¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las visitas a Hogsmeade siempre resultaban muy emocionantes para todos los alumnos de Hogwarts. En esta ocasión, lo sería todavía más para Lily y Severus, pues sería la primera vez que irían como novios.
La pareja caminaba muy animada por la espesa nieve, tomados de la mano y contemplando lo bello y animado que se encontraba el pueblo. Su primera parada sería la tienda de dulces Honeydukes, dado que Lily moría por comprar unas cuantas ranas de chocolate (sus favoritas).
Después, se dirigirían a Las Tres Escobas a pasar prácticamente el resto de su visita. Una vez en el establecimiento, ambos buscaron una mesa en la cual sentarse. El lugar se encontraba un tanto lleno por lo que les resultó algo difícil.
—Mira, por allá hay una mesa vacía —Lily señaló tras unos minutos de búsqueda.
—Vamos antes de que alguien más llegue —Severus la siguió.
Finalmente al llegar, Severus abrió la silla para Lily y ambos tomaron asiento. Casi de inmediato, un amable mesero se acercó a ellos para tomar su orden.
—Una cerveza de mantequilla, por favor —pidió Lily.
—Lo mismo para mí —el chico la secundó.
—Con gusto, en un momento les traigo sus bebidas —el mesero les sonrió y se alejó de la mesa.
—Gracias —respondieron al unísono.
Un par de minutos después, el hombre regresó con dos vasos de cerveza de mantequilla. Se los entregó a cada uno y volvió a retirarse.
—¿No te encanta esto? Desde que la probé por primera vez se ha vuelto de mis bebidas favoritas, mucho más que cualquiera en el mundo muggle —la pelirroja dijo emocionada.
Severus la miraba muy atento, completamente fascinado. Amaba tanto su sonrisa y toda la alegría que transmitían sus ojos. El momento, ella, todo era perfecto.
—Debo admitir que es de lo mejor que hay por aquí —respondió antes de darle un sorbo a su bebida.
—Y la mejor parte es que estoy contigo —ella acarició su mano.
—En eso no podría estar más de acuerdo... —sonrió —Te amo Lily, y desde que estamos juntos, por más reciente que sea, he sido tan feliz... como nunca creí que llegaría a ser.
—Ay, Sev... yo también te amo —besó la mano que le había tomado previamente — y créeme que no podría ser más dichosa.
Severus se acercó lentamente y la besó. Atrapó sus labios con mucha dulzura, primero algo tímido, pero al sentirse correspondido, lo profundizó un poco. Al separarse, Lily le dio un beso en la frente y entre miradas y unas cuantas caricias continuaron con su cita.
Al salir de Las Tres Escobas emprendieron el camino de vuelta a Hogwarts. En un punto, justo a las afueras del castillo, la pareja se detuvo frente a una banca ubicada a la sombra de un viejo árbol. Tomaron asiento y se quedaron abrazados mientras contemplaban la nieve caer.
—No sabes cuánto disfruté de este día, mi amor.
—Yo también... cada instante junto a ti es tan mágico —él se separó un poco para acariciar su mejilla —Te adoro, mi amor.
