── ♡: eight ❜

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Deje que el viento fresco de la mañana golpeara contra mi rostro y, de paso, desordenaba y alborotaba mi cabellera como quisiese.

El peso de mi cuerpo era bastante pesado como para que mis energías sean las mismas de siempre, los párpados de mis ojos cada vez caían y cuantos bostezos salían de mis labios.

La noche anterior no fue la mejor para mí.

Y tenía un gran motivo para no serla.

Especialmente porque se trataba de Chan y de ella.

Recuerdo la voz de entusiasmo que mantenía al otro lado de la línea del móvil al contarme lo excelente que le fue en la cita con ella, mientras sentía como mi pobre corazón iba rompiendo aquellas heridas que fueron cogidas, anteriormente.

Luego de que me contará cómo le fue, le comenté que me alegraba por él y todo lo que conllevó aquella cita pero no estaba en mis ánimos para arruinar su conversación.

Recuerdo su disculpa, que solo me hizo sonreír a medias:

—Lo siento, Minnie. Sé que fue muy importuno de mi parte llamarte a estas altas horas de la noche y que tú te encuentres así —resopló—. Me emocione tanto que me olvide de preguntarte un "cómo estás".

—No debes porque sentirlo. Sólo no lo sabías —sonreí a medias, y di mi último animo para seguir concluyendo—. Mañana puedes contarme con lujos y detalles como te fue.

—Está bien. No te molesto más, descansa.

—Igual tú, descansa.

Cuando estaba apunto de pulsar el símbolo rojo sobre la pantalla, logré escuchar un "te quiero".

Y mi corazón a duras penas, latió emocionado.

Cuando menos me di cuenta, ya me encontraba en la esquina de la institución.

Solté, con ceros ánimos, un suspiro de mis labios y encamine hasta llegar a la entrada. Pero, al momento que la cobardía me gano y dar un paso hacía atrás y girar rápidamente, sentí chocar contra un cuerpo ajeno; que me hizo retroceder con brusquedad y llevar mi mano de paso hasta mi nariz al gran golpe que me generó.

—¡Joder! Lo siento mucho, no estaba fijándome al caminar por mirar el tonto teléfono —se disculpó el contrario, pero aún no lo miraba al querer retener la pequeña picazón de mi nariz—. Dime que no te disloque la nariz.

Finalmente decidí dejar de quejarme y mire a quien me había chocado, quedándome mudo al tratar de reconocer aquel rostro pero no podía ubicar de quien podría tratarse.

No sabía quién era, parecía nuevo, pero no podía negar que era realmente atractivo.

Espera, ¿qué?

—N-No te preocupes, tampoco m-me di c-cuenta al voltearme —hablé atropelladamente cuando vi al contrario con la intención de acercar sus manos a mi rostro, estaba preocupado—. Estoy bien, en serio. Solo siento una picazón, nada más —sonreí tímidamente.

—En serio lo siento. Me pondría a llorar si viera que me odiaras y dejar ir a un lindo chico en esas condiciones, y sentirme culpable —golpeó su frente, con decepción y con una pizca de dramatización.

¿Lindo?

¿Acaso él...?

Dios, ¡Por qué en un momento siento tanto calor en mis mejillas!

—Ya, ya. No es para tanto —no quise mirarle a los ojos, eran un tanto curiosos al tenerlo puestos en mí y generaba inquietud en todo mi ser, pero no tuve otra alternativa que hacerlo—. Sacando de lado todo lo qué pasó, no creo reconocerte, ¿eres nuevo?

—¡Cierto, casi lo olvido! —me exalté un poco en mi lugar, y el contrario estiró su mano hasta quedar frente mío—. Mi nombres es Choi YeonJun, pero Junnie para ti, lindo —guiñó coqueto.

Sin poder evitarlo, suelto una risilla de mis labios ante su manera de coquetear y decirme lindo.

—Un placer, Choi YeonJun o, bueno, Junnie~ —extiendo mi mano y agarré la del contrario para formar un saludo de respeto, y suelto aquel tacto—. Soy Kim SeungMin, solo SeungMin.

—No puede ser, hasta tu nombre suena tan perfectamente —suspira.

—¿Gracias?

—De nada —sonríe.

YeonJun es muy particular con su sentido del humor.

En fin, no hay que juzgarlo así porque sí.

Aunque agregaría que era bastante atractivo...

Dios, ¡Kim SeungMin en que piensas!

—Bueno... Eh, no me contestaste lo anterior antes de presentarte, Choi.

—Oh, bueno, con eso... —rasca la parte de atrás de su oreja—. Hace una semana que me transferí de institución, por ganarme una pequeña beca aquí, que solo me quedaré por un periodo corto de tiempo.

—Ah, ya veo. Por esa razón no podía reconocerte, es decir, no se me hacía familiar tu rostro entre tanta gente que asisten aquí.

—Sí, aunque espero que puedas recordar mi rostro ahora en adelante —sonríe.

—Espero que sí.

El timbre de entrada se hizo escuchar, indicando que pronto iniciarían las primeras clases del día y YeonJun terminó despidiéndose rápido al recordar que tenía que terminar un trabajo de una materia que tendría en unos minutos.

Al momento de poner un pie adentro y encaminarme hacía mi casillero, abrir de este y guardar algunas cosas de mi mochila y sacar; sentí la presencia de alguien al lado mío.

—Minnie, ¿Por qué te has tardado tanto? ¡Estuve esperándote!

—Lo siento, Chan. Estuve un tanto distraído en el camino hasta aquí, pero estoy bien.

—¿Seguro?

Asentí. —Muy seguro.

Desearía estar seguro para poder olvidarte, y dejar que mi corazón ya no te ame, pero es difícil hacerlo.

Desearía estar seguro para poder olvidarte, y dejar que mi corazón ya no te ame, pero es difícil hacerlo

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Choi YeonJun te rezo, rey 🛐

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she | chanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora