situación XI: ¿cerramos trato con un beso?

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RAN|

Mi mente todavía sigue nadando en la ira y la vergüenza porque mi tía me había llamado "Rancito" públicamente; es por eso que no puedo reaccionar correctamente cuando Nahoya une su mano con la mía y le da un apretón no tan suave para ser un omega.

Apenas y le pongo atención a lo que dice, pero de repente capto a mi madre que me lanza una mirada divertida y curiosa. Sus cejas se elevan hacia el nacimiento de su cabello y parece que se estuviera mordiendo la lengua para aguantar preguntar algo de lo que siente curiosidad y desprende de ella a raudales.

Hay un alfa frente a nosotros, usando el uniforme de los típicos trabajadores del campamento; desde mi lugar puedo notar que el tipo tiene cabello rubio.

El chico rubio me está observando por un momento, calibrando mi aspecto y midiendo mis reacciones.

Entonces, como si me hubieran echado un balde de agua fría, mis oídos se destapan y finalmente escucho lo que está diciendo Nahoya:

-Y este es mi novio. Supongo que estás trabajando para su familia y ya debes conocerlo. Por favor evítanos tener que ver tu cara por mucho tiempo.

Después de esas palabras Nahoya se congela, su postura rígida y su mano se desprende de la mía.

-¿Nahoya? -murmuro cerca de su oído.

El reacciona y vuelve a tomar mi mano.

-Por favor, finge por mí. Yo te ayudé a ti, ahora finge conmigo -su voz aumenta de volumen al decir la siguiente parte en dirección al otro alfa-: te presento a la tía de Ran, ella es aficionada a regalar condones. Deberías pedirle uno para cuando decidas embarazar a otro de mis amigos. ¿Qué tal la vida de padre a los veinte? ¿Deliciosa?

El tipo se encoge de hombros, como si no le importara en lo absoluto.

Eso parece enfurecer a Nahoya y el suelta un gruñido desesperado.

-¡Imbécil, hijo de pu...!

-Pelusita, ¿no crees que debes cenar antes de destrozar al muchacho?

-Oh no, no lo conoces. Ese imbécil jugó conmigo todo el tiempo. ¿Qué es lo que les pasa a ustedes que no se conforman con una persona? ¿Se creen jeques o se creen con el derecho a tener un harén?

Miro al rubio. Me cuesta pensar en él como padre, padre del hijo del amigo de Nahoya.

Sabía que el tenía algún daño psicológico profundo. Todos lo tenemos.

Sostengo su mano y lo obligo a seguirme en dirección a la cafetería. El alfa está parado frente a la puerta, bloqueándonos el paso, pero no me importa.

-¿Este tipo hizo eso? ¿Te engañó con uno de tus amigos? -pregunto en voz alta.

Nahoya asiente con la cabeza. Puedo ver dolor en sus ojos color melocotón.

-Bien -digo tranquilamente. Entonces, sin que nadie lo vea venir, conecto mi puño cerrado contra la mandíbula del sujeto, y él, que tenía una postura desequilibrada, se tambalea hasta que cae de espaldas contra el suelo.

-¡Ran!

Escucho los gritos de mamá. Nahoya está mudo mientras yo sigo tomándolo de la mano y comienzo a empujar su cuerpo repentinamente quieto hacia la cafetería.

Halo la puerta, ignorando al tipo tirado en el suelo quejándose de dolor, y voy directamente hacia la barra de comida que aún permanece intacta.

Nahoya está impactado. Lo noto porque su cara está blanca como el papel; también se podría decir que sus pies parecen clavados en el suelo debido a su falta de movimiento.

I Love You So|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora