XI

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Manjiro veía las olas mesiéndose la brisa en su rostro y el olor tan característico de la salinidad del mar.

Sonrió cuando la luna brillaba en su punto más alto. Era hermosa, la reina, la bella luna que gobierna la noche y las estrellas las pequeñas princesas de el manto oscuro.

Tal vez debería regresar de una vez a Tokyo, tenía cosas que hacer, Baji y Hajime debían estar un tanto preocupados.

Un suspiro salió de sus labios y volvió a sonreír, la paz que traía el ver el mar, la gran serenidad del bello horizonte y los colores azules.

-Hey- brinco al escuchar en la serena noche y brisa del mar la voz.

Volteo y en la oscuridad de la noche y un ligero brillo de la luna vio al culpable del por que aún no se iba a la capital.

Ken con el haori de rombos blancos y negros y su cabello en una coleta y algunos mechos cayendo.

-¿Ah?- no sabía que decir, ni siquiera quería hablar con él en ese momento.

Se miraron no sabían que decirse o hablarse, Manjiro estaba totalmente en blanco con la garganta muda y la lengua sellada.

Draken quería hablarle, pero ¿como?, suspiro y se sentó a lado de Sano en aquel muelle de madera.

El cenizo veía el perfil del rostro masculino del contrario y el tatuaje que se veía entre mechones.

-Es muy bella no es asi-

Reaccionó de inmediato y siguio la mirada de Ryūguji, la luna en lo alto.

-Hermosísima- también la admiro.

-Yo amm...lo lamento no, yo no-

- No importa, se que-

-Si importa, a mi no me debe interesar que eres o a lo que te dediqués no era quien para decirte eso-

-Ah y-yo no se que decir-

-No es necesario alguna palabra Mikey-

Sano río al escuchar "Mikey" en los labios de Ken.

- ¿Te invito un trago que te parece?-

-¿Ahora se hará costumbre pedirme disculpas invitandome algo?-

-Puede ser, que te parece-

Sonrió vio como Ken se levantaba y extendía la mano para que Sano se apoyará.

Ryūguji juraría que sintió una rara electricidad cuando sus manos se tomaron.

-Enserio, me disculpo por lo que dije, yo no...lo lamento- ambos de pie mirandose.

Se miraron, Manjiro sonrió, una bella sonrisa sin mostrar sus perlados dientes y Ken volvio a sentir la rara sensacion.

-Te perdono- dijo Manjiro cuando se encamino.

Caminaron a la carretera y vieron a la motocicleta de Ken estacionada.

-Sube- dijo Draken quien ya estaba arriba de la moto.

Subió y se sujeto de la parte trasera para no caerse.

-Espera- vio como Draken se quitaba su haori y se lo ponía en los hombros-Hace mucho frío- lo miro

-Yo...-

-Agárrate de mi, podrías...bueno ya sabes, caerte- y le dio la espalda.

Manjiro sintió su cara arder y agradeció a la oscuridad de la noche, se acomodó y puso el haori. Escucho el motor y sintió el rujir el motor para arrancar.

Culpa[Drakey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora