—Te has vuelto muy amiga de Marinette, que bueno así podemos salir los tres.
Preem asintió mientras le daba un mordisco al bocadillo de mermelada que tenía entre manos.
—La chica tiene algo que me interesa.
—¿El que? –preguntó Adrien curioso hasta que sacó sus conclusiones–. No te hagas ilusiones, creo que ya le gusta alguien más, me pregunto quien sera –informó pensativo.
—Más ciego no puedes estar –murmuró mientras lo observaba arqueando las cejas–. Hoy después de clases iré a hacer un turno extra al trabajo ¿me acompañas?
Adrien esbozó una sonrisa y asintió de inmediato, hasta que pareció recordar algo ya que la mueca de felicidad se desvaneció.
—Mierda, no puedo. Tengo una prueba de vestuario después de clases.
—Una pena.
—Me escaquearía pero me da que no podré.
La joven lo miró inquisitiva esperando a que continuara. Adrien le explico como vendrían a buscarlo en la salida.
—Que mal que no haya puerta trasera –dijo Preem apenada.
Una luz se encendió en el rubio quien esbozó una sonrisita cómplice.
—¿Enserio hay puerta trasera?
(...)
—Esta es mi área de trabajo. Mientras me esperas pide algo, invito yo.
Se acercó curioso a la barra y observó la cantidad de bebidas que había.
También habían croissants, a esos los miró con más interés.—¿Solo croissants? –inquirió burlona una compañera de Preem que se encontraba al lado escuchando la conversación.
—Sí, ¿tienes algún problema con eso? –cuestionó la castaña con molestia.
—Nada, nada. No hay que estar a la defensiva –exclamó la chica para luego retirarse.
Adrien recibió el postre con una gran sonrisa y relamiéndose los labios. Hablaron un rato hasta que la jefa de la joven la mandó a recoger unas cajas del almacén.
El rubio se mantuvo desinteresado por todo lo que le rodeaba, seguía concentrado en los croissants. Hasta que estos se acabaron se percató de la mirada de la chica de antes fija en él.
—Yo a ti te conozco.
Se empezó a preparar para recibir cientos de preguntas acompañadas de fotos y un autógrafo por dar. Pero ella no hizo mucho más que dejar de limpiar la vitrina y acercarse aún más a donde estaba él.
—Eres Adrien Agreste, un gusto, soy Lilliane –se presentó con una sonrisita a la par que aleteaba sus bellas pestañas.
—Un gusto también –dijo aliviado al ver el poco interés que tenía la chica en hacer preguntas fuera de lugar. Le dedicó una mirada gentil disfrutando de su compañía.
—¿Quieres algo de beber para acompañar el croissant? Invita la casa.
Adrien lo pensó por un momento y observó la gran variedad de botellas que él no reconocía.
—¿Tú que me recomiendas?
(...)
—Regresé, ya podemos irnos –dijo Preem saliendo del almacén y secándose el sudor de la frente–. A mi ni siquiera me tocaba recoger eso ¿Te lo puedes creer, Adrien?
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𝕼𝖚𝖎𝖊́𝖓 𝖒𝖊 𝖆𝖒𝖔́ ꧁A Miraculous Fanfic꧂
Fanfiction-¿Cuál es tu problema? Estas tan obsesionada con eso que mira como haces daño a otros. Después de todo HawkMoth y tú no son tan diferentes. -!Di algo! Aunque probablemente es mi culpa, no te detuve cuando debía. Llegada desde otra parte de Francia...