S2 CAPITULO 20

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Luz Noceda

A duras penas logre dormir solo un par de horas. En la mañana desayune sola, Amity no quiso verme. Antes de irme le hable a través de la puerta para decirle cuanto la amo y que volvería pronto, no tuve respuesta de su parte y eso me hizo sentir horrible. A mí tampoco me atrae la idea de irme, pero mi familia me necesita.

El vuelo fue largo y estresante. Uno por saber que me fui con mi mujer enojada y embarazada, y dos porque mi padre se está muriendo en este momento por culpa de una maldita loca de que está obsesionada conmigo y se oculta no se donde.

Amity Blight

Luz cree que no. Pero a escondidas lo vi salir de la casa por mi ventana, llevé mi mano a mi vientre sintiendo que mi hijo era mi único consuelo. La pase todo el día encerrada en mi habitación, apenas si comí y lo hice por mi bebé. El saber que Luz está a no sé cuantos kilómetros de distancia de mi me hace sentir un vacío en mi pecho insoportable. Pero sé que yo me negué a verla, así que este dolor no está muy justificado.

Pasan los días y no se mucho del amor de mi vida. Gus ha hablado por teléfono con ella para saber cómo está todo con su "asunto importante", solo me dice que ella se encuentra bien, pienso que las cosas por allá han de estar delicadas ya que nadie me dijo exactamente lo que está pasando.

Pasan los minutos, las horas, los días... y ya paso casi una semana desde que Luz se fue sin decirme con quien o que va a hacer. Lo único que se es que es algo grave, hace un par de días escuche a Gus en la oficina de Luz hablando por teléfono con ella. Su voz era grave y preocupada, solo logre escuchar que alguien de la familia esta herido, me asuste al instante. No podía imaginarme a una de esas maravillosas personas mal herida.

Me encuentro sentada en una de las sillas del jardín trasero mirando el atardecer, durante los días además de estar preocupada, he estado aburrida. Emira siempre trata de animarme con noches de películas y charlas sobre lo que pasara con la llegada del bebé, yo pretendo escucharla ya que sé que solo lo hace por mi bien, pero mi bien, y la persona que me hace bien está a miles de kilómetros de distancia y yo sin saber nada concreto de ella.

–Hey. Aquí estas. –escucho la grave y varonil voz de Sean a mis espaldas. Muevo un poco la cabeza para seguir con la mirada sus movimientos, él toma asiento junto a mí y enfoca la mirada en la maravillosa imagen frente a nosotros.

–Aquí estoy. –digo de forma afirmativa.

–¿Cómo estas? –esa misma pregunta me hago a mí misma cada noche antes de cerrar los ojos.

–Si te digo bien... sería una maldita mentira.

El asiente y enfoca la mirada en mí.

–Se que te preocupas, pero ella está bien. No le va a pasar nada...

–¿Recuerdas como llego tiempo después de que me trajeras aquí? –digo interrumpiéndolo descaradamente antes de que comenzara a decirme todo ese discurso repetido sobre como que todo va a estar bien. Ya me cansé de ese disco rayado. El asiente y se queda callado.

–Llego desangrándose, debatiendo entre la vida y la muerte. Y aun así me dices que va a estar bien. Sabiendo que no se fue con ninguno de ustedes y que esa loca anda por ahí pensando en hacerle no sé que... –paro al notar que mi voz se comienza a quebrar y que las lágrimas están a la vuelta de la esquina. Sean me rodea con sus brazos para consolarme, sé que él sabe que estoy sufriendo mucho desde que Luz se fue, todos lo saben. Lo que me atormenta más es ese insoportable sentimiento de impotencia, el saber que no puedo hacer nada, aun si no estuviera embarazada no sé que es lo que Luz fue a hacer, y eso me mata más que nada, el saber que ella está sola en esto, somos una pareja, deberíamos resguardarnos mutuamente la espalda, ella lo hace conmigo todo el tiempo, pero yo no puedo hacer lo mismo por ella.

Amantes - Lumity (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora