Capítulo 5. La familia Madrigal

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Nota importante: Va a haber menciones de violencia y abusos, por lo que si eres menor de edad o sensible a estos temas se recomienda discreción. Voy a poner en negritas esas menciones por si quieren leer el capítulo sin problemas. Ahora sí, disfruten la lectura.

Además, les recomiendo tener a la mano Spotify o YouTube, ustedes sabrán cuando será necesario ;) 

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Ninguno de los presentes pudo volver a dormir, pues como podrían al conocer por primera vez al patriarca de la familia. Al verlo detenidamente, observaron a un hombre alto, con su cabello y barba llenos de canas. Físicamente se veía fuerte y sus brazos estaban llenos de heridas, poco quedaba del Pedro que Alma recordaba, sin embargo, sus ojos avellana y su voz, seguían con el mismo sentimiento cálido del cual la mayor se enamoró.

La cocina fue el escenario perfecto para platicar de todo lo que habían pasado en más de 50 años. El lugar donde usualmente se sentaba la abuela estaba ocupado por Pedro, a ambos lados estaban Alma y Julieta, y al lado de ellas Pepa y Bruno. Luciana habia sido olvidada por los hermanos y ahora estaba sentada al frente de su abuelo al otro lado de la larga mesa.

-Em...¿Padre?... ¿Cómo fue que sobreviviste? ¿Cuál es tu historia? – fue la primera pregunta por parte de Pepa. El mayor bajo la mirada con tristeza y habló en voz baja.

-Fue hace más de 50 años, y habíamos sido forzados a dejar nuestro hogar, cruzamos el río – empezó con oraciones cortas, sin saber que decir. De pronto Alma le sujeto la mano y ambos se miraron con amor, solo así Pedro pudo continuar con su historia dando un suspiro de dolor – Yo los deje, esperando retrasar a los jinetes, estaba listo para morir por mi familia, lo único en lo que pensaba era que esperaba que vivieran felices y que mi muerte sirviera para eso. Luego fui atacado con un machete y caí, lo último que escuche fue el grito de mi Alma y una luz tan brillante como el sol. No supe cuántas horas estuve inconsciente, desperté y fui llevado de regresó, ahora éramos muchos hombres de diferentes lugares a los que nos pusieron a trabajar en desmantelar la mayoria de las casas y crear huertos de diferentes tipos de alimentos. Con el pasar de los años, llegaron mujeres solteras y muchos de ellos construyeron sus propias familias. También llegaron parejas de diferentes lugares que construyeron en ese maldito lugar un hogar. Lo único que pienso que fue una bendición fue mi nieta Luciana.

La mencionada sonrió con calidez, sin embargo, su rostro se sonrojo al notar como muchos ojos se colocaban sobre ella, especialmente los de los tres hijos de su Pape, ellos la miraban de forma diferente, como si estuvieran decepcionados o asustados. Los trillizos, así como Félix y Agustín, finamente pudieron observarla con claridad, recopilando todo lo que habían visto de ella. Además del muy rizado cabello negro, los rasgos finos y la piel trigueña; ella era pequeña, casi del tamaño de Bruno, con hombros anchos, figura esbelta y con ojos azules. Luciana tembló, pensando que tal vez se sentían amenazados por ella, por lo que rápidamente contó su versión de la historia.

-Yo no soy bilógicamente su nieta – esa declaración sorprendió a toda la familia, y logró ver como una de las hijas de Pape, la pelirroja sonreía abiertamente mirando a sus hermanos. Bajo la mirada intentando continuar, alegrándose de que ya no la vieran como una amenaza – Mis padres llegaron muchos años después, hace casi 30 años, se conocieron porque querían correr a Pape, digo... al abuelo de su casa para dársela a ellos, entonces mis padres alegaron que podrían vivir todos juntos, poco después nací yo – Fue interrumpida por uno de los mayores, el esposo de la pelirroja había escupido su agua ante la revelación de su edad. Él se disculpó y le indicó que continuará - Nosotros no teníamos a nadie, solo éramos tres y... supongo que creamos nuestra propia familia, en una revuelta mi padre murió asesinado y el abuelo se comprometió a cuidarnos, después de todo, es peligroso para una mujer estar sola en un lugar tan violento como era ese. Él vio en mi madre a una hija y en mi a su nieta, y con la muerte temprana de mi madre, solo quedamos dos. No saben lo feliz que estoy de haber conocido a una persona tan asombrosa como él y solo les puedo agradecer infinitamente de que me lo hayan prestado tantos años.

La visión del destino (Bruno x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora