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Manjiro Sano un criminal, que comenzó como un ladrón cualquiera, un muchacho necesitado de dinero y la única forma de conseguirlo era ser un criminal.

No fue fácil, pero conforme más pasaba el tiempo la avaricia de tener más y más creció cual espuma.

Que comenzó con rapidez a escalar en aquel oficio de dinero "facil" que con sus amigos se convirtieron en la pandilla más grande de todo Tokyo.

Y cuando se encontraron en aquella cúspide de poder y excesos la avaricia se apoderó de sus amigos.

Comenzaron las traiciones, Mikey el líder de aquella liga de delincuencia, un pequeño hombre de poder, nacer sin tener nada, y a media vida lo tenía todo.

Cuando las avaricias ya no paraban y las traiciones, los asesinatos de sus compañeros.

Nadie ni nada podía estar encima de él, ni siquiera pensarlo...

Quedando solo uno de todos los que eran sus compañeros, su mejor amigo su amigo de la infancia.

Baji Keisuke el único chico que salió ileso de todas la ejecuciones del Sano, uno a uno fue asesinado quedando solo dos de todo lo que comenzó como la Tokyo Manji Gang.

Todo Tokyo en manos de dos hombres sanguinarios y poderosos.

Se adueño de una pequeña ciudad, su ciudad la bella Shibuya su amada ciudad natal que decidió tenerla en su poder en su totalidad...

En una ocacion se podía ver la ciudad en un festival los colores brillantes las lámparas por aquí y por allá.

Dando una vista preciosa de la comida y juegos...

Camino por las calles de aquel pueblo a paso lento y egontrico con la mirada en lo alto mientras la gabardina de Kanto Manji adornaba en sus hombros.

Iba a su lado Keisuke y su pareja ambos comiendo riendo.

Baji y su adorado Matsuno caminaban y comían, atrás del dueño de medio Japón y toda Shibuya, reían de cualquier cosa.

Mientras Sano caminaba y veía a los transeúntes, pudo divisar a un chico alto, bastante a su comparación una trenza rubia era bastante llamativa más a que ambos lados de su cabeza estaba totalmente rapados y un tatuaje se podía admirar.

Era un chico realmente atractivo, medito un poco y jamás lo había visto...

Y junto de aquel hombre, una hermosa rubia caminaba a su lado, siendo más bajita. Y jalaba al alto con persistencia y el sonreía.

Sano solo quedó anonadado por el hombre que caminaba en frente.

Cuando comenzó un pequeño baile y todos comenzaban invitar a las señoritas otros a sus amigas o incluso sus madres para que no se quedarán sentadas

Manjiro sonrió y vio aquella rubia que en unos minutos caminaba a lado del alto de trenza.

Sano camino a paso fuerte, lento y se inclinó un poco e invitó con la mano extendida a la muchacha.

Ella con la mirada ligeramente asustada y su mano temblorosa acepto el baile del tan conocido Manjiro.

Bailo con la muchacha casi temblando del terror todos conocían esos cabellos alborotados que llegaban a los hombros y tan rubios cual sol, esos ojos tan profundos como la noche y tan negros cual carbón.

Y todos los presentes comenzaron a cuchichear "Pobre chica" "De seguro la secuestrara" "De seguro ya la tenía en la mira" y ella también empezaba a sudar del miedo y nervios ese hombre ya no la dejaría, pensaron todos.

Él solo se divertía de la expresión horrorizada de la joven era realmente gracioso.

Y mientras todos miraban a la chica con tristeza y le daban buena suerte, él miraba a lo lejos el chico de trenza ahora que lo tenía frente se veía su cara llena de furia y frustración.

Si que era bastante guapo, pensó.

Sano río, pudo divertirse del rostro cargado de odio hacia su persona, aquel joven se desvordaba en odio y Manjiro se divertía, le causaba gracia el ver a ambos.

La chica muriendo de terror y el de tatuaje estaba a punto de separarlos.

Por que para todos el rubio de Sano tenía en la mira a la bella joven de cabellos oro y ojos ámbar.

Pero para Sano ya tenía el chico que deseaba, era alto y fornido su cabello más castaño que la chica y unos ojos color noche, mientras un mechón rubio surcaban su rostro masculino.

Cuando el baile cesó, con galantia llevo a la chica donde estaba aquel otro muchacho.

Se despidió con un beso en el dorso de la delicada mano de la bella dama, nadie dijo nada.

Mientras que el tatuado estaba a punto de propinarle un golpe, Manjiro volteo su mirada divertida al contrario.

-Cuidado con quien te metes- una amenaza que llevaba una risilla de superioridad por parte de Manjiro.

La cara del más alto se tenso, su furia estaba siendo retenida y aquella amenaza apretó un botón muy sensible.

Todos lo presentes guardaron silencio.

-Tú igual- se escucho gracioso siendo que Sano podía chasquear los dedos y aquel guapo muchacho estaría tendido en el suelo con su pecho lleno de plomo.

Y muchos espectadores con su cara de terror. Obvio no haría ninguna escena...

Carcajeo y dio una última mirada, una diferente que hizo erizar la piel del chico.

Y sonrió para voltearse y marcharse con soltura, una aura lo rodeó, tan fuerte como si fuera un demonio.

Obvio todos los miraron completamente expectantes, sentían que en cualquier momento Manjiro daría la orden y comenzaría una brutal balacera...

No pasó, solo se marchó divertido y con una sonrisa en sus labios.

Mientras que los presentes dejaron escapar el aire del susto...

Manjiro era una amenaza y su temperamento muy delgado. Nadie se metería con Sano...

Él era desquiciado frío y cruel. Nadie se pondría en su camino.

Y aquel muchacho de tatuaje solo vio como aquella gabardina se mecia con el aire hasta perderse en la poca luz.

Abrazo a la chica, "Que estúpides hiciste" se recriminó si no fuera por el buen humor de Sano la mayoria de personas estuvieran huyendo.

Valla suerte, volvió a pensar.


Primer capítulo
Nos leemos después
Tengan una
Linda noche día o
Madrugada

Culpa[Drakey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora