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Narrador omnisciente

—Si nos amamos eso no es tan importante, vamos a decidirlo en la cama—afirma el pelirrojo empujando a su compañero sobre el suave colchón.

El canadiense queda sentado y es tomado por los hombros. Ambos chicos acercan sus rostros, sintiendo el roce de sus narices. Aquel gesto colmado de cariño les calmaba los nervios, un tacto más allá de la lujuria y el placer.

Con los ojos cerrados y sonrisas tímidas, se abrazan. El peliceleste posa su cabeza en el abdomen del contrario y le dice:

—En este momento soy tan feliz—

A esto el oji‐ámbar contesta a carcajadas.

—Yo también, pero si hablas en mi abdomen me dan cosquillas—

—Es sorprendente cómo me enamoras cada vez más... ven—

Tironea del otro y quedan arrodillados en el centro del colchón. Tomados de las manos empiezan un beso lento que no les impide respirar. Sus lenguas danzan relajadas sin necesidad de música. Aquel ósculo cargado de cariño se convirtió en uno desesperado creando una sonata de chasquidos y jadeos por la falta de aire.

—Me gustas, quiero esto—habla con tono demandante el pelirrojo.

—¿Estás seguro?—

—Mucho—contesta y nuevamente atrapa los labios de su pareja, quien aceptó gustoso mientras lo empujaba.

El canadiense tira de la cintura ajena, quitando la toalla y sus manos pasean por el cuerpo semi trabajado. Debajo de él, se encontraba un Reki sonrojado que suspiraba ante los suaves masajes.

Cuando el peliceleste toca los pezones del otro, un estremecimiento los atraviesa, casi como si estuvieran conectados. Comienza a besar cuidadosamente la zona esperando una reacción positiva, luego da pequeñas lamidas, como si se tratara de una paleta y recibe caricias en su cabellera.

Cierto oji ámbar sonriente estaba a la merced de su amado, no sentía incomodidad, confiaba plenamente en él y sabía que no lo lastimaría. De igual manera, le daba curiosidad y un poco de vergüenza el hecho de "estar abajo", su novio vería todo su cuerpo desnudo y extasiado esperando por él.

—En este momento puedes dudar, si no estás listo es el momento de decirlo—

—Estoy más que listooooo—se carcajea—no te preocupes, todo va a estar bien—afirma para seguido de eso sacudir los cabellos del contrario.

—Bien—

Aquel canadiense se masturba y abre un preservativo para colocarlo en su miembro mientras es observado. Con ambas manos separa las piernas del pelirrojo, dejando ver sus genitales, agarra una botella de lubricante y lo esparce por la entrada de su novio.

—Frío— jadea arqueando la espalda.

—Ya pasará, lo juro—

Acerca sus dedos con el producto viscoso a la abertura, presiona y estira la piel, jugando con el área, conociendo puntos sensibles del otro, e introduce uno.

—¿Cómo es?—

—Un poco incómodo—

Pasado un tiempo, inserta otro dedo con el que empieza a simular una tijera y mover de forma circular, escuchando sonidos de satisfacción. Solo faltaba un tercer dedo. Para ese entonces, Reki recibía múltiples estocadas haciéndolo gemir y abrir más sus piernas. Su pecho subía y bajaba acelerado, sofocado de tanto calor.

—Mhg Lan‐ga—

—¿Qué sucede cariño?—

—Ya puedes... ya sabes, hacer eso—

—Lo sé, solo quería que lo dijeras—

Aún divertidos por aquello acercaron sus cuerpos y el oji celeste tomó la cadera de su pareja mientras que presionaba su erección. Sus bocas se juntan en un cálido beso, demostrando amor, comprensión y seguridad, en ese instante, el de tez clara empuja su miembro haciendo gemir entre besos al pelirrojo.

—Du‐Duele un poco, no te muevas todavía—dice aguantando la respiración.

—Es normal cielo, respira despacio—contesta estirando los pezones del chico, quien se estremece sorprendido.

—Si haces eso no creo poder relajarme—

El peliceleste comienza a repartir pequeños besos por la cara de Reki, su torso y sus brazos hasta llegar a sus manos, donde junta ambas y deposita un tierno toque de sus labios.

—Soy tu príncipe azul—afirma coqueto.

—¿Dices eso en esta posición?—pregunta alzando la ceja.

—Sé que te gusta—

—Ciert‐ ¡ah!—

El joven no termina la palabra ya que es embestido muy profundo pero lento. Otra vez la habitación se llena de suspiros, jadeos y gemidos. A pesar de ser la primera vez de ambos, Langa parecía experto, encajaba perfectamente y sabía hasta donde llegar, el lugar exacto de su punto dulce. Los chicos sentían un intenso placer que los invitaba a dejar escapar más sonidos.

Las estocadas aceleraban generando ruido por el choque de sus pieles. Se notaba más que nunca lo trabajado que estaba el cuerpo del canadiense por la fuerza con la que empujaba su pelvis.
Los dos atrapan las miradas que contemplaban la hermosa y exitante imagen. Por un lado, Reki veía a su novio hacer caras de deseo. Por el otro, Langa apreciaba a un pelirrojo agitado con ojos brillantes que se retorcía debajo suyo.

Al rato, el oji ámbar se separa y hace que su pareja se recueste en la cama con él arriba. El chico vuelve a introducir el miembro con movimientos fuertes de arriba a abajo, apoyando sus manos en el abdomen del otro, acerca su cara al pecho del canadiense y atrapa entre sus labios los pezones del chico.

—Mhg ¡AH!—

—Así que es una parte sensible—dice el oji ámbar besando y mordisqueando los botones.—Esto me está calentando más—

El peliceleste comienza a frotar el miembro de su compañero y acaricia su nuca.
Luego de unos minutos, se movieron frenéticamente, Reki tiró de la piel clara dejando marcas y Langa estrujó en su mano el pene del pelirrojo.
La adrenalina incrementó y los jóvenes se mezclaron en un fogoso beso, espasmos recorren su cuerpo y un líquido espeso blanquecino mancha el abdomen del canadiense, quien al sentir la entrada del oji ámbar contraerse, libera su semen dentro.

Comparten unos gemidos y unen sus labios recuperando sus fuerzas. El peliceleste saca su miembro del chico de tez dorada y retira el preservativo haciendo un nudo.

—¡Fue increíble!—exclama emocionado el canadiense.

—Sí, se sintió bien... tengamos más sexo—contesta tímido.

—Claro mi amor, pero por hoy vamos a descansar, fue un día largo—habló suavemente acariciando la cabellera rojiza.

—Cada día me siento más en las nubes—

—Y yo cada día descubro partes de ti que me enamoran—

Luego de la corta charla de almohada, se durmieron abrazados. Exhaustos pero felices.

💠💠💠💠💠

Holiiiis! Espero que te encuentres bien y te haya gustado el cap.
Me sentí bajón y no me cerraba lo que había escrito, dude mucho pero acá está.

Besoooooos mua mua, cuídense<3

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⏰ Última actualización: Apr 10, 2023 ⏰

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Tu sonrisa[Lanki/Renga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora