Be you: JHS pt 1.

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Los viajes no se me daban muy bien, sobretodo el hecho de tener que hacerlos en auto pero las súplicas de Hoseok me habían convencido tan bien que por supuesto que accedería sin importar que.

– Es maravilloso, pensar en estar en una cabaña contigo me pone muy feliz. – hablaba, mirándome un par de segundos antes de regresar su vista al frente.– descansar a tu lado en mis vacaciones es lo mejor...

Con una pequeña sonrisa le acompañé la palabras procurando ver sus manos en el volante, realmente era todo un escenario, llevaba puesto un pantalón y una sudadera holgada, ambas manos en el volante, su perfil era bastante lindo, su tez pálida y sus grandes ojos brillosos eran su mayor atractivo, claro, sin dejar de lado su hermosa sonrisa.

Pero sus brazos, hablemos de sus brazos, sus largos dedos en el cuero del volante y sus brazos descubiertos por la sudadera arremangada hacían relucir unas pequeñas venas que no podía dejar de observar y mucho menos cuando cruzábamos una curva, sostenía una sola mano y sentía algo en mi cuerpo inexplicablemente raro.

– Estás observando mucho mis manos, son atractivas, ¿no es así?

– Si lo dices pierde el atractivo.

Ambos reímos, el hecho de que aún conduciendo pudiese notar mi obsesión por sus extremidades me avergonzó de cierta manera.

– Deberíamos ir a un supermercado, no tenemos provisiones ni comida, cariño. – una de sus manos buscó la mía para colocarla sobre la palanca de la caja de cambio. – ¿si?

Asentí embobada, apenas podía asimilar lo que había dicho porque mis ojos yacían pegados a sus labios. En unos momentos estábamos estacionados y descendimos del vehículo para entrar al fabuloso supermercado.

Hoseok tomó un carrito y comenzamos a recorrer pasillos en el entrando en primer lugar al área de bebestibles, tomó en su mano dos six packs de botellas de agua, tres grandes botellas de limonada que ambos amábamos y una bebida energizante.

– ¿Tanto cariño?, solo son 4 días y hay almacenes cerca.

El sonrió y tomó de mi mano mientras recorríamos el siguiente.

– ¿te parece si llevamos golosinas?

Asentí permitiéndole agarrar todo lo que quiso y ya al terminar decidió caminar por todos los pasillos hasta perderse, sabía que le encantaba recorrerla por si solo así que mientras el lo hacía yo me dedicaba a pasar por los pasillos que contenían ropa, sin embargo divisé una tienda a las afueras de las cajas, a unos pasos, al avanzar me percaté de un precioso conjunto que relucía en el vitral.

Una tienda de lencería.

Entré sin pensarlo dos veces, el interior era acogedor, de un lindo tono rojo vino, el aroma a vainilla era embriagante y los conjuntos de encaje preciosos.

– Hola, bienvenida, ¿puedo ayudarla en algo?

Una dulce y bella chica se me acercó, divisé su nombre en la parte superior derecha de su pecho y mientras intentaba pensar que era realmente lo que deseaba del lugar le expresé.

– Claro, quiero conjuntos, muchos conjuntos.

Reímos a la par mientras ella me guiaba al área que yo solicitaba, me mostró los conjuntos más hermosos que tenía en vitrina y otros nuevos, explicaba la calidad de la tela, el algodón y sus tonalidades.

– Quiero el negro, el carmesí y el rojo vino ¿se pueden incluir los ligeros y las mayas?

– Claro, esos corren de nuestra parte, únicamente porque eres muy agradable. – sonrió.

Bastaron un par de conversaciones y el método de pago en conjunto de una bella tarjeta para que guardara aquello en mi mochila y me adentrara de nuevo en el supermercado, no desaprovecharía la oportunidad de estar junto a Hoseok en ningún ámbito.

Al encontrarse en caja Seok me jaló hasta el, rodeándome en sus brazos mientras deslizaba su tarjeta por la máquina y luego ingresaba su clave.

– ¿Donde estabas?, pensé en ir a buscarte pero supuse que sabías que estaría aquí.

– Claro, cariño.

Sin dudarlo tomamos las cosas y las colocamos en bolsas para poder guiarlas hasta nuestro vehículo en donde las depositamos en los asientos traseros para
pronto montarnos.

Hoseok encendió el vehículo y comenzó a conducir, en unos 45 minutos nos hallábamos en el lugar, un complejo de cabañas privado, con piscina, jacuzzi e incluso baños termales.

Descendimos en conjunto con las bolsas y mientras el buscaba las llaves para abrir la puerta yo me dedicaba en apreciar el ambiente, estaba oscureciendo y el atardecer era increíble.

– Bebé, entremos.

Sin dudarlo lo seguí hasta el interior, sorprendida por la belleza del lugar corrí en dirección a la cocina para poder dejar las bolsas para luego ir directamente al cuarto a lanzarme sobre la cama, extasiada por la suavidad y comodidad de esta.

Él se arrojó a mi lado, atrapando mi cuerpo mientras se dedicaba a besarme. sus manos por mi cintura se adentraron por mi remera, recorriendo mi espalda
mientras me colocaba sobre si.

– Deberíamos estrenar esta cama, dulzura, ¿no lo crees? – sus labios sujetaron el lóbulo de mi oreja, provocándome un escalofrío terrible.– ¿ahora o luego?

Apenas respondí, me dediqué a comer su boca mientras sus grandes manos sujetaron mi trasero, apretándolo con fuerza, apegando su miembro semi erecto en mi intimidad.

– Tal vez luego.

Con un sonrisa traviesa me levanté de su cuerpo, sin previo aviso dejándolo con las ganas vivas.

– Joder... – gruñó.

Mommy issues | btsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora