso, al igual que a Koishiteru, darle una pequeña publicidad a esta historia en Tiktok, así que, espero que no quede en el olvido jajajajajaj.

Lamento la ausencia y aquí les dejo un capitulo. Bany <3

𝙆𝙤𝙢𝙤𝙧𝙚𝙗𝙞 (𝙍𝙚𝙣𝙜𝙤𝙠𝙪 𝙆𝙮𝙤𝙟𝙪𝙧𝙤)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora