CAPÍTULO 6

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No he pegado ojo en toda la noche, el pensamiento de que no volveré a ver a mi padre nunca más no me dejaba dormir. Me levanto de la cama para ir al baño y lavarme los dientes. En el camino veo que mi madre esta sentada delante de la pantalla apagada de la televisión.

—Buenos días— le digo con una amplia sonrisa para calmarla.

—Hola hija, ¿qué tal has dormido?

—Muy bien.— miento— ¿Y tú?

—Digamos que ha sido una noche larga. Pero bueno me alegro de que hayas podido dormir bien. ¿Vas a ir a clase?

—Pues claro, ¿por qué lo preguntas?

—Ah no sé pensaba que no irías esta semana. No quiero que te pongas a llorar en medio de clase.

—Mamá, no podemos quedarnos en casa llorando y deseando que vuelva. A sido él el que nos ha dejado, es él el que tiene que estar llorando por una semana. Si seguimos con nuestra vida normal podremos salir a delante. Además si vuelve, ¿tú le aceptarías? porque yo no.

A mamá se le caen las lagrimas y no es capaz de responder a mi pregunta.

—Vamos a superarlo juntas ¿vale? A partir de ahora somos solo las dos—digo muy convencida mientras la doy un gran abrazo— Me voy a ir a vestir y comer para irme.

—Estoy muy orgullosa de ti Nayara— la sonrío y me voy a mi cuarto.

Cojo de mi armario un jersey blanco de cuello alto y un pantalón negro. Me visto y como ya era casi la hora de irme cojo una manzana y me dirijo hacia la puerta.

—Adiós mamá, que tengas un buen día.

—Adiós princesa, igualmente.

Cierro la puerta y veo a Jack apoyado en un coche esperándome con un enorme bocadillo en la mano.

—¿Pero como puedes comerte eso a las 8 de la mañana?— le digo con una sonrisa.

-Buenos días a ti también— me dice poniendo los ojos en blanco divertido— Eres una envidiosa, ¿te crees que este cuerpazo de atleta se mantiene solo?— me dice riéndose.

—Lo único que sé es que esa tripa que tienes no crece sola—digo mientras me río porque se sube la camiseta preocupado.

—Oye no estoy gordo eh. Solo tengo un poco de chicha... pero eso se llama masa muscular boba. Si, definitivamente estoy buenísimo— ojala tuviera yo esa seguridad.

—Si sí, tu ríete. Sé que estas deseando probar este cuerpazo— a Jack le encanta presumir de que todas las chicas del insti quieren con él.

—Nunca me cansaré de decir que eres un guarro Jack jajaja. Anda cállate que me ha venido la imagen a la cabeza y creo que voy a vomitar.

—Cállame— me dice y le doy una colleja a la que él me la devuelve y así hasta llegar a la puerta del inti.

Cuando llegamos al inti una chica se acercó ha habar con Jack así que subí a clase.

Durante 3 horas enteras no me había enterado de nada, no dejaba de pensar en Raúl y en mi padre. Pero más en Raúl porque cada vez que me daba la vuelva veía que me estaba mirando.

Sonó la campana y bajé al patio con Jack.

—¡Tengo buenas noticias para ti bebé!— me dice con una sonrisa de oreja a oreja.

—Dime.

—Raúl

—¿Qué? ¿qué le pasa a Raúl?— se calla—¡dímelo ya que me estas poniendo nerviosa!

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora