Amantes - Lumity (Omegaverse)

S2 CAPITULO 17

Amity Blight

Tres meses después.

Muchas cosas han pasado en estos meses aquí en la isla. Luz y yo vamos de bien a mejor cada vez, Sean ha llevado el control de mi embarazo y todo parece ir muy bien, acabo de entrar a mi sexto mes y estoy emocionada ya que cada vez falta menos para ver a mi pequeño, esa es otra noticia, vamos a tener un varón.

Luz grito de emoción a los cuatro vientos. Esta más que feliz con su niño, ella siempre lo supo. Lo que es el instinto maternal.

Luego de que Luz y yo nos diéramos otra oportunidad, llame a mi padre para decirle sobre él bebe. Al inicio se molestó de que se lo dijera tan tarde, pero luego se calmó y hablamos durante casi una hora. Mi hermana y Sean pasan mucho tiempo juntos últimamente, en mi opinión hacen buena pareja, pero cada vez que se lo insinúo me grita y me dice que no de una forma muy defensiva.

–Cariño, ¿Ya tomaste tus vitaminas? –pregunta Luz sacándome de mis pensamientos. Desde la cama, aparto la mirada de mi libro para posarla sobre la sexy mujer sin camisa que esta frente a mí.

–Si. Además, que no hice otra cosa que comer frutas toda la mañana.

Ella muestra una sonrisa de satisfacción mientras camina hacia mí. Se coloca entre mis piernas y baja la cabeza hacia mi vientre, donde posa las manos para luego darle un tierno beso.

–Ya quiero que llegues aquí, mi pequeño campeón. –una risa se forma en mi cara al ver tan hermosa escena, ella siempre tan adorable. De repente siento como el bebe patea ante la voz de su madre.

–¿Sentiste eso? –Luz asiente con una gran sonrisa en su rostro. Amo verla sonreír, y amo más el saber que esa sonrisa se la produzco yo, el saber que seremos una familia, ella, el bebe y yo.

–Sean me dijo que es mejor que el bebe nazca aquí. –dice levantándose de la cama, yo frunzo el ceño.

–¿De qué hablas?

–Luego de tu última revisión hable con él. No es bueno que viajes con el embarazo tan avanzado, así que, aunque sea seguro volver nos quedaremos aquí.

Mi ceño se frunce más aún. No era la idea que el bebe naciera aquí, ¿Ahora qué?

–¿Y que se supone que haremos? ¿Qué pondremos en su partida de nacimiento? Luz, nadie sabe dónde queda este lugar. No quiero que mi hijo nazca en una isla perdida. –digo con tono de molestia. Y es la verdad, no quiero que mi hijo nazca aquí.

–Es por tu bien y por el del bebé –se coloca una playera y se acerca a mí, toma mis mejillas con sus manos y me ve a los ojos–. No dejare que les pase algo.

Cruzo los brazos mientras bajo la mirada. Esto no es lo que tenía en mente, pero ya que.

–¿Y qué hay de las cosas? La ropa, los pañales, los juguetes, la cuna. Todo está en mi departamento.

–Tranquila, haré que nos envíen todo lo que se necesite. No te preocupes tanto.

Me levanto de la cama y camino hacia la puerta, pero antes de siquiera tocarla Luz me toma del brazo.

–¿Estas enojada?

No digo nada, solo me suelto de su agarre y salgo de la habitación. ¿Como se atreve a preguntarme si estoy enojada? Claro que lo estoy, no quiero que mi hijo nazca en una isla que está en no sé que parte del mundo. La verdad quería que el bebe naciera en Nueva Orleans, como yo. O en Nueva York, en cualquier lugar menos en un lugar que está en ninguna parte.

Bajo las escaleras poco a poco por mi gran barriga, al llegar al primer piso camino hacia la cocina, cuando me molesto como lo primero que me venga a la mente. Antes de llegar escucho voces que provienen de la cocina, lentamente me voy acercando hasta quedar junto a la puerta de entrada y poder escuchar mejor.