30

70 52 4
                                    

Salí de la cueva y la lluvia se encontraba más fuerte, afuera de la cueva el camino iluminaba con postes de luz viejos. Un poco a lo lejos veía las ruinas, pareciera que la misa ya comenzó. Veo a mi reloj y la manecilla por fin dio 5 de la mañana, esta es mi batalla final donde podré saber si volveré a Paris o no.

Mis piernas se debilitan y mi visión se puso borrosa de repente. Recargué mi mano una piedra afuera de la cueva, caí en un desmayo cuando mis ojos empezaron a ver el color negro.

El día en que sonó el teléfono, era la llamada del padre de mi novia. Ese día fue tan difícil para mí, creí que realmente había muerto ella, pero buscar entre todas sus cosas no fue algo fácil. Cuando me enteré de que seguía viva, necesitaba un momento para recomponerme mentalmente. Estaba arrepentido de las veces que peleábamos, necesitaba de ella. Me preparé para el viaje, hice un ritual, de pura casualidad ese día había luna de sangre. Sabía que el ritual funcionó cuando ya estaba allí, en otra dimensión.

-----------

-¡Vaya! Por fin despiertas-me despertó una voz femenina, no supe de quien era hasta cuando mi visión volvió, Ayra. Estábamos en la arena. Miré a los lados y las ruinas todavía se encontraba cercas de nosotros-. Te desmayaste y supongo que pudiste vencerlo, eres muy valiente James-sentí el calor de su abrazo, yo no sabía que decir, simplemente quería llorar porque el tiempo se estaba acabando, siento que no la voy a recuperar-. ¿No dirás nada niño de cabello castaño? Tienes la cara un poco sucia.

La intensidad de la lluvia había disminuido. Me levanté con dificultad y me dirigí al mar para lavar mi rostro. Así que Ardenia es una isla. Sentía el agua helada, me dio escalofríos por todo el cuerpo. Respiré hondo. Miré atrás. Ayra me estaba viendo. Me acerqué a ella, tomé su mano y le entregué el péndulo, que era lo que tanto quería. Le di la espalda y caminé para subir y estar en las ruinas.

-Tu batalla con Dino fue un espectáculo.

-Tengo que ir a enfrentarme con el padre- seguí caminando, pero escuchaba que me seguía.

-¿Estás seguro de eso?-saqué la escopeta-. Tu rostro, bueno, te ves fatal, tu rostro está pálido, parece que tu piel se está rompiendo porque tienes algunas grietas en el rostro de color morado, y en ambos parpados inferiores tienes color morado con rojo, no sé cómo explicarlo-ella suspiró-. Que pregunta tan estúpida.

-Hablando de preguntas estúpidas ¿quién eres en realidad?

-La verdad es que ni siquiera yo sé-me respondió con un suspiro-. Ya llegamos, tendrás que pasar ese barandal grande con su puerta.

-Cuídate- le dije.

-Tengo que decirte algo.

-¿Qué pasa?

-Si no se gana esta batalla, los universos en donde pertenecemos, ambos, el tuyo, el mío, este, serán el fin del mundo.

-¿Cómo lo sabes?

-Hay mucha información en el castillo.

Me quedé sin palabras, no supe que responder.

-Me temo que si no la recuperas a tiempo no podrás volver a la dimensión que perteneces ¿estás listo?

- Sí, tengo que estarlo.

- Yo me iré a casa, gracias por haberme protegido James.

Ambos nos despedimos, ella se fue y yo pasé la puerta grande que ya estaba abierta, no miré hacia atrás. La luna de repente volvió a iluminar y la lluvia paró. Sentía el olor fresco y el frío en mi cuerpo, al igual que mi ropa húmeda. Caminé con la escopeta en la mano hasta llegar a las ruinas. Un castillo de piedra ya derrumbado y piezas grandes por todos lados, viejo el lugar e iluminado por lámparas de petróleo.

Escuchaba como mencionaban oraciones hacia el arcángel Gardien, además de un canto angelical. Y cuando llegué a verlos a todos, vi algo que no pude creerlo. Era una..., no sé qué es, no puedo explicarlo... Me tiemblan las piernas con solo verlo, simplemente es una cosa que supera el mundo físico y el mundo espiritual. Es... un ojo humano de color azul muy grande con 4 anillos en color negro a su alrededor, unos más grandes que los otros, están girando a su alrededor y el ojo mira a todos lados.

Veo de espaldas a un hombre con su túnica en color negro alzando los brazos y orando al ojo diciendo por el nombre "te agradecemos, Gardien por este juicio eficiente".

¡Esa cosa no puede ser el arcángel Gardien! ¿¡Cómo es que lo han logrado invocar!?

Di unos pasos hacia atrás, ahora no estoy seguro de contra quién me estoy enfrentando. Respiro profundo y con calma porque siento que el corazón se me va a salir, aprieto el arma, recuerdo la razón por la que estoy aquí. Caminé hasta encontrarme a Abby y al padre de espaldas. Abby llevaba un vestido blanco con mangas grandes, llevaba su cabello castaño y suelto.

Caminé hasta llegar a unos cuantos metros que nos separaban, perfectos para que se giraran y pudieran verme. El padre se giró para verme, por fin le he conocido cara a cara.

- Bienvenido seas, Richter. 

Cielo DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora