F4: Powerful Love

05

Capítulo 05: Un pequeño gran cambio
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La chica abrió la puerta, su madre estaba bordando unos cojines mientras veía televisión, los iba a vender y estaba muy emocionada por contarle a su hija, pero cuando la miró se sorprendió al verla así

—¿Pero qué te pasó ____? —preguntó preocupada tomándola de los hombros y analizándola con la mirada.

—Me caí pero antes de caer se me atoró la camisa en un alambre —susurró triste.

Su mamá la abrazó y la chica la tomó más fuerte

—Pero tu cabello —respondió triste su mamá. —No habrá más remedio que cortarlo

—Está bien —asintió con tristeza.

___ dejó sus cosas y fue a su recámara a cambiarse, regresó aún un poco triste y su madre le colocó la bata y comenzó a cortar su cabello, dejándole así una melena al cuello preciosa

—Pues mira, por algo pasan las cosas este cambio se te ve muy hermoso —dijo su madre emocionada dándole un espejo.

—Wow, realmente quedó bonito —sonrió levemente. —Gracias mamá —dijo levantándose y dándole un abrazo.

—No hay de que mi niña, debemos de aprender a adaptarnos a pequeños cambios —dijo con una sonrisa, la chica asintió como respuesta.

___ entró a clases junto a algunos de sus compañeros, pero alguien que caminaba por el pasillo logró mirarla.

—¿Le notan algo nuevo a la chica karateca? —preguntó Ben.

Andrew ya se había percatado de ese detalle, su cabello ahora era corto hasta el cuello, sonrió levemente pues le pareció linda.

—Se ve más linda solamente —dijo Tom.

—Creo que tiene el cabello corto —respondió Timothee.

—Pues si alguien le puso un chicle en el, cómo no —respondió Tom mirando a Andrew quien le daba la espalda, pues había avanzado antes para dejar de escuchar.

—Creo que alguien sigue enojado por la patada —río levemente Ben.

Andrew no respondió y siguió caminando, pensaba en su cabello corto, quería verla de nuevo para ver cómo se vería de frente, pero tenía una idea de hacerle otra cosa. Luego los chicos siguieron caminando detrás de él

Kate y ___ descansaban en aquel hermoso lugar de la universidad, donde más chicos disfrutaban el día

—¿Qué harás el día del juego? —preguntó preocupada Kate.

—No te preocupes por eso, mejor disfruta de este día —trató de sonar tranquila la chica.

—Pero mira lo que te hicieron ayer —susurró triste. —Tengo miedo que hagan algo peor

—Espero le haya quedado claro que yo no me dejaré

—Oh sí, me enteré que le diste una patada —rió levemente.

—Sí —asintió. —Me sentí tan bien —rió levemente.

Kate tenía clases, y ___ tenía una clase libre por lo que para no ser molestada se fue hacia la azotea, su lugar de tranquilidad, pero no tan así pues ahí se encontraba Tom pero no se había dado cuenta.

—Paz y tranquilidad —susurró sentándose en un pupitre viejo.

—Eso era antes —escuchó una voz a sus espaldas, volteó y miró a aquel chico.

—Tom —susurró nerviosa poniéndose de pie.

—¿Cual es tu nombre? —preguntó el chico acercándose a ella.

—____, mi nombre es ____ —respondió nerviosa.

—____ ¿Sabes por que París es tan bonito? —preguntó mirando al cielo.

—Por su arquitectura, idioma y gastronomía —respondió un poco dudosa.

—Es por que alguien que es muy importante para mi está ahí —respondió con una sonrisa. —Pero esa respuesta también fue buena

Ella rió levemente, aún seguía nerviosa pues estaba frente aquel chico, ella lo observaba dándose cuenta de lo guapo que era, tenía un rostro muy bello, cosa que no se percató en un principio

Andrew estaba sentado en la orilla de su cama, ya era de noche y estaba preparándose para dormir, pero la recordó a ella, su cercanía, cuando se puso arriba de él y lo tomó del cuello, aquella cercanía fue una sensación completamente nueva para él, claro que la patada también. Luego recordó cómo se veía con el pelo corto, pues la volvió a encontrar en un pasillo mientras ella hablaba alegremente con unos compañeros, él la observó de lejos y pudo percatarse de lo linda que se veía.

Bajó de su nube y movió repetidas veces su cabeza tratando de ahuyentar sus pensamientos, se llevó sus manos a sus mejillas y las golpeó levemente

—¿Qué me pasa? —se preguntó así mismo. —Debo estar volviéndome loco —soltó un suspiro y se aventó hacia atrás.

Una sonrisa se dibujó en su rostro, miró el techo y la recordó de nuevo, tomó su almohada y se quedó dormido.