𝑴𝒊 𝒂𝒍𝒖𝒎𝒏𝒐:[𝙷𝚎𝚗𝚛𝚢 𝙲𝚊𝚟𝚒𝚕𝚕]

Capitulo 11

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Las clases terminaron, Helena se encuentra en su oficina, hace unos minutos cuando Henry llego, no cruzaron ninguna palabras, ni si quiera se vieron a los ojos, Helena solo ordenó lo que tenía que hacer y Henry repitió los mismo que hace un día, ignorar y apresurarse.

No sabía exactamente como manejar antes ese actitud infantil porque con la poca paciencia que tiene llegará a un límite que hará decir cosas que lastimaran a Henry

6:30p.m

Miro el reloj de su celular, se encontraba acostada en su cama king size. Hace algún tiempo que no se divierte con sus amigos, siempre es estar metida en su trabajo, la preparación de sus alumnos y explotar su conocimiento intelectual, explorar su vocación o buscar sus senderos.
No es una persona que le llamé la atención las fiestas y emborracharse como las demás personas, ella prefería estar en casa, leer un libro junto a la chimenea.

De echo su ex amiga Keyla, le decía que tenía que aprovecha su juventud y salir a divertirse cuando pueda, no todo es trabajo y estrés. A veces como personas se les olvida disfrutar del tiempo para así mismo.

Algunas veces desea volver a tenerte 5 años.

–¿A dónde vamos?- cuestionó Helena cerrando la puerta del piloto

–Egg London–respondió Robert conduciendo

–Hm buen lugar, ¿Quien invita?

–Thomas. Ya conoces las reglas– dijo con una sonrisa

Cómo grupo de amigos de 3, el último en llegar es el que paga la cuenta. Dawney planeaba ir por tom primero pero este al parecer se le olvidó esa regla y decidío mandarle un mensaje diciéndole que pase  hasta más tarde por él. Después de casi 1hr de conducir, llegaron a la casa de Tom. Una vivienda vastante cómoda y lujosa, Robert tocó el claxon dos veces.

Tom salió de su casa. Con una sonrisa entro al coche en la parte trasera, preocupado de su seguridad coloco el cinturón que traía todo los coches.

–¿Que?–cuestionó confundido al ver que sus dos amigos lo miraban raramente con una sonrisa

–tu pagas– dijeron al mimo tiempo

–¡¿Por qué?!

–eres el último en llegar–explico Helena volviendo la vista al frente

–hijos de perra

–lo sabemos perfectamente–contesto Helena con una sonrisa

–¿Que dijo?- cuestionó Robert mirando a la castaña al no e tender muy bien el español

–que está feliz por invitarnos–dijo burlonamente

Tom nego se cruzo de brazos mirando hacia la ventana.

Llegaron al club, la gente se encontraba bailando música electrónica, aros de colores colgaban en su cuello o muñeca. Pidiendo permiso entre la multitud, caminaron hacia una mesa un poco al fondo de club, dónde precisamente se veía en la entrada del lugar. Los sillones eran rojos y la mesa dorada.
Una vez sentados, el mesero llegó para tomar orden de las bebidas