Slow down: PJM pt 1.

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La conducción de Jimin me era increíblemente atractiva y no solo hablando de una manera física, sus risas, sus miradas de reojo y la música que solía colocar de ambiente me elevaban a un nivel impresionante.

La canción "Slow down" de Chase Atlantic apareció en una de sus playlist y mientras comenzaba el aceleró, las pulsaciones de mi corazón mezcladas con sus risas, el viento despeinando nuestros cabellos y mi manera de danzar al ritmo de la música lo tensó por unos segundos.

— Amo cuando te mueves así..

Le brindé una pequeña mirada antes de deslizar mi cabeza por la ventana, alzando mis brazos sintiendo el viento chocar directamente en mi rostro por solo unos segundos que aseguraba que para Jimin fueron tan cortos.

— ¡She said fuck me like im famous i said ok!

El rió, definitivamente había entendido la frase pese a su poco conocimiento del inglés, realmente era la frase que el más amaba de toda la canción.

— Slow down.— comentó.

reí mientras acomodaba mi cabello en una pequeña coleta, la canción seguía resonando y no podía controlar los movimientos involuntarios que nacían de mi con cualquier canción del grupo.

— Realmente amo está canción.

— Yo amo como te mueves con esta canción.

— Amarías más si vieras como me movería sobre ti.

Se giró a mirarme por unos segundos mientras relamía sus labios en respuesta regresando la vista al camino, rápidamente salió de la pista para poder estacionarse a un lado, retiró su cinturón de seguridad y en un par de segundos se posicionó en los asientos traseros, tentándome con una mirada retadora.

— Quiero ver como te mueves ahora.

La misma canción había comenzado de nuevo y la adrenalina corrió por mi cuerpo como si de fuego se tratase, con la misma rapidez me deslicé hasta llegar a los asientos traseros, tomando rápidamente asiento en su regazo, acomodando mi pantalón de pijama sobre el.

Mis piernas buscaron firmeza mientras mis caderas sujetas por su manos se movían al ritmo de la canción, me apretó contra su cuerpo, frotándome sobre el, sus manos hirviendo recorrieron dentro de mi camisa, el tacto de sus tibias manos con mi piel caliente me hicieron erizar, la yema de sus dedos acarició mi espalda y mientras mis manos se sujetaban de la parte de atrás de su asiento el buscaba mis labios desesperado.

— Joder, que bien te mueves, corazón, no te detengas.— gruñó, enterrando sus dedos en mis caderas, marcándolas.

Su erección se apretó contra mi, la humedad en la que estaba sometida combinada con la presión creaba un ambiente con la mayor tensión sexual, la masturbación en conjunto, sobre nuestras ropas, al lado de la carretera, con los vidrios empañados.

— No llegaremos a casa... — susurré, deslizando mis labios en conjunto a los suyos.

Un intenso beso me hizo acercarme aún más, me apretó a su pecho mientras el deslizaba una de sus manos firmes a mi trasero, lo moldeó a su gusto, deslizó sus manos por dentro de mi pantalón corto bastante suelto sintiendo mi desnudez bajo este.

— ¿sin bragas? — susurró con una sonrisa en su rostro, deslizando una de sus manos a mi intimidad, acariciando con las yemas de sus dedos mi clítoris mientras yo asentía.— dios...

Mi mano se escabulló dentro de sus ligeros pantalones, bajé con su ayuda lo suficiente para que pudiera abarcar con mi mano lo que quisiese y mientras nos mirábamos fijamente uno al otro nuestras manos recorrían las intimidades ajenas, sus dedos se deslizaban, dos dentro de mi mientras mis caderas danzaban al compás de mi mano.

— Mierda, realmente no llegaremos a casa... — quitó sus dedos con precaución e imité su actuar, me levanté para que pudiese quitar mis pantalones y el alzó las caderas para poder quitar los suyos.— será breve, mi amor..

— Siempre decimos lo mismo...— comenté, tomando su pene entre mis manos y guiándolo a mi entrada, deslizándolo con cuidado dentro hasta poder sentir el tope de su pelvis con mis muslos.

Sus manos sujetaron mis caderas mientras decidía quitar mi camisa y por consiguiente la suya, me apretó a su pecho mientras sujetaba mi trasero para empujar directamente en mi interior, empujando con fuerza.

— Joder, mi vida... — gemí, sujetándome de su cuello, acariciando su cabello.— duro, más duro.

El asintió, comencé a brincar con rudeza, afirmándome de la misma parte posterior de su asiento, el sostuvo mis pechos, los acarició y los besó, los trató como suyos mientras masacraba mi interior, observándome como si de una inocente criatura se tratase.

Pero era realmente una bestia insaciable, nuestras noches de sexo eran eternas, ronda tras ronda, posición tras posición, distinto lugar, distinta hora, distintos trajes, distintos fetiches.

— Dios, mami... — comentó, mordiendo uno de mis pezones para succionarlo después.— eres tan buena en esto, podría tenerte así por horas..

Me apoyó contra el asiento del piloto que rozó mi espalda y comenzó a embestir de manera rápida, dura y continua, una y otra vez, rozando mi punto tantas veces que lloraba de placer, las lágrimas rodaban por mis mejillas y el con cuidado las limpiaba, besando mis mejillas mientras buscaba a la par mis labios, enredando mis brazos en su cuello, deleitándome de su esencia, bañándome en ella.

— Jimin, cariño... — gemí, entrando en desesperación.— me vengo, me vengo...

El asintió, pegando su frente con la mia.

— Vente en mi polla, mami, ¿si?, claro que puedes...

— Mierda si, así.... — sus palabras me extasiaron a un nivel inexplicable, sus embestidas eran perfectas y realmente no aguantaría. — dios, dios...

Unas cuantas bastaron para llegar a mi orgasmo, mis piernas temblaron y mi estómago se contrajo, mordí mi labio de gusto mientras Jimin continuaba golpeando con una traviesa sonrisa.

— Bien, mami, también me vengo... — gruñó.— estás tan mojada, tan resbalosa..

Empujó un par de veces en mi interior y brumó dentro, su climax fue brutal, buscó refugio en mi cuerpo por unos segundos y mientras el se retiraba de mi interior y me ayudaba a limpiar mi cuerpo él procuraba ser cuidadoso.

— Me vine dentro, corazón, ¿quieres que lo saque por ti?

— Claro que no, cariño, esto aún no termina.

— Mierda, lleguemos pronto a casa.

Sonrió, besando mis labios antes de ayudarme a acomodar las prendas en mi cuerpo y el propio y poder marcharnos directamente a nuestro hogar, más calientes de lo que habíamos empezado.

Mommy issues | btsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora