Sorpresa

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Ya han pasado cinco días desde que el irritable Mason  y yo pasamos aquel buen rato en la cancha de baloncesto. Desde entonces sigue siendo el mismo de siempre, no sé que pasa pero llevamos estos días casi sin hablar,  solo para vernos en las comidas o cenas con su familia. Es raro, porque no ha tenido que ir de fiesta ningún día, por lo tanto yo tampoco.

Con Amber si he hablado estos días. Me ha contado que sigue en contacto con el tío con el que se morreó en la fiesta en casa de klaus, pero que ella no le quiere para otra cosa que no sea pasárselo bien un rato.

Estoy sentada en mi cama junto a Tom, nos hemos llevado fenomenal, cada vez confío más en él. Es la única persona con la que puedo hablar de temas más personales como mi familia. He hablado poco con mis padres - son los reyes, al fin y al cabo están siempre muy ocupados - pero me van contado que tal van las cosas por allí. Todavía no les he contado lo de Mason, tampoco creo que lo haga, cuando acabe el mes del contrato todo habrá acabado.

-Deberíamos ir ya a comer - me dice Tom.

-Sí, vamos.

Bajamos las escaleras y nos encontramos a Sophia y Chuck allí sentados esperándonos para comer. Detrás nuestra viene Mason.

Comemos y cuando terminamos nos dispersamos por la casa. Esta vez Tom se va a su cuarto y yo al mío. Antes de que pueda cerrar la puerta Mason me llama.

-Lys - wow, me ha llamado por mi nombre, estoy sorprendida.

 -Dime - no tengo muchas ganas de hacer nada pero si me ha venido a buscar será porque hay algo que hacer hoy.

-Hoy salimos - ya está, eso es lo que me dice, sin detalles.

-Gran aportación - me mira como si nada - ¿me podrías decir a dónde o a que hora? Ah y tal vez con quién.

-Ya empiezas con tus preguntas.

-Pues parece que ahora no tengo derecho a saber a donde voy.

-Es irrelevante, no te hace falta saberlo.

-Por lo menos dime, ¿tengo que arreglarme?

-Sí, ponte guapa. Más guapa - ¿Qué ha significado eso?.

Y antes de girarse me dice a la hora que tengo que estar lista. 

Perfecto. Me arreglo y no se ni a dónde voy. Buen trabajo Mason, te has ganado el premio a la persona menos comunicativa del planeta.

Empiezo a buscar entre mi ropa algo en lo que me vea empoderada. Quiero que Mas... no, él no, corrijo, quiero que todo el mundo me vea como una diosa. Me apetece lucirme.

Encuentro un vestido de color verde plateado que se me ajusta al cuerpo pero no se me llega a pegar del todo. Es de tirantas y tiene un bonito escote pero no muy marcado. Me llega por encima de las rodillas y la verdad que al mirarme al espejo me veo mejor que nunca.

Opto por una coleta alta con el pelo liso y un maquillaje sencillo pero acorde a mi vestimenta.

Bajo al salón a la hora que habíamos quedado y allí se encuentra Mason mirando el móvil. Cuando se da cuenta me mira y me da un repaso de abajo a arriba con la mirada y finalmente se encuentra con mis ojos. Duramos unos segundos más así. Siento que me está comiendo con la mirada. Pero eso no es posible, no, es Mason.

-Justo a las ocho, muy puntual.

-Por supuesto, siempre cumplo lo que digo.

-Vamos o llegaremos tarde.

-¿Me vas a decir ya a dónde vamos?

-Para qué, lo vas a ver en unos minutos.

Está siendo más irritable de lo normal. Pero decido callarme y salir al coche y simplemente ver a donde vamos. No sé por que no me lo dice. No es tan difícil. Pero bueno no me importa esperar unos minutos para averiguarlo.

Cuando acabe el mesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora