-Tomados de la mano-

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Frio.

Esa era la palabra con que se caracterizaba a Aizawa Shota. Siempre hablando y expresándose de una manera seria y cortante, que era difícil comprender como se había hecho amigo de aquel rubio ruidoso. Pero se llevaban extrañamente bien, que estos no se lo cuestionaron.

—¡Sho!

—¿Que quieres?

Pero no solo era frio en su personalidad, si no, también en sus manos. Las cuales, era tan heladas como un hielo.

—¡Shota! ¡Choca los cinco! —grito el rubio mientras le extendía su palma.

—No gracias —dijo directamente.

—¡Oh vamos! No dejes a tu amigo en vergüenza.

—No tengo animo de juegos.

—Y.....¿me avisas cuando los tienes? Digo para hacer mi horario de Shota divertido.

—Cállate.

Este era consciente de la frialdad de sus manos, por eso, evitaba cualquier contacto con estas, sobretodo con su amigo rubio, de el cual, aunque no lo admitiese, le tenía un gran cariño. 

Y tal vez algo más que eso.

—Shota, no es necesario que uses guantes cuando salimos.

—Si cuando tienes las manos como si te las hubieran metido en un balde de hielos.

—Son exageraciones tuyas.

—Lo dudo.

Aunque habian varias pruebas para afirmar lo dicho por su compañero, este seguía sin creerlo. Y aunque fuera cierto, no le quitaría el deseo de sostener su mano, aunque sea la más fría del mundo, solo quería tenerla junto a la suya un par de segundos.

Era un sentimiento algo peculiar, de todos modos. ¿Era normal el querer tomar la mano de tu amigo? Pero cada vez que el rubio lo pensaba, solo se le venían imágenes tiernas de Shota y el tomados de las manos, mientras caminaban por el parque.

Pero eso solo quedaría en un pensamiento, ya que cada que quería tomar su mano de manera desprevenida, este nunca alcanzaba su objetivo.  

—¡Hey, my friend!

—¿Que pasa? —hablo mientras se levantaba de su asiento.

—Oboro y Nemuri me recomendaron un nuevo centro de comida que abrieron por el parque. ¿Te apuntas?

—No creo que pueda, estaré entrenando por la tarde.

—¡Entonces te acompaño! —afirmo mientras lo señalaba con sus típicas pistolas de dedos.

A lo que Aizawa se quedo un momento pensativo antes de responder. Tal vez no era tan mala idea.

—De acuerdo....¡solo si prometes no dejarme sordo!

—Lo que digas little iceberg.

—No me llames así.

—¡Entonces hasta la tarde little iceberg! —exclamo para luego salir del aula.

Tal vez tenía que aprender en pensar más antes de aceptarle algo a su amigo cacatúa.

Ya en la tarde, Shota llego al campo de entrenamiento, para encontrarse con su compañero esperándolo pacientemente.

—Valla, llegaste temprano.

—¡Si, pero bueno no perdamos tiempo! ¡Tenemos que entrenar! —grito alegremente.

—Hizashi, recuerda lo que te dije.

—Ay, perdón.

Así se pasaron un par de horas entrenando, algunas veces por separado y otras veces combatían entre ellos mismos, aun así el resultado era el mismo, que estaba terriblemente cansados.

—Bueno, ya me voy.

—¡Espera Shota! —grito para tomar la muñeca de este, Aizawa por el repentino toque dio un pequeño salto y aparto su brazo, lo más lejos de la mano de su acompañante.— Eh....yo...¡pensaba que seria buena idea acompañarte!

—¿Eh? No es necesario, ni que fuera un bebé.

—Se que no es necesario, pero....¿no es mejor ir acompañado a que ir solo? —dijo con una sonrisa en su rostro.

A lo que Shota dio un suspiro y respondió.

—De acuerdo...

Cuando se encontraban caminando, Hizashi hablaba de temas aleatorios mientras que Shota no dejaba de pensar de lo cerca que estuvo su mano con la del contrario. Lo que no sabia, era que Hizashi, mientras hablaba, balanceaba su mano un poco, para así tener por lo menos un "roce accidental".

Y por suerte de este, logro su cometido, aunque asiendo reaccionar al pelinegro. Fue un pequeñísimo contacto, pero este no estaba ni cerca de lo que decía Shota sobre sus manos.

—Ya llegamos.

—¿Ah? —no se habia dado cuenta que ya estaba al frente de la casa del pelinegro.

—Bueno hasta maña-

—¡Tu mano!

—¿Que?

—¡Dame tu mano!

—Pero que rayos dices —apenas acabo su oración una de sus manos fue atrapada por la del contrario.

—Jajajaja ¡Vez te lo dije! Shota, tu mano podrá ser fria, pero....es suave, hermosa y también —hizo una pausa para llevar la mano de Shota hasta su propio rostro y cerrar sus ojos.— Mientras más la tengo cerca, puedo sentir como se vuelve cálida y siento como si todos mis problemas se solucionaran —esto ultimo lo dijo mientras soltaba un suspiro y abría sus ojos.

Ahi es donde noto todo lo que había dicho y vio al pelinegro al frente suyo, con el rostro mas rojo que habia visto hasta ahora. Aunque bueno, al verlo también se puso igual de rojo.

—¡Ah! ¡Lo siento! ¡Lo siento! —decía repetidas veces mientras soltaba la mano de Shota.— ¡No era mi intención incomodarte! ¡Deberás lo siento!

—N-No hay p-problema.

—¡¿Enserio?! ¡Dime con sinceridad si te incomode! Porque te jur-

—En realidad fue agradable, esto lo dijo levemente.

—¡¿Eh?!

—Eh...cr-creo que se te hace tarde.

—¡Ah! Tienes razón. ¡Bueno adiós Shota! —hablo mientras corría del lugar y se despedia con la mano, aunque parece que no lo escucho, el lo entendió perfectamente, le pareció agradable, ambos compartían la misma sensación y eso lo hacia tan feliz.

Por otro lado Aizawa apenas ingreso a su hogar, no pudo evitar llevar su mano a su rostro, solo para notar que esta, ya no se encontraba fría. ¡Realmente se volvió cálida!

¿Acaso ese era el inicio para descongelar su corazón?

Porque si era así....Hizashi Yamada lo estaba consiguiendo a la perfección.

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~First Times~ (Erasermic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora