12

111 18 0
                                    

Abrió el frigorífico con la esperanza de encontrar algo que no sea la sopa. La única ocupante era una sartén metálica. Cuando levantó la tapa, una pilla de patatas ralladas le devolvió la mirada. ¿Acaso su hermana había decidido cumplir su amenaza de aprender a hacer comestible aquella porquería? Tapó de nuevo la sarten sin más información que analizar. Menudo lujo habría la sido tirarlo a la basura sin pensárselo dos veces.

Salió de allí exasperada. Pasaron horas tras horas de clases hasta que llegó la clase que daba final al horario escolar.

—¡Muy bien, Isabelle! Como siempre –exclamó el maestro hacia la niña de cabellos negros.

Ella bajó la vista y continuó repasando lo escrito; Ajusta las siguientes reacciones químicas con los coeficientes estequiometricos. Dispuesta a resolver la tarea encomendada, la voz del adulto resonó indicando que ya podían salir de clases.

Tomo sus cosas y se dirigió a la salida, escuchó detrás suyo pasos pero ignoro estos. Solo podía pensar en llegar a casa y descansar.

Pero mira quien es...La pequeña lista –espetó una voz burlona a sus espaldas.

Se volvio a ver quien hablaba encontrándose con dos compañeras de clase y un compañero. Siempre haciendo comentarios en voz baja cada vez que ella acertaba a todo lo que decía el maestro, básicamente siempre estaban comentando sobre ella. Apenas sabía sus nombres y no tenía interés en conocerlos, pero ellos si parecían muy interesados en ella y en todo lo que hacía.

—¿Pasa algo? –preguntó neutral hacia los jóvenes.

—Siempre estas contestando todo lo que el señor Nathan dice. Siempre estás corrigiéndonos –indicó hostil una de las chicas.

—Para ser un año menor eres muy inteligente ¿Sabes lo molesto que es eso? –rechistó otra.

—¿Sabes lo molesta que eres, Isabelle? Deberías de volver con los de tu edad –dijo encolerizado el chico.

La pelinegra empezó a comprender la situación. Ya se intuía que tenían celos pero nunca pensó que se lo sacarían en cara, así que decidió contestarles.

—Y tú deberías de meterte con los de tu edad, aunque creo que ellos ni te toman enserio–replicó Isabelle –. No es mi culpa que yo sea más inteligente que ustedes. Además ¿Cual es tu problema...? ¿Mathias? –preguntó sin recordar el nombre del sujeto.

—¿Como te atreves?

(...)

Luka tenía la mirada perdida en la ventana mirando hacia el exterior. Practicando con la guitarra a la par que buscaba inspiración para nuevas melodías. De pronto observó a una niña pasar. Mucha gente pasaba, pero ella llamó su atención con sus pasos lentos y el rostro lleno de lágrimas que tenía
Arqueo las cejas y se levantó de la silla para observar mejor desde las ventanas circulares del barco.

Salió del barco y vio como la aludida parecía estar llorando mientras murmuraba cosas y se tocaba el brazo.

—Hola ¿Estás herida? –preguntó acercándose hacia ella.

—Soy Isabelle –contestó distraída.

Isabelle, soy Luka –se presentó esbozando una pequeña sonrisa.

𝕼𝖚𝖎𝖊́𝖓 𝖒𝖊 𝖆𝖒𝖔́ ꧁A Miraculous Fanfic꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora