𝑴𝒊 𝒂𝒍𝒖𝒎𝒏𝒐:[𝙷𝚎𝚗𝚛𝚢 𝙲𝚊𝚟𝚒𝚕𝚕]

capitulo 6

¿Cuántas semanas han pasado?, ¿Dos?, ¿Tres?, Para empezar ¿Desde cuándo se atormenta por algo tan insignificante?¡Cierto! Desde que ese mocoso se atrevió a besarla pero lo peor es que ella lo permitió, ella es la culpable y malo es que no deja de pensar en ese beso cada vez que cierra los jodidos ojos se acuerda de los labios de Henry. Y ni quiera ninguna de sus amiguitos logra olvidar al mocoso,¿Por qué a ella?

–Helena, ¿Que opinas sobre la plática?– cuestionó el profesor hiddleston

Se había perdido en sus pensamientos que olvidó que estaba en medio de una junta con sus colegas,

– opino que sería lo mejor para los chicos, así pueden desarrollar sus habilidades

–Si estabas poniendo atención, ¿Verdad?– Cuestionó Evans

– si la señorita Díaz no está poniendo atención, será porque está preocupada por algunas cosas íntimas– defendió el director Smith, ganándose la mirada de todos.

– le agradezco su apoyo director– sonrió Helena haciendo sonrojar al director

– como les decía– prosiguió el director– podemos cambiar el horario y así los chicos que están interesados en la clase mitología tengan igual el privilegio...

[...]

Después de esa charla, la hora de descanso llegó y como siempre los profesores se reúnen en su mesa.

– ¿Que opinan sobre tener una oficina?– pregunto el profesor Downey acomodando su corbata

– yo digo que es una excelente idea– respondió el profesor hiddleston

Helena se inclino para arrebatarle el cigarro de la boca y tirarlo al suelo, Dawney se burló de Tom

–¿Acaso no sabe que fumar es malo?

– Es el primero del día–encogió sus hombros

– ¿y?, Cómo profesor tienes que saber que es malo para tus pulmones, a demás que ejemplo les estás dando a tus alumnos

– está bien mami no lo vuelvo hacer–hablo como un niño regañado

Downey soltó una risa estruendosa al escuchar semejante idiotez, Helena golpeo su frente y Tom se estaba muriendo de risa

– no me digas así– miro sería a Tom

– mami estamos en confianza– sonrío– a demás me debes un cigarro, la cajetilla me costó 12 dólares

Con un suspiro Helena negó la cabeza volteando a otra parte, sus ojos cruzaron con los de Henry. Desde la última vez que hablaron no ha vuelto a verlo a los ojos, como si ese ser estuviera invisible ante ella pero da la casualidad que puede sentir cuando la está mirando fijamente, como si pudiera leer hasta el fondo de sus pensamientos y eso le causa cierto nervio.