capítulo 9

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el muchacho se encontraba despertándose, recordando lo último que vieron sus ojos antes de desmayarse intentó levantarse lo más rápido posible, debido a esto una enorme punzada de dolor recorrió su cuerpo, abrió sus ojos de par en par por la repentina sensación, cuando intentó levantarse un poco más fue recostado nuevamente por unas manos gentiles y suaves, sus ojos se dirigieron a donde provenían aquellos delicados brazos, una mujer de pelo castaño que rondaba los 30 años le sonreía, ahora que se avispaba era a la que había salvado

-despertaste muy rápido, iré a llamar a tu amigo- habló la joven madre, de un momento a otro Herbury, la niña que salvó y lo que parecía ser el padre de la menor aparecieron en la puerta, todos los veían, una expresión de pura felicidad, una de agradecimiento, y otra completamente seria-

la pequeña niña se abalanzó sobre el abrazándolo, una punzada muy dolorosa recorrió su cuerpo, pero apretó un poco la sabana con su brazo no visible para contrarrestar el dolor que producía el peso de la infante-¡gracias por salvarme a mi y a mi mami! - fue inmediatamente apartada y reprendida por su madre, quien se preocupaba por el bienestar de su salvador, el padre de la niña se acercó, era un hombre bastante grande, contaba con pelo negro y una barba de forma de candado y un pelo corto

-gracias niño, salvaste a mi esposa y a mi hija, puedes quedarte aquí hasta que te cures, es lo menos que puedo hacer por lo que hiciste- dijo con una gran sonrisa, aun le costaba entender que con un cuerpo un poco escuálido en cuanto a músculo hubiera dejado una masacre con todas esas heridas encima -

-búscame en el bosque de los gigantes cuando puedas caminar, niño- ordeno con autoridad y seriedad Herbury -

-bien nos vemos allí- respondió el chico asintiendo mientras suspiraba, era de las primeras veces que podía dormir sin un ojo abierto, el enorme escarabajo humanizando se marcho de la casa mientras los demás se sentaban a hablar con el muchacho-

-hija ve a jugar con tu madre y comprate algo, yo de mientras contare historias con el niño- habló el hombre a la pequeña y tierna niña que se fue junto a su madre a pasear por el pueblo, el hombre tomó una silla de la cocina y se sentó con el chico-

-pero papa yo también quiero escuchar las historias - reprocho la hija del hombre que llegaba a mediana edad-

-hija esto es una charla de papa y el chico - aclaró el padre con simpleza y tranquilidad, la niña hizo un tierno puchero y se fue con su madre a jugar, el hombre cambio su semblante lentamente, sentándose en una silla delante de la cama -

-¿de donde vienes niño?, pocas veces en los años de estas ciudad se ha visto a alguien resistir tantas flechas mágicas y masacrar a una banda de bandidos con tan pocos golpes, una persona normal habría muerto desangrada- preguntó con autoridad el dueño de aquella casa en la que estaban  -

-aunque el mejor mago lo intentase no podía hurgar en mis recuerdos o controlarme, aunque quisiera recordarlo... no podría ni aunque quisiera, todo eso por culpa de esto - dijo quitándose un par de vendas, viéndose un borroso sello de golem pintado a la altura de su omóplato izquierdo hasta su triángulo lumbar  - a veces mis recuerdos vienen en centelladas o imágenes, pero siempre que vienen, los acompaña un dolor impensable, cada vez que veo mi pasado, mi cabeza está a punto de explotar, el sello se debilitó lo suficiente el mes anterior lo justo para que pudiera vivir este último mes, quieres recordaba como amigos de mi vida fueron asesinados, no se quienes son mis padres - explicó el muchacho tranquilo mientras acomodaba su almohada-

-el sello es antiguo... debes tener más años de los que aparentas niño, esos sellos no se hacen desde hace centenares de años por qué se usa demasiada energía en ellos, este está perfectamente hecho y se mantiene de maravilla, cuales son tus habilidades - pregunto curiosos mientras se acomodaba en la silla-

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora