Las normas

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Por la mañana me levanto feliz, hasta que me acuerdo de que ya no estoy en mi país ni con mis amigos, son solo unos días los que llevo aquí y ya echo de menos muchas cosas, me siento tan sola aquí, aunque por lo menos ya he hecho un amigo, Tom.

Estaba de buen humor hasta que me he acordado de que iba a desayunar con Mason para poner las reglas de este falso noviazgo. No me hacía gracia tener que salir de la cama pero lo tengo que hacer si no quiero que se salga con la suya, así que busco un folio y un bolígrafo y bajo a la cocina.

Ahí está, con su pelo castaño oscuro despeinado y una simple camiseta y pantalón negro, nunca llegué a pensar que algo tan sencillo como un pantalón y una camiseta negra le quedaría tan bien a alguien.

<<Lys céntrate>>

-Buenos días, princesa - dice con voz ronca y yo pongo los ojos en blanco, y realmente no se si es porque no quiero que me llame así o por fingir que no me gusta su voz ronca de por la mañana, porque aclaro, me encanta.

-Buenos días, imbécil.

Me voy preparando el desayuno mientras que espera sentado en un taburete en la encimera.

-¿Quieres un café? - le pregunto más que nada por que me estoy haciendo uno y así aprovecho.

-Vale - que seco es, ni un "gracias" me da.

Cuando acabo de hacer el desayuno me siento frente a él y le planto el papel en la mesa, y empiezo a escribir : NORMAS DE NOVIAZGO FALSO

-¿Qué haces? 

-¿Te creías que solo íbamos a hablar? - hago una breve pausa y como no me contesta continúo - no, esto se queda por escrito para que luego no se te olvide nada.

-Está bien, dame eso - señala el boli - escribo yo, tú estás comiendo.

-Vale, empiezo yo, norma número uno, no me tocarás al no ser que yo te de mi consentimiento cuando estemos en público.

-Venga ya, así no vamos a parecer una pareja real - le miro con ojos ardientes y asiente - vale, pero que sepas que alguna vez habrá que improvisar y probablemente hay que saltársela - me mira con una media sonrisa.

-Eso son excepciones; bueno, norma número dos, si te hablo en público no pases de mí, si no la gente pensará que estoy contigo por conveniencia o algo así.

-Vale, yo tengo otra, número tres, si te pido que vengas a una fiesta conmigo vendrás.

-No me convence pero lo acepto - la idea de tener que asistir a fiestas solo para fingir ser su novia no me entusiasma, pero sí por la parte de salir de casa y conocer gente nueva - tengo otra relacionada con esa, si te digo que no estoy de humor es porque estoy en el periodo y me estoy muriendo, no me obligarás a ir.

-Me parece bien - creo que esta conversación es la más normal que estamos teniendo y eso que no es normal de lo que hablamos.

-Tengo una duda - él asiente dispuesto a escuchar, me sorprende la actitud que está teniendo hoy - ¿Nadie puede saber esto?¿no?

-Me temo que se lo tendremos que ocultar a todos para no dar sospechas de nada a nadie e incluso a Soph y mi padre.

-¿Y que hay de Tom?¿puede ser la excepción? Me he llevado genial con él y ahora es mi único amigo y no quiero ocultarle algo así y es tu hermano y parece que os lleváis bien.

-Vale, pero solo a él y hay que dejarle claro que no puede decir nada - y el Mason borde ha vuelto, señoras y señores, un palo seco, porque sí, este chico es más seco que un palo.

Formulamos unas pocas normas más y le hago firmar el "contrato" - aunque estaba un poco en desacuerdo en eso lo he convencido -  y vamos directos al cuarto de Tom a contárselo y cuando lo hacemos se quede flipando con la mandíbula que le llega hasta el suelo, yo habría reaccionado igual. Le dice de todo a su hermano por haber hecho esto y habérmelo propuesto concretamente a mí, su nueva amiga y a mi también me dice un poco de todo por haber aceptado, pero finalmente lo acepta, ya que no le queda otra, y nos agradece que le hayamos contado todo a él y que podemos confiar en que no dirá nada, así que me relajo.

Cuando acabe el mesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora