Algunos árboles se encontraban partidos a la mitad, las plantas alrededor de ellos estaba hechas cenizas o le faltaban algunas hojas. Entre la hierva se alcanzaba a deslumbrar pequeñas gotas carmesí, astillas de los troncos y cachos pequeños de túnicas de los combatientes.
Luo Binghe se encontraba observando con aburrimiento a sus tres oponentes, tres grandes maestros de cumbre que eran llamados los más fuertes de la montaña Cang Qiong. Uno era el líder de dicho lugar mientras que el otro llevaba el apodo de 'Dios de la guerra' y el último era un excelente domador de bestias pero ahora que había luchado contra ellos, el medio demonio sabía que eran simplemente dos sacos de huesos. Eran fuertes lo reconocía pero no le hacían frente.
Yue Qingyuan se encontraba jadeando ante el esfuerzo que estaba haciendo, al inició de la pelea pensó que el discípulo de su amado no eran tan fuerte. Que equivocado estaba. Era demasiado poderoso y lo era aún más con la espada que portaba en las manos, eran como si esa arma le brindara la fuerza que necesitaba para luchar. Y él, el líder de la montaña Cang Qiong apenas había deslizado su espada tres centímetros de la funda, poder suficiente para hacerle algo de frente. Pero el demonio se iba fortaleciendo con cada golpe que daba.
Yue Qingyuan sabía que si sacaba más la espada de su funda, las consecuencias iban ser graves en su cuerpo. En el último de los casos iba a terminar muerto si seguía abuzando del poder de su espada, pero en esta situación era necesaria todo el esplendor de Xuan Su. Justo en el momento que Xuan Su iba dejar su funda, la mano pálida de Liu Qingge detuvo completamente su acción.
-- Que demonios estas haciendo idiota. Acaso quieres terminar con tu vida.-- regaño el dios de la guerra al líder de Cang Qiong.
-- Por supuesto que no....Solo es necesario más poder para enfrentar a Luo Binghe.-- dijo Yue Qingyuan. Luo Binghe bufo ante las palabras del humano, su poder no tenía limites y ellos apenas le llegaban a los talones.
Liu Qingge gruño ante la afirmación, pero era una dura verdad que había aceptado desde el momento que empezó a luchar contra el hibrido. La situación era tensa, el poder que tenían ya no era suficiente para enfrentar el Emperador. De hecho empezaban a perder las esperanzas de librar esta batalla y obtener la gloria.
Shui Qing solo jadeaba por el esfuerzo que hacía al igualar en fuerza al medio demonio, no importaba cuanto poder ponían en sus espadas o se esmeraban en predecir los movimientos del enemigo. Luo Binghe siempre encontraba una forma de darles batalla y debilitar el punto ciego que nacieron conforme avanzaban con su núcleo dorado, el tiempo se les agotaba y ellos tres tenían que actuar rápido.
-- Bien. Si ustedes no quieran empezar lo hare yo.-- La voz del hibrido destilaba arrogancia, demasiado para el gusto de los tres cultivadores.
-- Preparate Liu-Shīxiōng, Shui-Shīxiōng estas vez Luo Binghe viene con la intención de matarnos.-- los mencionados solo pudieron hacer un sonido afirmativo para después prepararse ante el enemigo que se acercaba con rapidez. El primero en chocar contra Xin Mo fue Cheng Luan, ambos filos de las armas sacaron brillo por la forma en como chocaron. Pero el puño de Binghe se estrello en la mejilla de Liu Qingge, haciendo que perdiera el agarre en su espada y terminara lejos del medio demonio por un par de metros.
Yue Qingyuan no pudo evitar gruñir ante la forma tan descarada de pelear del hibrido, entendía que el niño había terminado de formarse en el abismo. Pero este era un combate serio, en donde la forma de pelear se empleaba en la forma del agarre de la espada. La postura al pelear indicaba el nivel que te habías entrenado para luchar contra el enemigo, la postura de Binghe era salvaje e impredecible. No se sabía en que momento el hibrido podría cambiar la forma de pelear y que movimientos guardaba debajo de la manga.
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ʟᴀ ᴇᴍᴘᴇʀᴀᴛʀɪᴢ ᴅᴇ ʟᴜᴏ ʙɪɴɢʜᴇ
FanfictionCaer dentro del abismo, pasar días enteros dentro de ese infierno hace que desconfíes de toda persona. Para Luo Binghe fue un duro golpe de realidad en la que aceptaba que su maestro jamás lo iba a ver como un discípulo más, si no como alguien quien...