Para Ken era cada vez más tedioso estar trabajando, sin que Manjiro estuviese revoloteando alrededor de él.
No es que le gustase, odiaba que fuese tan pegajoso con su espacio personal, pero se había acostumbrado.
Presencia que se había acostumbrado demaciado rápido.
Acostumbrado ajá, parecía la voz de Mitsuya riendo, burlándose de su desdicha.
Y recordó a Inupi, ambos eran diferentes Manjiro hablaba y hablaba y Inui era mucho más callado.
Sólo Seishu que aveces hablaba o alguna broma, pero era callado, una muy buena compañía en el trabajo.
Laboralmente era una excelente compañía, pero era siempre lo llamo después del trabajo iba a casa en ocaciones hablaba con Mitsuya y en otras salía con Emma.
Pero se le comenzaba ser tan aburrido hablar, ir a comer, llevarla de compras, prefería estar con Kazutora mientras iba a la tienda de mascotas de Tora.
Y con Emma era verdaderamente aburrido tedioso cansado, simplemente no le gustaba estar con su compañía.
Pero comenzaba a ser de una extraña manera aburrido el silencio en taller.
Quería un poco de gritos de burlas y habladurías altas, no sabía si estaba mal de la cabeza o extrañaba a Mikey.
Se encontraba en su cama pensado en los cabellos rubios desordenados, su tic por ver esos maltratados cabellos lo comenzaba a carcomer.
Quería cortaselos a rapa o tal vez...
De peinarlo de una vez, agarrar esos cabellos rebeldes y amarraselos, la ansiedad de siempre verlo con el cabello enredado y esponjoso lo estába desquisiando, o cortarle las hebras doradas.
Llegó a su mente los bellos ojos negros, hermosos ojitos brillantes, grandes y redondos, aquellas mejillas rosadas.
O esas manos que siempre andaban agarrando, tocando sin preguntar. Que después de que le habia rechazado aquel almuerzo, no le hablaría.
Tal vez una especie de ley del hielo por despreciable el almuerzo.
Y siempre se encontraba a lado de Inupi, sonriendo con él, hablando hasta por los codos pero con Inui, y eso le causaba una agriedad en su garganta inexplicablemente desagradable.
Quería que Manjiro le hablará a él que le sonriera y riera a él...
El lo había visto primero, no era posesivo, pero tenía más tiempo conociendolo, ¡era suyo!.
SUYO, resonó en su cabeza quería meterse en un bote de agua y refrescarse para dejar de pensar en él.
Quería despedazar a ese cara bonita que prefería estar con Seishu en vez de él. Dio un suspiro de frustración acumulada, tomó su celular y vio la hora.
Una de la madrgada y aún no podía dormir, se perdía en sus pensamientos que llegaban Mikey y su bella cara.
Gruño, al darse cuenta que su mente solo llegaban imágenes de Sano y el taller.
Quería arrancarse esos malditos pensamientos con las uñas, arañar la ligera picazón que la garganta le daba cuando recordaba el pequeñito beso que le dio aquella vez.
Dio un entrecortado suspiro recordando como su haori fue jalado y unos labios tocaron su mejilla.
Y su rostro se sintió arder, tal vez sea fiebre, se dijo.
Y golpear su estómago por aquellos revoloteos que le causaba ansia y su corazón latiendo con más rapidez.
En un arrebato de "irá" avento una almohada a la pared, lleno de nervios. Se reincorporó sentado en el colchón miro sus manos extendidas frente a él, temblorosas cual gelatina las empuño y dio un golpecito en su frente.
Se cubrió la cara, pensando en los ojos negros y sonrisilla burlona, risas estruendosas y parloteo sin cesar.
Dio otro suspiro y se recosto en la cama su cabello suelto cayó a su cara picandole. ¿Qué estara haciendo Manjiro, tal vez...?
Agarró una almohada y se tapó su cara sintiéndose una porquería por pensar de esa manera en Manjiro.
Refunfuño con frustración, le comenzaba a incomodar pensar así de él chico.
A lo largo de su vida jamás se sintió de esa manera tan frustrante, y sin pensarlo dos veces quiso llamar a su salida de aquellos pensamientos.
Volvió agarrar su celular dispuesto a llamar a la "voz de la razón".
Siempre tenía una razón llena de cimientos y lógica, siempre tenía razón; Mitsuya.
Tal vez lo ayudaría.
Uno dos tres sono el pitido de conectando la llamada y...
"¿Bueno?"
Somnoliento contestó, ¿Acaso ya dormía?.
"Mitsuya"
Quería despejar aquellos pensamientos intrusivos.
"¿Aja?"
"¿Te pido-?
"¿Sabes mañana tengo cosas que hacer? Mañana hablamos"
Y colgó, escondió su rostro en el colchón y suspiro mientras hacía su cabello hacia tras.
Su única salida de aquellos pensamientos estaba durmiendo y disfrutando de sus sueños. Mientra él debía estar despierto.
Sin darse cuenta una vez más pensó en él, ¿ya estara dormido?, ¿estara pensando en mi?, ¿se sentirá sólo? ¿Qué está haciendo ahora?
Con el latido de su corazón en la garganta quiso dormir, cosa que su mente no tenía planeado. Mejor dicho pensaba y recordaba a una persona.
Aquella que se metió cual astilla y no dejaba de ponerle la cabeza patas arriba cada vez que recordaba sus ojos, su mirada o simplemente su voz.
Aquella astilla que picaba y le dejaba pensando en como hablarle si tanto lo había despreciado.
Frustración eso era lo que comenzaba ahogarle en mares por sus idioteces grito en una almohada. Lleno de odio.
Necesitaba verlo, hablarle y tal vez invitarle un buen café o algo para tenerlo, mientras se deleitaria viendo sus ojos oscuros y grandes o su rostro tan bello. Ya tenía sueño.
Y el sueño se lo llevo, como olas de mar suaves, tranquilizantes y espumosas en algodonosos pensamientos.
Y entre sueños y balbuceos torpes, la lengua pesada por el cansancio y obviamente sueño.
-Quiero verte- lo último que su garganta emitió y su lengua pudo decir entre pequeños suspiros y uno que otro ronquidito.
Y una vez más el rostro del cenizo y cabellos desastrosos apareció con una brillante sonrisa.
Las respiraciones suaves y lentas que comenzaba a emitir, llenas de una mezcla rara que su corazon aferraba y su mente la confundia de cariño y añoranza.
Otro capítulo recién sacó del horno espero tengan un excelente día noche o madrugada
Tomen agüita y hagan todos su deberes .
Nos leemos después..
ESTÁS LEYENDO
Culpa[Drakey]
Fanfiction"¿¡Como se te ocurrió !?" Le habían robado su vida, había un misterioso personaje en sus vidas. Cuando se dio cuenta comenzaron a ocupar el lugar que ella siempre estuvo. Cambiaron la forma de como siempre se veía, y robaron un corazón. Aunque ella...