A la mañana siguiente Kyojuro no llamó, ni la siguiente, ni la siguiente, claro está que no la siguiente. Comenzaba a desesperarme, jugando con aquel anillo que ahora decoraba mi mano todos los días. Hiroshi, al notar esto, jaló la silla de su escritorio hasta el mío, tomando mis manos para evitar que siguiera jugueteando con mis dedos.
—¿Aún no llama? —cuestionó con obviedad—, no soy nadie para decirlo, pero desparecer después de la propuesta que le hiciste parece inclusive un chiste.
—Deja de hablar, ni si quiera contesta mis mensajes... Tal vez si lo llamo de nuevo...
Le miré alejar mi celular, sentándose en el suelo para calmar mis nervios. Seguido de ello, negó con la cabeza, dedicándome una sonrisa.
—No llames a nadie que no sea yo, no por ahora.
Y así, nuestra tarde de papeleo poco a poco se convirtió en un martirio para mí y para mis pensamientos ¿Había hecho algo mal? Seguramente se había molestado conmigo por algo que hice, pero su celular ni si quiera conectaba las llamadas y la última vez que había preguntado por él en su edificio me dijeron que no lo habían visto llegar ni salir, que al parecer estaba más ocupado que antes. Eso me daba algo de tranquilidad, el saber que estaba bien.
Aquel lunes, tan solo dar las 12 salimos del hotel, el aún me dejó fuera de mi edificio y se fue. Estaba tranquilo, según decía, había descansado bien, pero ¿Por qué no habrá llamado después?
Mi hombro fue tocado por mi compañero, señalando la ventana. Un auto negro, lujoso y muy diferente al Mercedes Benz de Kyojuro, para ser exactos con el logo de AUDI; estaba estacionado al frente del edificio, notando como el peliamarillo bajaba de este con algo entre manos.
En shock, mantuve mi vista sobre la imagen que la gran ventana me permitía ¿Había cambiado su auto?
Su cuerpo desapareció de mi vista, mis pensamientos se vieron interrumpidos por el sonar del teléfono de la oficina.
—¿Señorita Kato san? —habló la secretaria—, un joven de nombre Rengoku Kyojuro la está buscando.
Giré a ver a Hiroshi, quien solo asintió la cabeza, corriendo al ascensor en cuanto obtuve la afirmación. Verlo en la recepción mirándome, esperando por mí me hizo querer correr a abrazarle cuanto antes, pero me detuvo el mismo.
—Hola Kari chan ¿Tu turno acaba pronto verdad? Solo venía a decirte que esperaré a que acabes e iremos a casa ¿bien?
¿Casa? ¿ir? ¿Desde cuándo era tan propio? ¿Por qué solo dijo eso? Estaba llena de dudas que difícilmente podría resolver.
—S-sí, sí, está bien, espera en el auto, no tardaré demasiado.
Le vi salir, entrar al auto y solo dejarme ahí con más dudas.
Media hora, media infernal hora que me carcomía negativamente, solo podía ver el reloj una y otra vez, frustrada hasta los dedos. Cuando faltaban cinco minutos, guardé todas las cosas con desesperación, sujetando con fuerza mi mochila con mi computador dentro, lastimándome las piernas pues estaba colocando con demasiada fuerza este sobre ellas.
Hiroshi me acompañó hasta la entrada del edificio, notando que su auto aún seguía ahí como había dicho, subí en él y despedí a mi compañero de trabajo.
Tan solo encontrarme en el auto, este encendió el motor para emprender dirección en un sentido completamente nuevo para mí.
—No llamaste —dije al detenernos en un semáforo—, ni si quiera un mensaje "Oye Hikari, he llegado bien ¿Tú cómo estás?", "oye Kari, ya cené ¿Tú también?"
no miró en mi dirección, continuaba serio, solo crucé los brazos.
—¿No llamé? —preguntó, parecía que estaba jugando conmigo—. Lo siento, estuve algo ocupado el resto de la semana.
No dijo nada más.
—Te busqué, fui a tu edificio y dijeron que ni si quiera te vieron llegar o irte.
—Eso es verdad, no he estado en ese departamento después del martes. Mi celular anterior murió un día después, por lo que tuve que comprar uno —me dio el celular, uno completamente más nuevo que el anterior, posiblemente el más nuevo de la marca que el solía usar—. Después tuve que hacer unos preparativos de algo. No he podido ni si quiera comer bien toda la semana.
Por un momento me sentí avergonzada de todo lo que pensé de él en la semana, pero si era así ¿Por qué no solo dejó una nota en la oficina y pude haber no vivido con la eterna duda el resto de la semana?
—Tu auto es nuevo también, según parece.
Lo miré asentir—. Me lo dio el seguro, el otro simplemente dejó de servir, curiosamente la reparación que le hicieron porque no servía ni uno solo de los controles desencadenó que el auto simplemente dejara de funcionar, por lo que tuve que hacer más papeleo del que me gusta hacer.
Su historia parecía no solo real, sino que algo que si le pasaría considerando la cadena de eventos que sucedieron antes de llegar a este día.
—Entiendo —solo pude decir eso—, ¿a dónde nos dirigimos? Este camino es nuevo ¿Está en reparación el otro?
—A casa, Kari chan, te lo he dicho antes.
Estacionamos frente a un edificio completamente nuevo, siendo guiada por la mano de Kyojuro, caminando al elevador y después al quinto piso, una puerta de madera con un numero en dorado 24.
Al abrir la puerta pude notar un recibidor demasiado vació, estaba acostumbrada a ver el bonito recibidor de Kyojuro, decorado con miles de plantas y figuritas. Al entrar había una linda cocina blanca, la cual la separaba una barra del comedor. Por otro lado, la sala y las escaleras al piso de arriba estaban conectas. Una habitación y un baño era lo que complementaban este piso. Arriba había dos habitaciones más. Estaba confundida.
—Esta es nuestra casa —colocó su mano sobre mis hombros—, encontré un lugar mucho mejor que el edificio anterior y decidí venir a vivir aquí, pero sabía que lo que ahora le da ese sentimiento que buscaba a tu departamento no era el espacio, eras tú, es por ello que escogí este lugar porque quiero que vivas conmigo.
¿vivir juntos?
—¿No crees que vivir juntos sea algo más difícil que solo dormir juntos? No me malinterpretes, es increíble, podría darte una respuesta ahora mismo pero esto es tan nuevo para mí...
—Para mí también, así que iniciemos esta nueva etapa juntos ¿Qué opinas?
Asentí con rapidez, abrazando su cuerpo y besándolo, sonriendo como una completa tonta.
—¿podemos empezar moviendo mi ropa y esas cosas hoy?
—Claro, el lugar aún está un poco vació porque quiero que me ayudes a decorar, así que empecemos hoy ¿no crees?
Tal como Kyojuro dijo, la decoración de la casa fluyó con respecto el día, las cajas con sus cosas llegaban de tandas pequeñas en su auto y por mi parte me quedé organizando algunas cosas más. Era maravilloso vivir esto.
Por ocasiones en mi mente corría la culpa de haber pesado de él lo peor cuando solo estaba pasando una mala racha en su vida. Junio se acercaba con más entusiasmo, el clima se comenzaba a sentir caluroso y templado a la vez.
Después de todo caí en cuenta ¿Quién pagaría las rentas de este lugar? Me estaba mudando si avisarle a mi padre. Había dicho que si a alguien que ni si quiera había hecho oficial lo nuestro. Realmente Hiroshi se enojaría mucho conmigo...
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𝙆𝙤𝙢𝙤𝙧𝙚𝙗𝙞 (𝙍𝙚𝙣𝙜𝙤𝙠𝙪 𝙆𝙮𝙤𝙟𝙪𝙧𝙤)
Fanfiction1ˢᵗ. 𝘌𝘥𝘪𝘵𝘪𝘰𝘯 -𝘌𝘳𝘦𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘭𝘢 𝘭𝘶𝘻 𝘥𝘦𝘭 𝘴𝘰𝘭 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦 𝘧𝘪𝘭𝘵𝘳𝘢 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘭𝘢𝘴 𝘩𝘰𝘫𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘢𝘳𝘣𝘰𝘭𝘦𝘴 𝘦𝘯 𝘷𝘦𝘳𝘢𝘯𝘰. -𝘌𝘳𝘦𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘢𝘲𝘶𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘭𝘶𝘯𝘢 𝘥𝘦 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘢 𝘶𝘭𝘵𝘪𝘮𝘢 𝘯𝘰𝘤�...