NAHOYA|
Ran y yo tenemos una semana increíble, a pesar del incidente con Yuriko y de cómo pienso cobrarme muy pronto mi premio por ganar la apuesta. Al final de cuentas todo sucede como en un sueño, y sí, sé que sueno jodidamente cursi y lo detesto; y sí, probablemente me salgan unicornios del trasero y vomite mariposas, pero no lo puedo evitar.
Soy el omega más feliz del mundo, oficialmente se podría decir que yo y Ran estamos saliendo.
Estoy teniendo sentimientos reales por Ran y mi omega se siente a gusto con el, su aroma a café me encanta, como más que gustar, como realmente reales-reales, de los de verdad, no los confundidos sino los reales... Agg, de acuerdo, me está gustando demasiado y eso me aterra. No me quiero involucrar mucho porque sé que en algún momento puedo terminar con el corazón roto y eso me sería difícil de procesar. Pero también sé que debo arriesgarme y atreverme a darle a Ran una oportunidad, se lo merece.
Después de su cumpleaños él ha estado con un ánimo sombrío, así que nuestra salida al cine hace tres días lo reanimó por completo, a pesar de que casi pudo pelearse con alguien , por no mencionar el hecho de que una de mis camisas favoritas se arruinó; pero en general, la pasamos bien juntos.
Luego de eso, nuestros días han sido muy normales, pero para nada aburridos. A veces él viene a mi casa y juega con mis hermanos, o si no sus primas me insisten en ir con ellas y mostrarme las fotos vergonzosas de un Ran de diez años y un Rindou más pequeño apasionado por libros del viejo oeste.
Ya puedo imaginarme a nuestros cinco hijos con cabellos rubio y ojos violeta, y sí, también perritos. Estoy pensado mucho, lo sé.
Todavía sigo suspendido en el trabajo, pero falta unos cuantos días para regresar nuevamente así que paso la mayor parte de mi tiempo con Ran, prácticamente parezco su siamesa. Por esa misma razón, es realmente extraño cuando esa mañana nunca se aparece por mi casa o me llama desde muy temprano para despertarme con alguna de esas canciones de rock que tanto le gusta escuchar en su auto.
E incluso, él siempre avisa en caso de que no pueda venir o se ausente por periodos largos. Pero hoy se siente diferente, demasiado.
Me paseo dentro de mi habitación, pensando en si le habrá pasado algo. Al final dejo mi temor de lado y decido llamarlo de una buena vez; tampoco quiero ser como esos novios neuróticos que necesitan saber con desesperación cada movimiento que da su chico, pero no es normal en él no aparecerse. Y es aún más anormal que la llamada caiga directo al buzón de voz. Lo que significa que Ran tiene apagado su teléfono.
Ran nunca tiene apagado su teléfono.
¿Qué está pasando con él?
¿Le habrá ocurrido algo? ¿Se ahogó? ¿Accidente de tráfico? ¿Se murió la batería de su móvil? ¿Lo asaltaron? ¿Lo violaron? ¿Podría seguir al lado de Ran en caso de que lo violaran? ¿Por qué estoy haciendo tantas preguntas?
Sí, me pongo un poco paranoico al respecto. Pero basta, no soy de esa clase de novios, no lo soy.
Necesito repetirlo unas diez veces más hasta que me tranquilizo.
Decido dejar mi teléfono a un lado y esperar por saber de él; tampoco es como si se lo hubiera tragado la tierra.
Para el final del día, y luego de veinte llamadas fallidas después, estoy realmente perdiendo los estribos. No he recibido una sola llamada o mensaje de texto de Ran.
No sé nada de él, y no puedo seguir pretendiendo que no me afecta y que no estoy preocupado; así que decido tomar la iniciativa en esta ocasión y le envío un mensaje de texto, en caso de que decida responder:
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I Love You So|
FanfictionA Ran lo dejaron. A Nahoya nunca lo amaron. Y cuando ambos, por casualidades del destino, se encuentran: todo puede salir mal. Ahora fingirán que son la pareja perfecta que suele ir al cine, que comparte cenas románticas y que declaran su amor púb...