prólogo

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Lo que más le encanta a Ran de su omega son sus ojos: verdes y oscuros, grandes y de pestañas gruesas.

Su boca: rosada sin necesidad de utilizar maquillaje, y un poco rellena, la cantidad justa para besar y morderla, y ese aroma a tulipanes que siempre lo tiene cautivado.

Bueno, eso piensa Ran de su novia.

Pero lo que verdaderamente lo vuelve loco es su cabello, largo y dorado. Ella siempre huele bien, es como si lo pasara humectando en alguna cosa con olor floral cada cinco segundos, pero no, son sus feromonas. Delicioso.

Es la clase de chica que Ran cree que hay que sentirse orgulloso.

Ella pone su pequeña mano sobre la suya, rozando con su dedo pulgar la palma del mayor, otro gesto que lo vuelve loco.

-¿Ran? –dice, la comisura de sus labios se eleva un poco al notar que Ran la ve embobado,–. Bebé, concéntrate. Quiero hablarte de algo.

El alfa asiente con la cabeza, su sangre viajando al sur de su cuerpo.

Ran está tan idiotamente enamorado que no le importaría gritarlo.

-Sabes que he estado esperando conseguir una beca en Estados Unidos, ¿te acuerdas?

Ran asiente.

Ese pequeño vestido que usa hace que la imaginación del alfa se sienta viva.

-Pues... —ella se muerde el labio inferior y Ran se enciende con ese gesto— conseguí la beca.

De repente, sus palabras se filtran en el  cerebro del trenzado, hundiéndose como cuchillas afiladas apagando el fuego.

Ran frunce el ceño.

-¿Cómo?

-Sí, la semana pasada me avisaron. No quise decírtelo antes porque quería evitarte la molestia, pero...

-¿Cuándo te vas? —

《esto no pasaba, no tenía por qué estar pasando. ¿Se iba?》

-En dos días.

Ella aparta su mano del mayor y la esconde bajo la mesa.

El mundo del Ran cae a pedazos, uno por uno.

-Pe... pero no puedes irte...

Si ella se iba Ran creía que moriría, no lo soportaría.

-Te quiero –dice Ran,  desesperadamente.

-Lo sé, y lo siento —los ojos de la fémina se rehúsan a mirarlo.

-Entonces me voy contigo.

Ran ve los ojos de la contraria abrirse por completo negando rápidamente con la cabeza.

-Oh no. No tienes por qué seguirme. Te lo prohíbo.

-Pero... pero ¿por qué?

-Quiero independizarme, no necesito un novio en estos momentos.

-Yuriko, no me dejes...

《Sé que estoy siendo patético y estoy tirando mi dignidad a la basura, pero he pasado siete años junto a ella y no puedo dejar que se vaya así como así》.

-Lo siento Ran–dice ella, solamente.

Se mueve en su asiento y comienza a levantarse, pero el alfa hace lo mismo y la retiene por el brazo.

-Yuriko...

-Mira, tú y yo siempre hablamos de viajar por el mundo. No entiendo por qué te sorprendes de mi decisión por comenzar ahora. No tengo nada que me ancle a esta ciudad.

I Love You So|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora