situación IX: varados en una gasolinera de mala muerte

1K 181 135
                                    


El día comienza a ponerse gris y el aire se torna helado.

El codo de Nahoya continúa hinchado y tiene la sensación de que está siendo observado.

Voltea hacia un lado, tratando de rascar una nueva picadura de mosquito de su brazo, y al alzar la vista, descubre a una tipa con cara de pervertida, viendo su trasero y sus piernas cubiertas de repelente.

Está tomada de la mano de otra mujer que solo puede significar una cosa: su esposa.

Rápidamente Nahoya se pega a Ran.

-¿Y ahora qué hacemos? —pregunta frustrado mientras regresan al local de abastecimiento.

-Pedirle a alguien que nos preste un celular.

-¿Y a quién vas a llamar? Te recuerdo que ninguno de los dos memorizó un tan solo número en caso de emergencia.

-La verdad es que conozco uno... Es de mi casa, pero dudo que mis padres estén allí a estas alturas.

-Bueno, no perdemos nada con intentarlo. Aunque también podríamos usar el teléfono público.

-Tiene un gran rótulo que dice "fuera de servicio"  —señala el Kawata el rótulo en cuestión.

Nahoya se encoje de hombros mientras se abren paso dentro del local; ambos examinan a las pocas personas que se encuentran deambulando por los pasillos en busca de alimentos.

Hay un tipo que tiene cara de homicida, con barba sucia y abundante cubriendo su mentón y sus mejillas, con aretes de plata perforando cada superficie de sus orejas.

No deja de verlos.

-Parece que tienes un admirador —susurra Ran al oído del Kawata—. ¿Y adivina qué?

-¿Qué?

-Tiene un celular en sus manos.

La ceja derecha del omega se levanta inmediatamente.

-Oh, no. No, no, no. Estás loco —《es el homicida con barba de chivo》—. ¿Por qué no vas tú? O mejor, ¿por qué no le pedimos a la amable cajera, que está sosteniendo su celular, que nos lo preste por un segundo?

Ran da un largo suspiro.

-De acuerdo. Vamos... Aburrido.

Comienzan a caminar hacia la chica con teléfono.

Ella está escribiendo furiosamente, con el ceño fruncido, concentrándose en la pantalla e ignorando al resto del mundo a su alrededor.

Una vez estando frente a ella, Ran se aclara la garganta para llamar su atención.

La chica los ignora, todavía con la vista fija en su teléfono.

-¿Disculpa? —dice Ran, esta vez la beta alza la mirada.

Sus ojos vuelan hacia las bolsas que carga Nahoya en sus manos.

-No se aceptan devoluciones —dice ella con voz genérica.

La beta vuelve a observar las bolsas empapadas por los refrescos estallados, y baja la vista a su teléfono.

-No venimos por eso —dice Ran-, queríamos pedirte un favor.

-Los baños están al fondo a la derecha —dice abruptamente, sin despegar su vista del aparato móvil—, já, como si no fuera típico que en cada casa y construcción no los pusieran ahí.

-No es eso...

Ella vuelve a mirarlos, luego algo se enciende en su mirada, comprendiendo lo que finalmente la "pareja" busca.

I Love You So|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora