❝ ㅡLo siento... Pero no soy ella. ❞
Donde SeungMin está cansado, cansado de que ella siempre fuera la causa de todos los suspiros y pensamientos de Chan.
↠ Historia totalmente mía.
↠ Bang Chan! x Kim SeungMin!
↠ Está prohibido su copia o/y adaptació...
Intente contener las lágrimas que se asomaban a cada instante de querer salir de mis ojos, pero no podía y tampoco quería dar un aspecto tan vulnerable mientras viajo en el transporte público. No quería darme el gusto de verme así adelante de personas desconocidas y montar un show de atrocidades.
Esto tiene que ser un sueño, estoy viviendo un sueño de fantasía, pero uno bastante cruel para ser con tanta verdad.
Sentí como la garganta se me cerraba a cada segundo qué pasa con solo recordar las palabras que me ha dicho EunHa.
¿Era posible qué él esté enamorado de mí?
No, es imposible.
Yo mismo lo he visto y sé cuando él le surge el interés amoroso por alguien, como en el caso que fue con ella.
Quizás no lo conozco como yo suponía.
Mordí con fuerza mi labio inferior, un jadeo del llanto se quería producir. Pero no, no podía largarme a llorar. Faltaba unos minutos para bajarme del autobús y llegar a casa, en donde el mar de lágrimas saldrían sin cesar.
¿Tan idiota fui?
¿Tan estúpido tengo la cara para que me mintieran de aquella forma tan dolorosa?
¿Que fue lo que te hice para que me destruyeras así?
Por poco me paso de parada y toco el timbre para indicar al chofer del transporte que bajaría en la próxima parada.
Que patético que eres, Kim SeungMin.
Al bajar sentí el constante viento pegar contra mi rostro y mi cuerpo comenzó a debilitarse por sí solo, los pasos que doy son con pesar y cansancio.
Esto no está bien, ¿qué tengo que hacer para calmar esta sensación extrañaba en el pecho?
¿Cómo puedo-
—SeungMinnie.
Levante la mirada y lo ví.
Él estaba allí, recostando su espalda contra el portón de casa.
Él maldito estaba allí esperándome con aquella infeliz mirada que tanto me enamoro.
Chan estaba ahí y el control que se apoderó sobre mí llevó a que lo primera reacción de mi cuerpo fue acercarme y hacerlo que tenía que hacer.
Un ruido estrepitoso se hizo escuchar.
No solo el ruido de mi mano al chocar fuertemente contra la mejilla—ahora—rojiza de Chan, sino que algo en mí se rompió.
Sentí como los hilos que cocí con tanto dolor y resentimiento comenzaron a desprenderse entre sí, aquellos pedazos que fui recolectando estaban despreciándose y alejándose.
Me rompí.
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