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—Adrien llegas tarde de nuevo.

—Lo siento, no se repetirá.

—Me gustaría que eso fuera verdad –enunció la profesora a la par que negaba con la cabeza.

El rubio tomó asiento pero para su pesar sonó la campana y todos los alumnos salieron para cambiar de clase.

—¿Trajiste los materiales? –preguntó una voz detrás de él.

Abrió los ojos en grande y se regaño a sí mismo al caer en cuenta de que no había traído los materiales.

—¿Materiales? ¿Aún siguen con el proyecto? –preguntó Nino confuso.

—Parece que el mundo está en contra de que lo terminemos –contestó la castaña–. No te mortifiques Adrien, si se te olvido no hay nada que hacer.

—Se entrega mañana, así que más vale que solo les quede la conclusión –recordó el de gafas–. Me voy, nos vemos.

Salió de la clase dejando solo a los dos quienes se miraron con preocupación.

—Lo siento mucho, Preem –se disculpó con sinceridad–. Primero mis clases nos impiden terminarlo y ahora olvido los materiales.

Clavó sus ojos grises en él en busca de examinarlo, finalmente alzó los hombros en señal de restarle importancia.

—Lo solucionaremos juntos.

Adrien alzó la vista y le ofreció una sonrisa de gratitud hacia la compresión de la chica. Estaba cansado y estresado, lo que menos necesitaba era un regaño o algo parecido, así que apreciaba la actitud de ella ante su error.

Preem se mordió el labio pensativa en busca de alguna solución, para luego chasquear los dedos satisfecha.

—Vamos a comprar los materiales –dijo caminando hacia la puerta.

El chico desconcertado la siguió.

—¿Saldremos ahora? ¿Como? ¿Qué quieres decir?

—Hay una biblioteca cerca, terminémoslo allí.

Adrien la tomo del brazo y la detuvo.

—¿Quieres decir que nos...? –se acercó y susurró– ¿Qué nos saltaremos las clases?

Para él algo así era innimaginable.

—Que nos queda.

—No podemos hacer eso.

—¿Quién dice que no?

Llegaron a la salida, ella ya estaba fuera y él aún estaba dentro, marcando así la línea de salida y entrada. Preem al no verlo convencido le ofreció la mano acompañada de una pequeña sonrisa impregnada en ella dándole así hincapié a seguirla.

Finalmente con determinación Adrien tomo su mano y ambos corrieron para irse de allí antes de ser atrapados por algún profesor. Corrieron agarrados de la mano hasta llegar a un callejón donde nadie mas pudiera verlos.

—Eso ha sido...estoy muy cansado –comentó el chico apoyándose en la pared en busca de tomar aire–, pero ha sido cool.

Preem asintió con la cabeza mientras se apoyaba en sus rodillas tratando de regular la respiración. Minutos después completamente recuperados salieron a recorrer las calles de Paris.

𝕼𝖚𝖎𝖊́𝖓 𝖒𝖊 𝖆𝖒𝖔́ ꧁A Miraculous Fanfic꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora