VI

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Para Manjiro estar en esa oficina estaba siendo una maldita tortura, le dolía la cabeza, el solo escuchar a Takemichi lo estába desquisiando.

Hanagaki era bastante listo y muy fuerte y no se refiere en el físico mentalmente era de hierro y si se le metia algo en la cabeza no había poder humano que lo hiciera retroceder.

Takemichi, apesar de que cada que veía sangre casi se vomitaba creía fielmente que jamás lo apuñalaria por la espalda.

Era uno de los más leales y cercano después de Baji.

Keisuke era estúpido pero tenía una intuición y fuerza descomunal, el que lo siguió cuando decidieron hacer una pandilla a sus once y ahora casi a sus veinticuatro años tenía la mitad de Tokyo a sus pies, es su amigo su compañero, su hermano.

Kokonoi su financiero, amigo, el hombre que le confía todo lo que a ganado la liga criminal.

Sanzu su perro más fiel, Sano da la orden y Akashi sin rechistar matara.

Pero Haruchiyo es muy impulsivo y ahora gracias a esa maldita forma debe limpiar el mierdero que hizo.

El chico pelinegro de ojos zafiros tenía manía de balbucear y eso lo desesperaba.

- Mierda- susurro cuando Hanagaki salió después de un largo discurso de la cagada de Sanzu.

Se tallo la cara con bastante frustración, estaba preocupado no sería fácil ocultar algo así.

Suspiro una vez más escucho el toque de la puerta de la oficina.

Rezo a todos los dioses que conocía que no fuera Hanagaki, no quería escucharlo otra vez.

-Entra- al ver como Kokonoi entraba suspiro de alivio.

-Mantén al maldito de Haruchiyo a raya no puede estar cagandola una y otra vez, esta es la cuarta vez. Pero en esta si la cagó en grande- Hajime llego quitandose su abrigo.

El cabello albino y largo se sentó en una de las sillas frente a Manjiro.

-Si, controla a tu puto perro- El pelinegro de ojos ámbar paso sin tocar.

Sano gruño con cansancio al escuchar la voz burlona de Keisuke.

-Baji deja de joder cinco minutos-Kokonoi miro a los contrarios.

Estaba escribiendo en un pedazo de papel.

-Y que se supone que harás-termino de escribir para mirar a Manjiro

-Vamos ¿no podemos simplemente sobornar otra vez a Naoto?-Keisuke metió la cucharota y alzó sus hombros.

-Recuerda que no funcionó la primera vez- Koko miro al azabache de cabellos largos.

- Bien que el "pastillas" arregle la mierda-

-¿Adonde vas?- Manjiro ya sentía que explotaria en cualquier momento.

-Tengo cosas que hacer su excelencia- salió sin más.

-¿Manjiro?- Hajime miro a su jefe.

-¿Como mierdas mato al rededor de quince oficiales de policía diez civiles y quemo un edificio fiscal y con el edificio al rededor de más de veinte empleados?- dejo en el escritorio las hojas que le dio Takemichi.

-Como mierdas yo sabre, lo más seguro...-lo miro con obviedad.

-No me lo recuerdes, solo vete-hizo con la mano el ademán.

-Bien-

Se marchó con su abrigo, Manjiro se recargo en el respaldo de aquella silla, quería dormir un rato o tomarse un cargado café.

Mascullo alguna maldición, se mordió el dedo índice.

Su mirada giro a la gran vitrina que tenía a su lado, una botella completa de wiskey lo tentaba, lo seducia.

Suspiro fondo ruidoso, recordó a Ken a Inui y deseo estar preparando un almuerzo para el cara de angel.

Quiso estar pensando en un plan efectivo para enamorar a Ryūguji.

Levanto el gran y por gran se refiere a innecesariamente gran informe de Hanagaki.

Vio un papelito y un número telefónico sonrió con sorna tal vez eso ayudaría y mucho, agradeció internamente a Kokonoi.

Se levantó y llamo sono una dos y contestó su milagro.

"Nesesito un favor"

Esperaba que si lo hiciera era su última carta bajo la manga, su as que tal vez lo haga ganar.

"¿Bueno?"

Sonrió estaba seguro que si haría el "pequeñito" favor.

"Ahg pasame a tu novio, metiche"

"No está"

"Como que...aleja el puto teléfono de mierda ¡MIERDA!"

Grito a todo pulmón la frustración no pudo ser tan grande.

-Me caer a la puta mierda- lo susurro

Iñaki exalo con fuerza y paciencia sacada del culo.

Cruzo los dedos una manía infantil, pero esta vez necesitaba mucha, mucha suerte.

Ese hombre podía decir si y todo lo que quiera pero había un obstáculo mayor.

"No depende de mí"

Y lo sabía, sabia perfectamente, pero apostaría todo.

"Me pasas su número"

Un silencio devastador, estaba muriéndose de nervios uno eran de acero.

"Sólo no hagas estupideces"

"Tranquilo"

Colgó estaba que se llamaba el demonio vio como llegaba la bandeja de mensajes y con el lo que tanto anhelaba.

Suspiro y presionó el contacto rezó suplico que fuera el tan prestado número que quería, no, nesitaba si quería sabar su pellejo y el de Akashi.

En el primer nadie contestó, después de maldiciones, tallo su cara una vez más ese día.

Volvió a presionar el contacto con la fortuna que está vez si le contestara.

Se escucho un pitido, dos, tres y la voz de aquel hombre lo helo.

Si era su número, carraspeo estaba en la recta final todo por nada.

"¿Quién habla?" La voz era masculina pero no grave, mucho peor era suave fría cual clima eslavo.

"Hola"

La educación hace al hombre se recordó con diversión.

"¿Qué es lo que putas nesecitas para llamarme mierda andante?"

La voz ahora si soñaba furiosa, suspiro ruidosamente.

"Un favor"

No se echo para atrás sería firme en su palabra, necesitaba ser leal y muy fuerte.

"No soy tu mascota, para que sólo llames a favores maldito imbécil"

Se esperaba esa reacción, además quien daría las cosas de a gratis.

"Necesito un favor"

Con voz firme volvió a decir, pero con la voz más suave.

"Mierda...Que putas nesecitas ahora pedazo de inutil, cara de puta"

Sonrió ese era el que conocía un hombre con la boca llena de majaderías pero siempre...

"Izanita hermano sabes que te amo"

"¡JODETE!"

Ayudando a su familia.
















Me tarde lose lose pero habrá actualizaciones más seguidas que tengan una linda noche día o madrugada

Bye bye

Culpa[Drakey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora