Tenemos que hablar

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Me deslumbro con el rayito de sol que entra en la habitación por la mañana. Enseguida me doy cuenta que no estoy en mi habitación. Estoy en la de Mason, y él a mi lado. Sigo junto a él y trato de moverme lentamente para ver si está dormido todavía.

No lo está, tiene los ojos abiertos y me miran a mí. Cuando se da cuenta de que me he despertado y lo estoy mirando me dedica una pequeña sonrisa.

-Buenos días, princesa - se inclina ligeramente para darme un lento beso en los labios.

Eso no me lo esperaba.

-Buenos días, imbécil - le dedico yo también una pequeña sonrisa cuando se separa.

-¿No vas a parar de llamarme así, verdad?

-No - le digo muy sonriente.

Me observa y juro que la temperatura ha subido al menos diez grados.

-Pensaba que por las mañanas eras una bestia que no soporta nada ni nadie - insinúa al verme tan sonriente y calmada.

-Lo soy. Pero si todas las mañanas fuesen así de buenas a lo mejor dejaría de serlo - y es verdad, levantarme junto a él me hace tener un mejor humor.

-No soy yo el que te lo impide. De hecho eres tú.

-¿Cómo que soy yo? Serás imbécil - le respondo dándole un golpe con la almohada divertida.

-Lys - dice ahora en un tono más serio que hace que me incorpore mejor para mirarlo -, tenemos que hablar.

La famosa frase de tenemos que hablar. Siempre he temido cuando alguien me la decía. Nunca trae cosas buenas. Espero que ahora sea la excepción. Sin embargo no tiene una expresión preocupada, aunque conociendo a Mason todo es posible.

-¿Qué ha pasado?

-Nada en concreto, bueno sí, pero no.

No lo entiendo. ¿No se supone que era yo la difícil de entender?

-Aclárate. No te entiendo. Ve al grano - me está poniendo nerviosa.

-No te preocupes - dice riéndose ligeramente -, no es nada malo.

Eso me ha clamado un poco pero no lo suficiente.

-Quiero hablar de nosotros.

Está calmado. Me lo ha dicho en un tono suave y relajado.

-¿De nosotros? - no sé porqué pregunto si lo he entendido perfectamente.

-Sí, de nosotros. De qué va a pasar con nosotros - hace una pausa al ver que no digo nada, pero vuelve a hablar -, queda menos de una semana de contrato y ya no estoy muy seguro de si el contrato es real o está en el olvido.

-Yo... ehh... Mason, no sé, no lo había pensado - le digo nerviosa, y es verdad, no lo había pesado.

<<Dile que quieres seguir con él, lerda>>

Bien, mi conciencia me insulta.

-Mira Lys, soy yo el que siempre te está intentando convencer o te está diciendo lo que siente y cuando lo hago solo nos besamos y los dos sabemos que me cuesta una vida expresarme. Nunca me dices nada, no sé lo que piensas - hace una pausa - yo ya te he dejado más que claro lo que quiero.

Cada día me sorprende más. Y creo que cada día puedo ver mejor lo que se está esforzando. Y yo no puedo negar más lo que siento.

-Mason, resulta complicado para mí confiar tan rápido en alguien después de lo que me hicieron.

Hago una breve pausa en la que dejo de mirarle, pero vuelvo a sus ojos enseguida.

-Sin embargo, en estos días y podría decir incluso semanas, siento que contigo puedo ser yo misma y tú también y no lo llego a entender, pero me gusta esa sensación, es algo que no me había pasado antes. Ni con mi ex. Aunque te haya odiado, no puedo negar que también me has gustado.

Cuando acabe el mesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora