ʟᴀ ᴇᴍᴘᴇʀᴀᴛʀɪᴢ ᴅᴇ ʟᴜᴏ ʙɪɴɢʜᴇ

ɢʀᴀʙᴀᴅᴏ ᴅᴇ ᴅʀᴀɢᴏɴᴇs

Belleza etérea, esa era la forma en como Binghe describía a Shen Yuan. 

Un antiguo Yaoguai con la capacidad de transformarse en un humano y solo conservando las características felinas de su verdadera forma. No importaba como fuera la apariencia de Shen Yuan, ya siendo con alguna túnica suelta; mostrando ese hombro tan pálido y perfecto como el pétalo de un hortensia floreciendo en plena primavera. O con una cara somnolienta siendo acariciada por los primeros rayos del sol, también la belleza aplicaba en las miles de expresiones que albergaba para el día. Ya sea haciendo un tierno y débil puchero hasta la sonrisa más tierna que solo reserva para Binghe.

Ese concepto se aplicaba en todo sentido con el pequeño demonio, pero ahora Binghe cree que la palabra Belleza no podría dar con la definición perfecta de su pareja. Shen Yuan se encontraba sentado a orillas de lo parecía ser un lago, un cuerpo de agua dentro del abismo; es como encontrar un oasis en medio del desierto. A-Yuan tarareaba lo que parecía una canción de infantil mientras que pasaba  con suavidad pasaba un peine en su perfecto y hermoso cabello, la imagen que producía Shen Yuan sin saberlo causaba una conmoción en el corazón de Binghe.

Con suavidad y calma Binghe camino hasta donde se encontraba Shen Yuan, su frágil figura resaltaba la belleza que portaba el demonio. La dulzura de su rostro hacía una combinación perfecta con sus partes felinas, lo hacían ver como un ser que vino al averno para liberar las miles de almas que perecen en este horrible lugar. Así era la forma de ver de Binghe sobre Shen Yuan, el mencionado sigo tarareando esa melodía solo conocida por él. Una dulce tonada que provenía de las memorias borrosas de Shen Yuan, más este no lo sabía.

Suaves brazos rodearon al cálido cuerpo del pequeño demonio, este al momento de sentir como era abrazado no dudo en dar un pequeño saltito. Después dejo salir una leve risa por la ternura que mostraba su amado y se dejo abrazar por los fuertes brazos del hibrido, calidez era lo que brindaban ese par de músculos. Se sentía protegido y en casa, la sensación de soledad iba abandonando ambos cuerpos con solo la presencia de la otra persona. Un leve ronroneó salió de  Shen Yuan, ese simple sonido demostraba que se encontraba feliz y contento con la presencia de Luo Binghe.

-- Es hora que continuemos.-- fue la simple oración que soltó Binghe en dirección a Shen Yuan. El mencionado dejo salir un quejido de protesta y al mismo tiempo que formaba un adorable puchero en su rostro, recargo todo su peso en el firme abdomen del hibrido. Como una suplica silenciosa que se quedaran en ese lugar por un poco más de tiempo pero solo el hibrido soltó una débil risa, ante las acciones que realizaba el pequeño demonio.-- A-Yuan.......debemos avanzar, sino los enemigos nos encontraran.

Tal vez persuadir a Shen Yuan funcionara para que ambos continuaran con su travesía dentro del Abismo sin Fin, pero a veces cuando las personas en verdad no quieren moverse podían generar una actitud terca ante la situación. Binghe al ver como Shen Yuan seguía en su etapa de 'negación' de irse de ese lugar no pudo evitar suspirar ante la forma tan infantil de comportarse de su pareja pero aún así lo amaba, sin anuncio tomo en brazos a Shen Yuan en forma nupcial. Causando un débil gritillo en el pequeño demonio, el hibrido tomo entre sus brazos y manos el peso del demonio. 

Noto como la cola blanca de Shen Yuan se aferraba a su brazo izquierdo, sus pequeñas manos se aferraban a sus túnicas; sus orejas se encontraban algo agachadas pero en las mejillas se notaba un sutil sonrojo. Las acciones  imprevistas que realizaba Binghe causaban que sus latidos se saltaran unos segundos,  pero amaba la forma en como demostraba Binghe que se preocupaba por él al igual que hacia lo mismo por su pareja. Sin poder evitarlo Shen Yuan se dejo llevar en los brazos de Luo Binghe hasta donde se encontraba su pequeño campamento de ese día, sus cosas se encontraban amontonadas en un grupo pequeños de rocas. Las cenizas de lo que fueron una fogata aún se encontraban algo calientes, solo necesitabas remover algo las brazas para volverla prender.