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Un nuevo día cayó en el instituto Françoise Dupoint y todos los alumnos entraron a clases con el mismo poco entusiasmos de siempre.

–Buenos días Preem –saludó la azabache con emoción apenas la vio entrar.

–Hola Marinette- devolvió el saludo.

Se sentó donde siempre detrás de ella y ambas charlaron esperando a la llegada de sus compañeros de asiento.

–Por cierto, mañana saldremos con todas las chicas de la clase ¿Te apuntas?

La castaña iba a contestar pero se distrajo al fijarse en cómo entraba una chica, era inevitable que no llamara su atención puesto que nunca antes la había visto en clase. De cabello castaño y flequillo, no hablaba con nadie, estaba sentada mirando su celular con una mueca de molestia.

–¿Preem?

–Si –contesto saliendo de su distracción-, me apunto.

En cuanto llegaron sus compañeros de mesa la maestra también lo hizo dando por cerrada cualquier conversación matutina o al menos hasta la hora del almuerzo.

La cual finalmente llegó.

–Vay mierda ir a clases –murmuró la adolescente, pegó un gran bostezo y salió del cubículo.

Cuando estaba lavándose las manos algo llamo su atención ya que se percató de las grandes pintadas con rotulador y labial que había en el espejo, estaba lleno de todo tipo de insultos algunos hechos con gracia y otros mas subidos de tono denigrantes a ellas mismas. Sacudió la cabeza a los lados y se secó las manos hasta que se dio cuenta de que olvidaba la mochila en uno de los baños.

Entro de nuevo al cubículo pequeño hasta que la puerta se cerró en su cara, dispuesta a salir escuchó a dos personas más entrar al lavabo.

–¡Marinette! ¿Estás llorando?

Al oír que aquella persona comenzó a hablar trato de abrir la puerta para salir antes de que sea tarde y escuchará, luego no tendría como excusarse si la descubrían. Lamentablemente no estaba en sus planes que la cerradura se trancara.

–Tengo la sensación de que no te agrado –siguió hablando alguien en tono exageradamente dramático–. ¿Es por que me senté al lado de Adrien?

–Ahórratelo Lila, ya tuvimos esta conversación hace ¿Cuanto? ¿Cuatro años?, no tienes porque recordármela siempre –respondió con molestia la oji-azul.

Preem se dio cuenta de que definitivamente ya no podría salir, sería demasiado incómodo, se aferrro a su mochila y se sentó a esperar.

–Es inevitable lo siento –comenzó a reír a grandes carcajadas–, es que no has cambiado nada.

–Tu tampoco –se escuchó el sonido del lavamanos–. Debo de suponer que sigues siendo la misma chica que se cree sus mentiras.

–Como quieras –hizo una pausa la joven desconocida acercándose más–. Solo era una broma, no quiero tener ningún problema contigo.

Se escuchó un suspiro por parte de la de coletas. Viejos trucos.

–Vienes como cada tres semanas, nada me garantiza que hayas cambiado en uno de tus "grandes viajes por el mundo". No quiero estar con mentirosas. 

—¡No soy una mentirosa!

Preem rodó los ojos y se alzó de hombros restándole importancia a la discusión de fuera. Poco le importaba los problemas y dramas de otros.

—Claro...Y yo soy Chat Noir –bromeó la azabache riendo–. Por cierto, si son tus amigos tan cercanos Ladybug podría venir a corroborármelo.

O tal vez si que le interesaba. Alzó la cabeza y agudizó sus oídos para escuchar mejor. Por fin la conversación parecía tener algo de interesante, le gustaba por donde iba eso.

—Piensa lo que quieras Marinette –finalizó la joven. Unas pisadas, las puertas del baño se abrieron y cerraron.

Mierda. Así tal cual se fueron y Preem no consiguió más. Pero bueno, algo es algo.

Tras un silencio profundo las puertas del baño se abrieron dejando respirar a la castaña con normalidad. Dio unos pasos hacia afuera y creyó estar sola, al menos así era hasta que volteó y vio a otra chica en su misma posición. Ambas estaban quietas y con la respiración acelerada, dándose a entender que las dos habían sido agarradas desprevenidas.

La vio y no supo quién era. Estaba claro que no iba a su clase, aún así comenzaron a reírse sin parar por lo incómodo de la situación.

–Eso fue...bastante extraño –habló la desconocida.

–Demasiado.

Salieron del cubiculo sintiendo la tensión salir de su cuerpo. Incómoda fue a lavarse las manos.

–Vaya asco de puertas –murmuró la de ojos grises.

—Ya te digo –dijo la otra chica–. Era muy incomodo salir a mitad de su discusión o lo que sea que fuera eso.

—¿Las conoces? A algunas de ellas digo –preguntó con una ingenuidad fingida. Claro que conocía a Marinette, pero que hay de la otra chica.

¿Qué hay de la chica que dice conocer a los superhéroes?

—Oh no, para nada. Creo que ellas son de último año –contestó, sus palabras se acortaban a mitad de frase como si tartamudeara siempre al expresarse– Soy de segundo año.

¡Bingo! Esa chica debía de ir a su clase. ¿Sería la chica de flequillo que vio en clase? Probablemente.

—Yo soy Preem, soy nueva de último año.

–Un gusto Preem, soy April de la clase del señor Belmont –hizo una pausa-. Aunque claro tú no lo conoces aún...que tonta soy –titubeó lo último.

Cabellos rojos, baja estatura y una clara timidez ¿o torpeza? Parecía agradable.
Le recordaba a alguien.

–Espero verte de nuevo aunque no coincidamos en horarios –dijo con una sonrisa a lo que la contraria la complementó.

La muchacha de cabellos rojos se despidió y salió del lavabo dejando a la castaña con la mirada puesta por donde se había ido.

(...)

Podía estar mintiendo puesto que la azabache la llamó mentirosa, pero quien no arriesga no gana.

Llegó el final de clase, todos los alumnos se dirigieron a la salida. Estaba sentada, esperando a ver en qué momento la chica se levantaría de su asiento.

—¿Te quedaras aquí a vivir? –preguntó Nathaniel inquisitivo, a lo que Preem rió negando con la cabeza.

Cuando ya casi el salón estaba vacío por completo, observó como la chica de flequillo se levantaba y tomaba las asas de su bolso. Bajó las escaleras directa a la puerta, supo que ese era el momento. Cuando pasó por la puerta ella también lo hizo, provocando el choque entre ambas.

—¡Oh, cuanto lo siento! –exclamó mientras se alejaba de la puerta. La contraria hizo una mueca de molestia pero al instante la cambió al alzar su mirada y encontrarse con un rostro nunca antes visto.

—No pasa nada, ¿eres nueva? –curioseó con un tono de amabilidad acompañado de emoción con una sonrisita impregnada –. Soy Lila, mucho gusto.

—Un gusto Lila, soy Preem.


🦦🦦🦦🦦


Fin del cap.

19-03-22 / 21-10-22

𝕼𝖚𝖎𝖊́𝖓 𝖒𝖊 𝖆𝖒𝖔́ ꧁A Miraculous Fanfic꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora