47°

2.5K 365 446
                                    

Natasha's pov:

Vi como mi novia entraba molesta a casa y decidí dar mi último intento.

—¿Entonces nos casamos?—Grité. Se giró molesta y la vi poner seguro a la puerta trasera. —¿Brujita?—Insistí. —Hace frío...

Cerró la persiana que cubría la puerta corrediza por la noche y noté que aparentemente la he cagado.

Joder.

Tomé mi móvil y guardé el anillo. Marqué el número de Tony, uno, dos, tres pitidos.

Contestó y escuché las voces de Emma y Noe riendo de fondo junto a Morgan.

—Romanoff.—Saludó.

—¡Tu plan fue una mierda! ¡¿Cómo es que Pepper siquiera aceptó darte un beso luego de eso?!—Grité recordando como Tony se mofaba de que Pepper aceptó casarse con él casi de inmediato.

—¡Tiempo, tiempo, tiempo!—Me detuvo. —Pepper ya está acostumbrada a mi forma de funcionar, nada la habría asustado. Diferente es que tu novia tenga un palo metido en el culo. No me culpes a mí, no, no. —Dijo justificándose.

—¡Dormiré afuera por tu culpa!—Gruñí y lo oí comenzar a reír.

—Eres una estúpida. —Se burló riendo con más fuerza. Colgué molesta. Le pondré sal a su café.

Caminé hasta el otro lado de la casa y esa puerta no estaba asegurada. Excelente, no dormiré fuera.

—¿Brujita?—Llamé a Wanda y subí las escaleras lo más rápido que me lo permitía este jodido vestido.

¡Me encanta, pero correr en vestido es imposible! Además... Yo corro raro, debería charlar con un kinesiologo o algo.

Llegué a nuestra habitación y escuché el ruido de la ducha. Me senté en la cama y decidí ponerme el pijama, tal vez si me recuesto y finjo no existir, no me nota y no me hará dormir fuera en la intemperie.

Pasaban los minutos y yo meditaba mi vida desde el momento en el que llegué a los vengadores hasta ahora. Odio a Tony, pensé que funcionaria, ¡En mi cabeza era romántico!

En mi cabeza Wanda iba a llorar mientras repetía que soy hermosa y me ama, también iba a decir que tiene la fortuna de tenerme y todo eso, ¿acaso no funciona así? ¡Pfff! No entiendo el amor, con Mariah era más fácil, actuaba de acuerdo a como ella me decía que le gustaba ser amada, en cambio Wanda por lo general espera que haga cosas que... ¡No sé hacer! Es decir, la amo, pero...

—Entonces si con Mariah era más fácil, déjame. —Dijo molesta.

Giré los ojos. Odio que lea mi mente.

—No me refería a eso, pero a veces siento que esperas mucho de mí, y yo no soy tan inteligente como tú, Wanda.—Dije rápidamente. —Quise hacerlo a mi manera y no fue como esperabas, ni siquiera sé si aceptaste.

Ella suspiró y la miré entristecida.

—Te amo mucho, Wanda. Te amo tanto que estoy segura de querer vivir toda mi vida despertando a  tu lado, formamos una familia sin querer hacerlo y... Siempre haz sido tú, Wanda. Siempre haz sido a quien he estado destinada, y lo sabes, no importa cuantas vidas pasen... Tú y yo estamos hechas para estar juntas, nadie te amará como yo, nadie me amará como tú... ¿Crees que exagero?—Pregunté levantándome hasta ella. Wanda se cruzó de brazos. —Quiero ser tu esposa, y olvida todo el espectáculo absurdo que hice, no soy Tony, ni tu eres Pepper... Pero créeme, mi amor por ti es tan fuerte como la paciencia que Pepps ha tenido con Stark, y mi compromiso contigo es tan grande que... Te pondría delante de todo, sin importar las consecuencias, eres todo para mí, Wanda Maximoff y me muero de ganas de llamarte Wanda Romanoff,  así que... Dame una respuesta, rechazame y al menos así podré seguir con mi vida. —Bromeé logrando que sonriera.—Amo tu sonrisa...

Ella suspiró.

—Tienes suerte de que me costara amarrarte... —Bromeó ella. A veces creo que no es broma. —¿Aún quieres que me case contigo?—Preguntó y asentí rápidamente.

Me arrodillé con el pijama puesto, y enseñé el anillo en la caja.

Ella con la toalla envuelta al cuerpo y yo  con un pijama de conejos que Yelena me regaló hace un año.

—Acepto ser la señora Romanoff. —Murmuró y puse el anillo en su dedo antes de levantarme y abrazarla con fuerza. —Te amo tanto, Natalia. Por favor no vuelvas a hacerme algo así... Lloré toda la tarde creyendo que ya no me amabas y...—Suspiró. —No podría perderte.

Sonreí y me sentí avergonzada.

Creo que me pasé un poquito.

—Fui un poco hija de puta, lo lamento mucho, para mí también fue difícil no tocarte en dos semanas, fue horrible, realmente no quiero pedirte matrimonio otra vez, por favor no me dejes. —Dije rápidamente escondiendo mi rostro en su cuello.

Ella comenzó a reír.

—En la próxima vida lo hago yo, no te preocupes. —Dijo arrugando la nariz.

Estoy tan enamorada.

—Por favor, así te rechazo. —Bromeé.

Wanda observó la cama, luego a mí, luego nuevamente la cama y dejó caer la toalla antes de empujarme y subir sobre mi cuerpo.

—Me debes algo, Romanoff... Así que voy a cobrarte las dos semanas... ¿Bien?—Preguntó y asentí rápidamente.

—Justo hoy tengo para pagar, que coincidencia. —Dije nerviosa y ella soltó una risita grave.

—Que bueno, amorcito... —Dijo besando mi cuello con suavidad. —Ahora cállate.

Sentí sus manos abrir mi camisa del pijama y romper algunos botones.

—Grosera, esto me lo regaló Ye... —Me besó callandome.

La verdad no me quejo.

Pero me debe otro pijama.

Nota de autor:

¡Nos leemos en don't give up on me!

Codex.

Don't you remember ; scarletwidow - blackhillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora