32. El Regreso de la Princesa

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Sasuke

Al despertar observé la ventana, seguía lloviendo. Miré a Sakura y la abracé con fuerza, hacía bastante frío y ella solo usaba una de mis camisetas, eso no la abrigaba casi nada. Salí de la cama, busqué un par de mantas en el armario y se las coloqué para poder ir al baño.

Bajé a la cocina y le preparé a Sakura su postre favorito, anmitsu, luego hice waffles para todos y un café para mi. Al terminar dejé la comida en la mesa y guardé el postré. Tomé una bandeja y coloqué la comida de las niñas ahí, Akemi estaba durmiendo con Sarada.

Me hacia bastante feliz saber que se llevaban tan bien, las personas que las veían por primera vez aseguraban que eran hermanas. Desde que mi sobrina llegó me di cuenta que Sara había cambiado, ya no era tan solitaria en la casa, siempre estaba con Akemi en la sala o intentando preparar algo en la cocina.

Agarré con fuerza la bandeja con mi brazo y subí las escaleras hasta llegar a su habitación. Como pude abrí a puerta y entré, sentí una sensación rara pero familiar, sin embargo opté por ignorarla. Solo quería alegrarles el día a las chicas con el desayuno en su habitación.

—Buenos dí...

La bandeja cayó de mis manos haciendo que los platos se rompieran, pero eso ni siquiera me importó. Sentí un frío golpear mi pecho al ver que las niñas no estaban, y no solo eso, la cama estaba desordenada y la ventana parecía haber sido forzada. Escuché los pasos apresurados de Sakura a mis espaldas, intenté moverme pero no podía. La impresión me había paralizado por completo, pocas veces había sentido un miedo tan inmenso como el de ese momento.

—¡¿Qué pasó?! —exclamó entrando al cuarto. Tapó su boca al ver todo el desorden y me observó— ¿Dónde están las niñas?

—Se las llevaron... —murmuré aterrado.

—No... no, puede ser —Soltó un suspiro y me miró—. Voy a vestirme, búscalas al rededor de la casa. Quizás solo quieran jugarnos una broma, sabes c...como son ellas —comentó después de estar en silencio, no sonaba convencida.

Hice lo que ella pidió y las busqué por toda la casa, en el patio y el bosque que nos rodeaba. Lo único que logré encontrar fue una parte del suéter de mi hija, eso confirmó mis sospechas de que se las habían llevado. Pero quien sería capaz de llevárselas, con que motivo, por que no los había detectado.

Junto a la pelirosa me dirigí a la mansión del Hokage. Estaba seguro de que podía manejar solo la situación, pero Sakura me convenció en pedirle ayuda al rubio, así podríamos encontrarlas más rápido.

—¿Se las llevaron? ¡¿pero como?! —Naruto se puso de pie bastante confundido—. ¿Quién sería capaz de eso?

—Es lo mismo que yo me pregunto, ni siquiera pude detectarlo —Solté el aire retenido y tomé asiento, algo estaba mal.

—¿Y si fue alguien que quería vengarse de ti o de los padres de Akemi? Ya es bastante conocida por sus padres y su poder, tal vez alguien quería saldar cuentas —intervino Shikamaru—. O un enemigo de la chica, anteriormente ya era ANBU de Yukigakure.

—Debe ser alguien bastante experimentado como para que no lo hayas notado —comentó el rubio.

—No me importa quien sea, no dejaré que le hagan daño a mi familia. Buscaré algún rastro fuera de la aldea —le avisé levantándome de mi asiento.

—Dijiste que el pedazo de tela estaba en la parte suroeste del bosque, así que tal vez se dirija al antiguo país de los osos, ninguna nación ha reclamado esa zona así que no tiene casi seguridad —Mire como Shikamaru buscaba un pergamino—. Enviaré una mensaje al Daimio de la pequeña aldea que está ahí, quizás los vieron.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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Patadas de Ahogado「Shikadai Nara 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora