El antes y el después

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Pasado...

-soy la reina, como osas desafiarme?- una castaña sentada en un trono miraba con molestia a una mujer desaliñada en frente de ella, su rostro expresaba todo el odio que estaba sintiendo en ese momento.

-por eso te maldigo, enviaste a matar a mi familia, a mi descendencia y a cualquiera que fuera de mi círculo, me dejaste vivir en la condena de un luto eterno- la mujer mayor hablaba con pesadez y llevaba un bastón, se veía destruida, más vieja de lo que debería, débil pero a la vez determinada -viviras de la misma forma, desde hoy y para siempre, te maldigo, cada que te encuentres con tu amor y ella vuelva a amarte en las próximas vidas va a sufrir la condena de la muerte y tú la verás morir una y otra vez, es mi decreto y es mi ley-

La castaña miró a su lado a su esposa, su reina, su amada y temió por ellas, la chica de cabellos dorados tomó su mano dándole tranquilidad pero no podía hacerlo, no si amenazaban con quitarle lo que más amaba.

-bruja maldita, matenla, guardias!!- ningún guardia se movió ante el llamado de su reina a excepción de una morena que los vio molestas por no obedecer.

-viviras para ver morir a la mujer que amas, vivirás para sufrir cada día de tu vida y vivirás para querer morir pero jamás vas a poder hacerlo, tu condena será eterna- la mujer después de esas palabras e infundir el miedo en todos, sobre todo en la reina y en su amada se marchó sin decir nada más y sin ser detenida por nadie.

Presente..

Una castaña algo bajita caminaba por la ciudad de Seúl, conocía casi todo el mundo y por primera vez se instalaba en esa ciudad donde nació después de años, cada que pasaba una cantidad de tiempo ella se iba del lugar, porque comenzaban a fijarse en el grandioso detalle de que no envejecia.

-porque me están siguiendo?- la castaña había vivido mucho y sabía muchas cosas, era inteligente, tenía conocimientos en todo tipo de ámbitos y sabía defenderse muy bien.

-mi reina, no debería estar sola- una chica alta de cabellos melena chocolate, ojos cafés, piel blanca y delgada se acercó a la castaña.

-Yoona, ya te e dicho muchas veces que no me digas así, ya no soy una reina y tu no eres mi sirvienta- la chica tragó saliva y se quedó quieta en su lugar con las manos juntas al frente de su regazo.

-pero, es una nueva ciudad y..- ella era una de las personas que había decidido quedarse al lado de la castaña después de la condena que le había dado esa mujer.

-como su guardia real es mi deber acompañarla- al lado de Yoona apareció una chica casi igual de alta, morena, de buena postura y físico.

-Yuri, no necesito un guardia real, han pasado 500 años, ustedes decidieron quedarse a mi lado y miren como les fue, se condenaron conmigo- la castaña no podía entender como a pesar de todos los años las dos seguían igual de fieles a ella.

-ya nos lo ha dicho y desde el primer momento estuvimos de acuerdo en quedarnos a su lado- la morena había cuidado de taeyeon siempre, cada día desde su existencia de que la nombraron guardia real.

-han sido fieles conmigo, pero tal vez si ustedes deciden dejarme, entonces puedan ser libres de esta maldición- ambas Yoona y Yuri se miraron y negaron al mismo tiempo.

-no queremos que vaya sola por esta vida, no podríamos dejarla nunca- la chica de cabello melena había decidido quedarse con ella hasta el final de sus tiempos y no iba a cambiar de opinión, después de todo había hecho una promesa.

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