capítulo 8

24 2 1
                                    

el chico veía todo el lugar, era realmente lindo ver el sol de nuevo, aire fresco sin olor a humedad, iluminación que alimentaba su poder, un suspiro de calma lo hizo sentarse en suelo, de un segundo a otro recordó que debía alejarse del lugar debido a que de noche sería presa fácil, luego de absorber calor corrió a gran velocidad, el sol estaba en su punto más alto, un viento fresco que anunciaba los comienzos del otoño golpeaba su rostro, esa sensación del viento en su cara, era realmente increíble, esta libertad lo hacía sentirse tan suelto de preocupaciones, una sonrisa se poso en su rostro, corriendo a una arboleda saltó rápidamente de árbol en árbol,  la felicidad estaba latente en su cuerpo demostrando una gran sonrisa en su rostro

De un momento a otro paro de correr comenzando a jadear mientras pensaba adónde estaba, viendo su inventario sacó un machete de plantas algo excéntrico, era mejor que pudo conseguir, después de esto vio a un árbol frutal que había notado antes, sin perder el tiempo corto unas cuantas frutas, era matar un par de pájaros de un tiro, de un momento a otro pensó, en los rpg había descripciones de objetos, aunque en su experiencia se tenia que tenerlo durante mucho tiempo para tener su descripción

*Beep

El análisis de este objeto no es posible hasta que no sea probado

Beep*

una sonrisa se formó en a la cara del muchacho, rápidamente probó un pequeño bocado masticando y tragando

*Beep

Nueva fruta comestible agregada a la lista de comida

Beep*

una sonrisa se formó en el rostro del muchacho, sentía tranquilidad por primera vez en varios días, no se sentía observado, seguido o acechando, como pudo rápidamente cazo un par de animales metiendo la carne en su inventario

tiempo después el muchacho veía como se ponía el sol, había entrenado,  estudiado un libro que se había robado de la biblioteca de aquellos vampiros que lo habían secuestrado anteriormente, construido un refugio con palos y ramas, un poco rudimentario ya que no era un profesional en cuanto a la supervivencia

el muchacho veía el cielo estrellado tranquilo, dando un pasada a sus recuerdos, el dolor por que que paso, las montones de humillaciones, innumerables heridas emocionales, solo dio una sonrisa, no se rendiría, el siempre terminaba lo que comenzaba, juraría que sufriría el peor infierno para que nadie vuelva a tener que pasar hambre, tener miedo, pasar por cosas injustas, le faltaban muchas cosas por aprender, pero había tiempo de sobra mientras no muera, desde esa noche juro que lograría la paz que apenas tuvo en su anterior vida, nadie tendría porqué preocuparse de nuevo, seria el mas fuerte, inteligente, rápido y astuto de todos si tenía que serlo- no será mañana, ni el próximo mes, tampoco en los últimos tres años, pero un día, un maldito día... veré el amanecer de un mundo en paz, y espero estar vivo para presenciarlo - dijo sonriendo con determinación a la vez cerraba su puño sobre la estrella que más brillaba en todo el cielo mientras pensaba en todos los que se tuvieron que sacrificar para que el estuviera allí -  

el muchacho se levantó con grandes energías, entrenó de forma matutina y estudio, era realmente incomodo hacerlo con pantalones de vestir pero era lo que tenía a mano después de un rato de entrenamiento camino hacia donde sus instintos lo guiaran, una pradera enorme se posó en frente de él, detrás de aquella arboleda que no llegaba a ser un bosque según lo que llegó a ver, se mostraba una pradera casi interminable, nada, ni una casa, tendría que caminar bastante, sería realmente agotador pero era muy necesario si quería encontrar asentamientos para quedarse, mientras caminaba con tiempo de sobra para pensar hacia ideas para ganarse la vida, ya que el armamento y ropa no vendrían solas, pensaba en ser un mercenario o sicario que sólo case a gente mala, no mataría a alguien de buen corazón aunque se estuviera muriendo de hambre, lamentablemente así lo buscaría más gente con malas intenciones en él pero era la única manera si quería trabajar sin arriesgar a nadie  

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora