16. Insegura

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Shikadai ya estaba en su límite y Chōchō no dejaba de luchar, quedé perturbada al ver como rompía el vestido, era lo más extraño que había visto. Sentí como Sarada me tiró un suéter que me dio en la cara y señaló a la chica.

Rápidamente corrí y la tapé con el abrigo al ver que casi se le veía la ropa interior.

-Es como si mudará de piel... -susurró Boruto, horrorizado.

-¡Tonta, ese es el traje de Ashina! -le recordó la azabache.

Palidecí al ver que la nombrada salía del camerino, esto cada vez era peor.

-¿Qué significa esto? -preguntó detrás de mí.

-Esto tiene que ser una broma... -mascullé al ver que se acercaba.

-¿Cómo osa? -susurró arrebatándole el pedazo del vestido a la morena.

-Lo sien...

-¡¿Dónde demonios se metió esa tipa?!

Alcé una ceja confusa al ver que no reconoció a Chōchō, estaba igual que antes. Estuve a punto de hablar pero Shikadai me tapo la boca.

-Será un fastidio decirle la verdad, deja que piensas que es otra persona -masculló el chico.

-¿Ashina vuelve a gritarles? -interrogó Tomaru saliendo de su habitación- ¿Puedo preguntarte una cosa? -vaciló dirigiéndose a Chōchō-

» Le dejé un anillo a Chōchō. ¿Dónde se metió? -preguntó confundido- Que raro. Me pareció oír su voz.

Ella se sorprendió pero después parecía sentirse dolida, me observó por el rabillo del ojo y luego se acercó a Tomaru con el anillo, pero el chico simplemente no la reconoció. La chica se veía bastante mal por eso, y ella no quería darle aún el anillo.

-¿Qué ocurre? Estoy muy ocupado -se acerco a su oído-, eso es algo que tú nunca tendrás. Seré sincero, no me gustan las chicas gordas como tú.

-Ahora veras, pedazo de mierda -Estuve a punto de acercarme pero Shikadai sostuvo mi brazo.

-Son clientes aún -insistió exhausto.

-¿Qué les pasa? -interrogó confundido.

Usui llegó y se burló del aspecto de Chōchō, nadie la reconocía, estuve a punto de golpearlo pero me detuvieron. Me causaba repulsión la gente que se burlaba de la apariencia de los demás. El chico se fue junto a Ashina dejándonos solos.

-¿Por qué lo defiendes? -le pregunto Sarada.

-Por que nuestra misión... es protegerlo.

-Pero a Usui nadie lo protege, podría... -Shikadai me detuvo.

-También a él, me asignaron ese trabajo a mi.

Sara fue a disculparse con Ashina y yo con Tomaru y Usui por mi mala actitud. Al llegar al camerino del rizado lo encontré leyendo el libreto.

-¿Necesitas algo? -cuestionó alzando la mirada.

-Solo quería pedirte perdón por lo que dije, no debí hacerlo -comenté rascando mi nuca.

El chico se acercó, arrugué la nariz al percatarme que olía a cigarro, se acercó más y me acorraló con la pared.

-Aún quiero practicar la escena del beso contigo -insistió cada vez más cerca.

No pude evitarlo y le di un pequeño golpe en el estomago haciendo que retrocediera. Rápidamente salí de la habitación y regresé con mi grupo.

-¿Te disculpaste? -cuestionó Shikadai mientras que tomaba una soda.

-Claro que si -respondí con una pequeña sonrisa y pasé de él.

-Dime que no lo golpeaste, por favor -Al sentir que tomó mi mano una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo, se sentía raro.

-No me dejo alternativa -Intenté sonar confiada pero era imposible, quería soltar su mano al sentir que me sudaban pero no podía.

-Oye, hueles raro -murmuró confuso y se acercó más.

-Lo sé, prefiero no hablar de eso.

Lo solté y me alejé de él. Salí un rato del estudio y pasé el muro, de nuevo me ardían los ojos, intenté rascarme pero nada funcionaba, al abrir los ojos todo estaba oscuro de nuevo, desesperada intenté moverme hasta que toqué lo que parecía ser el muro.

Me recosté esperando a que recuperara la vista, cada vez me pasaba más seguido pero no lo vía como algo malo, siempre me había pasado y lo relacionaba con el uso excesivo del sharingan. Cuando por fin todo volvió a la normalidad miré mis manos, los dedos estaban rojos. Pasé mi pulgar justo debajo de mis ojos, otra vez estaba sangrando. Saqué un pequeño pañuelo de mi bolsillo y limpie mi rostro.

Al ver a Shikadai sentado en un árbol me acerqué.

-¿Qué haces aquí? -interrogó confundido.

-Vine a vigilar por si había algo raro -me excusé y él alzó una ceja-. Bien, bien, solo quería tomar un respiro.

Me acerque y apoye mi cabeza en su hombro, el ni se inmutó solo empezó a acariciar mi cabello, se sentía bien. Era extraño pero era una sensación familiar, como si estuviera en casa.

-Dai -murmuré captando su atención-, ¿no te ha pasado que algo que antes veías normal ahora sientes que está mal pero no puedes cambiarlo? -Solté un pequeño suspiro abrazando mi abdomen.

-¿Estás bien? -cuestionó preocupado.

-Creo que si -respondí cabizbaja-. Solo que ahora si me estoy sintiendo un poco insegura de mi cuerpo -comenté y luego forcé una sonrisa-. Es una estupidez, mejor no me hagas caso.

-Tu cuerpo es lindo, me gusta -susurró echándome un vistazo-. Tienes lindas piernas.

-¿Lo dices enserio? -cuestioné sonrojada.

-Seh, no me gustan las gorditas pero tu no estás para nada mal.

Al verlo sonreír y acercarse a mi lo separé, no podía con tanto, pero no medí mi fuerza accidentalmente cayó del árbol. De un salto bajé y me acerqué, por suerte cayó en un arbusto.

-¿Estás bien?

-Agh, un día de estos vas a matarme -dijo de mala gana sobando su espalda.

-L...lo siento mucho -mascullé avergonzada.

Al llegar con el resto y acercarnos Boruto habló.

-El sujeto de la máscara no volvió a aparecer.

-Quizás se rindió al ver ninjas de Konoha -comentó Inojin.

-Eso facilitaría mucho las cosas -le siguió el Nara.

-No debemos bajar la guardia -insistió Sarada.

Al ver que los actores nos miraban arrugué el ceño confusa, pero Boruto estuvo a punto de ocultarse detrás de Mitsuki.

-Están mirando hacia acá -balbuceó aterrado.

-Nos mandarán algo otra vez -susurró Sarada.

La rubia señaló a Chōchō y le pidió una botella de agua. Usui no se quedó atrás y ordenó a Shikadai a buscarle una hamburguesa, decidí acompañarlo. Algo extraño estaba pasando conmigo, no me asustaba pero era extraño.

Patadas de Ahogado「Shikadai Nara 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora